EL MUNDO › LA CIA DIO LUZ VERDE CONTRA TORRIJOS Y NORIEGA

Licencia para matar en Panamá

Todos los caminos llevan a la CIA. Así quedó demostrado después de que un nuevo testimonio se sumara a las versiones que acusan al organismo de inteligencia de estar detrás de la desaparición del general Omar Torrijos, el hombre que se opuso a la dominación estadounidense sobre el Canal de Panamá. Thomas Bleming, un ex militar estadounidense que combatió en Vietnam, confesó ayer al diario panameño La Prensa que en 1979 fue cooptado por la oposición del régimen para crear su propio grupo armado y matar a Torrijos y al general Manuel Noriega, el entonces jefe de la Inteligencia Militar. Según Bleming, la CIA conocía el plan, pero si eran “capturados, ellos negarían todo vínculo con nosotros”. Finalmente, la empresa fracasó y el ex militar estadounidense quedó detenido y fue torturado durante 21 meses.

Cien mil dólares, tierras y un puesto en el ejército que sería reconstruido una vez que cayera el régimen fueron las promesas que utilizaron el opositor Partido Panameñista y “sectores ligados a la comunidad cubana en Miami” para convencer a Bleming. Sin embargo, para el estadounidense la “motivación no era el dinero”, sino que se trataba de una “tarea patriótica”, ya que no se podía dejar en manos de un “aliado cercano a Fidel Castro” el crucial Canal de Panamá. Por esta misma razón, figuras como el ex dictador nicaragüense, Anastasio Somoza, y el tres veces derrocado presidente panameño, Arnulfo Arias, también apoyaban el plan. Pero todo terminó antes de empezar. El recién creado Frente para la Liberación Nacional de Bleming fue detenido y desbaratado después de su primer ataque, en una central eléctrica en la ciudad de David, 440 kilómetros al oeste de la capital.

A la detención le siguieron 21 meses de torturas que incluían quemaduras, golpizas y amenazas. Mientras los sospechosos panameños habían sido liberados bajo una amnistía presidencial al poco tiempo, los dos detenidos estadounidenses –Bleming y Wilfredo Bermúdez, este último un exiliado cubano– fueron ignorados por la embajada de su país, que incluso se negó a un pedido de la propia policía militar para enviar dos catres para los presos. En julio de 1981, desde el Senado y la Casa Blanca comenzaron a pedir explicaciones por la situación de Bleming y Bermúdez, que quedaron en libertad sólo semanas antes del todavía misterioso “accidente” aéreo de Torrijos. Bleming aseguró que vio en esta “causalidad” la “mano de la CIA”.

Actualmente, Bleming entabla una demanda millonaria contra Noriega –preso en Miami por tráfico de drogas– por las torturas que sufrió durante su detención. Se casó con una panameña emparentada con la familia Torrijos y, como si no fuera ironía suficiente, apoyó al hijo del ex dictador, Martín Torrijos, en las últimas elecciones presidenciales.

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