EL MUNDO › LAS CRISIS DE ARGENTINA, BRASIL Y VENEZUELA GOLPEAN A BOGOTA

Cuando el contagio llega a Colombia

Alvaro Uribe, presidente electo de Colombia, tenía un ambicioso plan contra la mayor guerrilla del continente, pero la astringencia económica de la administración Bush y Europa plantearon un freno. Ayer Colombia dijo que fue contagiada por la crisis argentina, que así adquiere una dimensión de seguridad.

Colombia prendió ayer todas las luces rojas sobre la crisis económica regional y, por boca de su ministro de Hacienda Manuel Santos, dijo que el contagio de Argentina, Brasil y Venezuela la está golpeando. El eje de las preocupaciones es que el proyecto político que llevó a la elección a presidente a Alvaro Uribe, quien asumirá el mando el próximo 7 de agosto, no logre cristalizarse con el adecuado financiamiento que permita robustecer a la fuerza militar y el poder del Estado colombianos para la lucha contra la insurrección de las FARC. Uribe recurrirá especialmente a Estados Unidos y necesitará de una dosis de buena voluntad de la administración Bush, lo que después de los atentados del 11 de setiembre parecía darse por descontado pero ahora se desdibuja por las prioridades internas de Bush para las elecciones parlamentarias de noviembre. Por eso, el presidente electo advirtió ayer en Madrid que el problema de Colombia es “tan grave” que “podría desestabilizar a Sudamérica”, en su visita para pedir el apoyo militar a Francia y España en el conflicto colombiano. Es decir, puede no haber dinero para la lucha antiterrorista.
Ante una audiencia de empresarios europeos, Uribe prometió que su gobierno hará hincapié en medidas que reduzcan el gasto público burocrático y creen condiciones para el ahorro, luchará contra la corrupción, procederá a una reforma tributaria y brindará exenciones fiscales para las inversiones en el sector turístico y el mercado hipotecario. Pero no queda claro si lo logrará: Colombia –dijo– necesita “comprensión y ayuda” de los organismos multilaterales y de los empresarios, para cumplir con sus obligaciones internacionales y pagar “la deuda social”. “Necesitamos su ayuda para mantener condiciones favorables” de desarrollo, sostuvo Uribe, en un contexto en que los organismos internacionales, guiados por el creciente déficit estadounidense, están determinando una sequía global en materia de planes de ayuda. Y el terreno se torna aún más infértil teniendo en cuenta la crisis que atraviesa la región, con el efecto del contagio argentino. Así ayer el ministro de Hacienda colombiano, Juan Manuel Santos, advirtió que
la crisis económica en Argentina, Brasil y Venezuela está afectando el crecimiento de Colombia de 2002. Santos señaló que “el crecimiento económico calculado en 2,5 por ciento para este año es imposible”. Entre enero y marzo el crecimiento industrial fue de 0,5 por ciento, por debajo de los pronósticos oficiales.
El presidente electo colombiano realizó el mes pasado una visita a EE.UU. para gestionar su explícito pedido de apoyo militar en el conflicto armado en Colombia. Uribe recibió promesas de Bush de que iba continuar brindando ayuda a su lucha antinarcotráfico en el marco del Plan Colombia, y contra la guerrilla. Respecto del pedido de apoyo militar a Europa, Uribe cruzó la variable militar con la económica y dijo que “necesita la ayuda de la Unión Europea (UE), España, Estados Unidos y toda la comunidad democrática internacional”, y que Colombia necesita “integrar esfuerzos con cada país para brindar seguridad a los inversionistas”. Uribe impulsará un plan para que unos 180.000 vigilantes de las empresas privadas de su país se integren con la fuerza pública con el objetivo de crear un mejor clima de seguridad para los inversionistas.
Tanto en París como en Madrid, Uribe subrayó un pedido de apoyo para evitar la “fractura social”. “El conflicto colombiano es un problema tan grave que tiene el potencial de desestabilizar toda América del Sur”, afirmó Uribe tras su llegada a la base aérea de Torrejón, al nordeste de Madrid, procedente de París. Hoy se entrevistará en el Palacio de la Moncloa con el presidente español, José María Aznar, con quien abordará la situación actual de Colombia y las perspectivas de cooperación bilateral en la lucha contra el terrorismo y la erradicación de cultivos ilícitos, y posteriormente verá al ex jefe de gobierno, el socialista Felipe González.
A todo esto, los rebeldes de las FARC mantienen bajo amenaza generalizada a alcaldes y concejales para que renuncien a sus funciones; ayer 13 ediles renunciaron en Usme y 19 concejales de Soacha cesaron susactividades, aunque el gobierno no aceptó sus dimisiones. La apuesta de las FARC es “renuncia” a la mayor cantidad de alcaldes posibles antes de que Uribe asuma el mando.

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Alvaro Uribe Vélez se enfrenta a la falta de fondos en un contexto crítico.
“El conflicto colombiano tiene el potencial de desestabilizar toda América del Sur”, sostuvo en España.
 
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