EL MUNDO › LULA NO ESTUVO, PERO FUE EL EJE DEL ULTIMO DEBATE

Todos miraron la silla vacía

La estrella del debate fue sin dudas Luiz Inácio Lula da Silva. Anoche la atención no estuvo puesta en las propuestas de los tres principales candidatos opositores, sino en la silla vacía que estaba entre ellos con el nombre del presidente. Todas las respuestas a todos los temas –desempleo, transporte, impuestos, corrupción, educación– terminaban en una crítica contra la ineficacia y la corrupción del gobierno petista.

El conductor del debate abrió la emisión afirmando que la televisora, Globo, garantizaba un debate civilizado y sin agresiones para todos los candidatos. Este mensaje tenía un claro destinatario. Durante la tarde de ayer, cuando la tensión sobre la participación o no del presidente ocupaba toda la atención de los noticieros y de los diarios, Lula envió una carta a Globo para explicar su ausencia. “Es un hecho público y notorio la gran virulencia y la desesperación de algunos adversarios, que está dejando en segundo plano el debate de ideas y propuestas para dedicarse casi exclusivamente a los ataques gratuitos y agresiones personales”, afirmó el mandatario.

Pero esta explicación no convenció a sus adversarios, que aprovecharon los primeros minutos de aire para cuestionar su ausencia. “Lula tiene la obligación de bajarse del trono de la corrupción y la arrogancia”, disparó la candidata de izquierda Heloisa Helena en la primera oportunidad que tuvo de hablar. “Es una falta de respeto a los brasileños que quieren información”, había afirmado minutos antes el candidato socialdemócrata Geraldo Alckmin. La cámara de televisión, en tanto, se empeñaba en recordar la ausencia del presidente mostrando la silla vacía con su nombre. En el fondo, de vez en cuando, esta imagen coincidió con unas casuales risas del público.

Después de ese ataque inicial, los tres candidatos –el tercero es Cristovam Buarque, del Partido Democrático de los Trabajadores– se dedicaron a hacerse preguntas entre ellos, como indica la dinámica del debate diseñado por el canal de noticias. A pesar de las diferencias ideológicas y programáticas –especialmente entre Helena y los otro dos presidenciables–, no hubo fuertes enfrentamientos. Ni siquiera cuando al ex petista comparó una y otra vez a las políticas del actual gobierno con las del socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso. Alckmin, que no quiso entrar en una discusión fuerte con su rival –después de todo, lo de ayer se trataba de un Todos Contra Lula–, se limitó a defender a su correligionario, afirmando que con sus ajustes se logró estabilizar la economía. “La diferencia entre el veneno y la vacuna es la dosis”, aseguró el dos veces gobernador de San Pablo.

El segundo bloque fue el que todos esperaban. Después de la tanda, el conductor abrió con el tema corrupción. La sorteada para hacerle la pregunta al candidato ausente fue –otra vez casualmente– la gran amenaza del PT, Heloisa Helena. Después de intentar controlarse y parecer calmada durante la primera parte del debate, la candidata finalmente se dejó llevar por su espíritu combativo y comenzó la lista de los casos de corrupción que en los últimos tiempos tiñeron a Lula y a su partido. Como si esto no fuera suficiente, su rival aprovechó la furia de la ex petista y le preguntó cómo se sentía como ex militante del partido. Nada más fue necesario para que Helena comenzara de nuevo a atacar al gran ausente de la noche, ante la mirada complaciente de sus rivales.

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Cristovam Buarque, Heloisa Helena y Geraldo Alckmin.
 
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