EL MUNDO › EL LIDER DEL SENADO NEGO HABER PARTICIPADO EN SOBORNOS

Un aliado de Lula en el banquillo

El presidente del Senado brasileño, Renan Calheiros, se defendió ayer e intentó alejar cualquier duda sobre su participación en el esquema de sobornos millonarios en las licitaciones de obras públicas. Frente al pleno de la Cámara alta, respondió a una acusación hecha por la prensa en la que se aseguraba que mantenía a una hija ilegítima a través del dinero que le pagaba mensualmente una empresa constructora. Calheiros reconoció que tiene una hija de tres años de una relación extramatrimonial, pero sostuvo que el dinero que le pasa proviene de sus negocios en el campo y de una herencia. Aunque el presidente Luiz Inácio Lula da Silva apoyó públicamente a su aliado, los dirigentes de la oposición prefirieron no adelantar comentarios y aseguraron que analizarán la defensa del líder del Senado.

Lula no dudó en salir a apoyar a su hombre en el Senado ayer por la mañana. “Es inocente hasta que se demuestre lo contrario”, aseguró en su programa radial Desayuno con el presidente. Sin embargo, el mandatario, muy cuidadoso, no quiso mostrarse muy tibio frente al nuevo escándalo de corrupción y agregó: “Si las personas no quieren ser molestadas por el ministerio público o por la prensa, que no cometan errores. Sin errores, no hay investigación sobre el accionar de las personas”. Y luego repitió una frase que había dicho al comienzo de las denuncias sobre los negociados entre funcionarios y empresas constructoras. “Vamos a investigar todas las denuncias que fueron realizadas, duela a quien le duela, sea contra quien sea”, sostuvo.

Más tarde, le tocó al propio Calheiros defenderse. “Lamento que la vida pública brasileña se haya vuelto mezquina a punto de que ese asunto haya sido divulgado”, aseguró el senador, luego de tener que reconocer que tiene una hija extramatrimonial con la periodista de Brasilia Mónica Veloso. El presidente de la Cámara le pidió disculpas a su esposa y acusó a sectores de la prensa de querer debilitar su imagen política. Calherios había quedado bajo la lupa después de que la revista opositora Veja lo acusara de permitir que el lobbista de la constructora Mendes Junior, Claudio Gontijo, pagara un alquiler de un departamento en Brasilia por unos 2300 dólares mensuales y una pensión de unos seis mil dólares por mes para mantener a su hija de tres años. Calherios sostuvo que conoce a Gontijo desde antes de que ingresara a esa empresa y que le pidió que depositara ese dinero para mantener el secreto.

La denuncia de Veja había dejado en vilo al gobierno de Lula. Hacia sólo unos días el ministro de Energía y Minas, Silas Rondeau, había tenido que renunciar por un escándalo de soborno similar con la empresa constructora Gautama. Como Rondeau, Calherios es un dirigente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el principal socio de Lula en su segundo mandato. A pesar de no ser parte de su gabinete, Calherios es una de las principales figuras de la fuerza aliada, junto con el ex presidente y actual senador José Sarney. Entre los casi 50 procesados por este esquema nacional de licitaciones fraudulentas, que ya se calcula en unos 50 mil millones de dólares, se destacan varios miembros del PMDB, aunque también de otros partidos aliados y de la oposición.

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