EL MUNDO

Hola, ¿Vladi? ¿Seguro que no podemos atacar a Irak?

Por Julian Borger, Patrick Wintour y Nick Paton Walsh
Desde Washington, Londres y
Moscú
Los esfuerzos conjuntos de George Bush y el primer ministro británico Tony Blair para reunir apoyo internacional a una confrontación con Saddam Hussein tropezaron con un obstáculo ayer cuando el presidente Vladimir Putin insistió que no había “bases para un ataque”. Blair y Bush realizaron llamadas telefónicas consecutivas al líder ruso en su casa de vacaciones en Sochi, sobre el Mar Negro, en un intento de acordar una posición unificada sobre Irak en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero Putin difundió rápidamente un comunicado de prensa afirmando que tenía “serias dudas” sobre la justificación para una acción militar. Pero Putin dejó la puerta abierta para un posible ultimátum a Irak para que permita el regreso de los inspectores de armamentos, subrayando “la necesidad de implementar las resoluciones existentes del Consejo de Seguridad sobre Irak”. Los líderes estadounidense y británico también se comunicaron con el presidente francés Jacques Chirac, y Bush telefoneó al líder chino Jiang Zemin.
Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que las llamadas de Bush estuvieron diseñadas sólo para explicar a los otros miembros del Consejo de Seguridad la perspectiva estadounidense sobre la amenaza iraquí y la intención del presidente de consultar a la comunidad internacional antes de emprender cualquier acción militar. Hoy Blair llegará al retiro campestre de Bush en Camp David, Maryland, para consolidar una posición común previamente al mensaje clave de Bush ante la Asamblea General de la ONU el jueves. De acuerdo con funcionarios estadounidenses y británicos, las conversaciones de Camp David se concentrarán en la posibilidad de reunir apoyo del Consejo de Seguridad para imponer una fecha límite a Irak para permitir el regreso de los inspectores de armas de la ONU, en una resolución que autorizaría el uso de la fuerza militar si Saddam rehúsa. Los intentos de EE.UU. de llamar la atención sobre la amenaza de las armas iraquíes de destrucción masiva recibieron un impulso de la Agencia Internacional de Energía Atómica. Un equipo de expertos de la AIAIEA que estudió fotografías satelitales de lugares vinculados con el programa nuclear de Irak ha detectado señales de construcción y otras actividades desde que los inspectores de la ONU abandonaron Irak en 1998.

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George W. Bush trabaja los teléfonos en Washington.
Vladimir Putin dijo que no había bases, y que tenía dudas.
 
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