EL MUNDO › EL GENERAL JAY GARNER, INMINENTE GOBERNADOR

Un arquitecto de “paz” que vende armas

Es un personaje paradójico. Cuando la Oficina de Reconstrucción y Asistencia Humanitaria (ORHA) empiece a funcionar en Irak, Jay Garner podría convertirse en el empresario más poderoso del mundo. Al frente de este organismo, este general retirado de 64 años supervisará desde programas de refugiados y ayuda humanitaria hasta el trazado de caminos y redes cloacales. Pero su trabajo no se reduce a repartir comida y remedios: no sólo será el encargado de introducir el capitalismo de libre mercado en este país, sino el responsable de eliminar del futuro gobierno a miembros del partido Baaz de Saddam Hussein y preparar el camino a la democracia.
No le va a resultar fácil: hasta que se elija a un nuevo presidente iraquí, Garner tendrá que gobernar un país que en 20 años pasó por tres guerras devastadoras y un embargo comercial de 12 años. De todos modos, nadie va a molestarlo: administrará este país sin la intervención de la ONU y sólo tendrá que responder al general Tommy Franks, jefe del Comando Central norteamericano y futuro “líder militar” en Irak. La última vez que Garner estuvo en Irak los iraquíes no querían que se fuera. Doce años atrás, en la primera Guerra del Golfo, se encargó de alimentar a los refugiados kurdos del norte del país. Y cuando se volvía para Estados Unidos, ellos lo llevaron en andas hasta la frontera con Turquía. A Garner le gusta decir que las paredes de su oficina en Washington están empapeladas con los dibujitos que le hicieron los nenes kurdos.
Entró al Ejército en 1960, peleó en Vietnam y en la presidencia de Ronald Reagan lideró el programa antimisiles Star Wars. Además de asistir a los kurdos, durante la primera Guerra del Golfo dirigió el despliegue de misiles Patriot en Israel. Cuando el Congreso norteamericano cuestionó la efectividad de ese sistema de defensa, Garner dijo que éste había sido “un éxito”. Sin embargo, Ted Postol, un experto del Massachussetts Institute of Technology que testificó en esta audiencia parlamentaria, dijo que los Patriot sólo derribaron uno de los 88 Scud que los iraquíes lanzaron hacia Israel y Arabia Saudita. Garner se retiró del Ejército en 1997 con el grado de general de tres estrellas y, sin ninguna experiencia en el sector privado, de un día para el otro se convirtió en el presidente de SY Technology, que fabrica sistemas de dirección y comando para misiles. Los Patriot que Estados Unidos lanzó hasta hace pocos días en Irak y el actual sistema de defensa israelí –financiado por el gobierno estadounidense– fueron diseñados por la firma de Garner. Biff Baker, ex teniente coronel del comando espacial, acusó a SY de recibir 100 millones de dólares en contratos gracias a los contactos de Garner con el Pentágono. SY demandó a Baker por difamación y el litigio se arregló fuera de los tribunales en enero de este año. El año pasado, SY fue comprada por L-3 Communications, que acaba de ganar un contrato por 1500 millones de dólares para proveer servicios de logística a las fuerzas estadounidenses. En la práctica, Garner sigue vinculado a L-3, a pesar de que en enero pidió una licencia sin goce de sueldo.
Según la revista Intelligence Review, Garner tiene fuertes contactos con lobbistas sionistas en el congreso norteamericano y el Instituto Nacional Judío de Asuntos de Seguridad (JINSA), del que forman parte Dick Cheney y Richard Perle. En marzo, Perle renunció al Pentágono luego de que se descubriera que una compañía telefónica contratada por el departamento de Defensa e implicada en el escándalo de Enron le había pagado 725.000 dólares. En Irak, Garner también se encargará de supervisar los contratos de las compañías estadounidenses que emprenderán la reconstrucción de Irak. Entre estas figura una subsidiaria de Halliburton, vinculada al vicepresidente Cheney. “Es asombroso que Bush y Blair elijan a un ex fabricante de armas para liderar la transición democrática en Irak”, dice Michael Shellenberger, de la coalición StopJayGarner.com. El futuro gobernador de facto de Irak fue elegido en secreto, sin audiencias parlamentarias ni entrevistas en la prensa (dijo estar muy ocupado para hablar con los medios). Pero tuvo tiempo de escribir un extenso artículoen la revista Army, donde se alegraba de que “el láser de alta energía usado para matar finalmente se ha hecho realidad”. Es un tipo rubio y entrador, que saluda a todos con una palmada en el hombro. Sus colaboradores lo describen como un hombre “compasivo y volcado a la gente”. Hasta enero pasado, Garner vivía con su esposa Connie en un barrio privado al norte de Disney World y a una cuadra de la mansión del golfista Tiger Woods. Tuvo que mudarse a Kuwait cuando su amigo Donald Rumsfeld lo eligió para gobernar a 24 millones de iraquíes.

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