EL MUNDO › RETIRO A SU EMBAJADOR EN EE.UU.

La reacción de Serbia

A 200 metros del puente que separa Mitrovica, norte del Kosovo que aún celebra la independencia y los primeros reconocimientos internacionales, miles de serbios se reunieron ayer para expresar su rechazo a la secesión. En esa ciudad, dividida entre el río Ibar, viven en la parte norte unos 40.000 serbios y en la parte sur unos 80.000 albaneses. Otras banderas, también con el águila bicéfala, y otros himnos patrióticos trataban de reforzar la alicaída identidad de los que sienten que les han robado la tierra y los símbolos. Ayer también, el premier serbio, Vojislav Kostunica, anunció ante el Parlamento que ordenó a su embajador en Washington que regrese inmediatamente a Belgrado.

Kostunica añadió que ésta era la primera medida urgente del gobierno, que sería efectuada en todos los países que reconocieran la independencia unilateral de Kosovo. “El ministro de Relaciones Exteriores, Vuk Jeremic, ordenó una retirada urgente de los embajadores de todos los países que han reconocido la proclamación unilateral de independencia de Kosovo”, dijo la agencia Beta, citando un comunicado de la Cancillería.

Mientras, en la calle hubo expresiones de recelo. La de Mitrovica no fue la única protesta. Las hubo en Gracanica y en otros enclaves serbios del sur y este de Kosovo. Más de 5000 personas, la mayoría estudiantes, manifestaron en el centro de Belgrado contra la independencia de Kosovo. “Kosovo es Serbia”, “Levántate, Serbia” o “Kosovo es el corazón de Serbia”, corearon los manifestantes, agitando banderas de su país. Los estudiantes respondieron a un llamamiento de sus camaradas de la Facultad de Derecho, pero entre los manifestantes también se pudo ver a numerosos hooligans de equipos de fútbol serbios. La mayoría de los manifestantes se reunieron ante la catedral ortodoxa de Belgrado, Santa Sava, aunque un grupo de radicales abandonaron la concentración para intentar acercarse a la Embajada de Estados Unidos, que fue objeto de pedradas la noche anterior. Un importante dispositivo de seguridad impidió que llegaran a la legación. La policía fue desplegada también de forma masiva ante otras embajadas. Un grupo de un centenar de hinchas de fútbol consiguió de todas formas destrozar los cristales de un restaurante McDonald’s y tres de ellos fueron detenidos por la policía.

Otro grupo lanzó piedras contra la Embajada de Turquía, en el centro de la capital, aunque los manifestantes fueron dispersados rápidamente por las fuerzas del orden. Otros mil manifestaron en Banja Luka, la principal ciudad serbia de Bosnia-Herzegovina, donde se gritó “muerte al albanés”. A pesar de la intensa emoción desplegada, no hubo incidentes graves.

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