EL PAíS › IDENTIFICAN A POBLETE COMO EL ASESINO DE FUENTEALBA

“No se me olvida más”

“Yo vi cuando se puso detrás del auto, se levanta la visera de su casco, apunta y dispara”, afirmó Marcela Roa en la tercera audiencia del juicio por la muerte del maestro Carlos Fuentealba.

 Por Elio Brat

Desde Neuquén

El testimonio de Marcela Roa fue contundente: “Yo vi el rostro del policía que apunta a la parte trasera del Fiat 147 (donde viajaba el maestro Carlos Fuentealba) y dispara”. Cuando le consultaron si esa persona estaba en la sala, la maestra no dudó: “Sí, es él”. Y señaló al cabo primero Darío Poblete, que estaba sentado a su derecha. La defensa del policía la acusó de falso testimonio e intentó que la testigo fuera detenida, pero el tribunal no hizo lugar.

La seguridad y los detalles con que Roa detalló ante el tribunal lo que vio la mañana del 4 de abril del 2007 en la ruta 22 no dejaron margen para las dudas. La testigo contó que vio cómo el auto donde iba Fuentealba zigzagueaba luego de haber sido rodeado por policías y que pasó muy cerca de uno que lo llegó a esquivar. “Como el auto donde yo estaba quedó al costado de donde frenó el Fiat, yo vi cuando ese policía caminó y se puso detrás del auto, se levanta la visera de su casco, apunta y dispara”, aseguró Roa. Agregó que cuando el policía empezó a retirarse, decidió correrlo, “Asesino, hijo de puta, vos lo mataste”, le gritó.

La testigo ya había identificado a Poblete a pocos días de los hechos, en una rueda de reconocimiento con tres policías. Ayer ratificó sus dichos y recordó características del policía: “Lo reconocí por sus cejas anchas, por su espalda ancha y con los hombros caídos y su altura de 1,75 metro”. En ese momento le consultaron si veía algo distinto en el policía y tampoco dudó: “Ahora está rapado”, dijo. Poblete tiene actualmente su cabeza de esa manera, pero la docente recordó que “cuando dos policías se lo llevaron en la ruta para introducirlo en una camioneta policial, los tres agacharon la cabeza y yo ahí vi que tenía pelo debajo del casco”. “Yo le vi la cara a ese policía porque se levanta la visera de su casco antes de disparar”, reiteró varias veces Roa ante los jueces. Agregó que cuando lo siguió, además de insultarlo, gritaba a sus compañeros: “¡Se lo llevan, se lo llevan!”. “Cuando lo metieron en una camioneta, yo choqué contra la fila de policías con escudos que había en la ruta atrás. Allí un policía me apuntó y yo le dije ‘Dispará, total está lleno de medios’, a lo cual él se rió y se fue.” La maestra también recordó que otro policía, de camisa celeste, la miró, se rió y le dijo “Mamita, por qué no te vas a tu casa”. “Yo no dejaba de llorar por la rabia que tenía”, agregó.

Luego de este relato, la fiscalía y la querella le consultaron si el policía que ella vio disparar contra el auto de Fuentealba era Poblete, a lo que Roa contestó: “No me quedan dudas: era él”. Y señaló al acusado. “Ese rostro no se me olvida más”, dijo sin titubear.

El defensor de Poblete, Ladislao Simón, le hizo pocas preguntas a la testigo. Nervioso, se levantó de su silla y dirigiéndose al público dijo: “La señora acaba de mentir y debe ser detenida y llevada a un juez de instrucción por falso testimonio”. Luego, intentó entregar dos fotos al tribunal donde aseguraba que se veía a Poblete en la fila de policías con escudo “y no donde esta señora dijo que estaba”.

Luego de deliberar, el reclamo de la defensa fue rechazado por el presidente del jurado, Mario Rodríguez Gómez. Cuando le dijeron que podía seguir con el interrogatorio, aseguró: “Ante un tribunal ciego, no tengo más que decir”.

Cuando Roa salió de la sala de audiencias, sus compañeros del gremio ATEN la abrazaron en medio de llantos y gritos de apoyo. “Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”, corearon. Pero el abrazo más emocionante de ayer fue el de la esposa del maestro asesinado, Sandra Rodríguez, con la maestra que terminaba de declarar. “Marcela fue muy contundente y todo lo que dijo fue muy preciso. Le acabo de decir a Marcela que llegó el momento en que puede dormir en paz. Y que por el resto de su vida sepa que así va a ser por lo que hizo. Yo se lo agradezco muy especialmente. Le acabo de entregar una foto de mis hijas y yo, después de la muerte de Carlos, para que la tenga por siempre en su casa.”

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Marcela Roa es una testigo clave porque reconoció a Darío Poblete.
Imagen: Télam
 
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