Los cruces de campaña por los escraches de ruralistas a dirigentes del oficialismo continuaron ayer. El titular de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, pidió reclamos pacíficos pero, a la vez, responsabilizó al Gobierno por los ataques contra el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y el jefe de la bancada oficialista en la Cámara baja, Agustín Rossi. “La misma actitud del Gobierno provoca una irritación, son actos proselitistas con 300 policías en un pueblo”, justificó. Desde el kirchnerismo, el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, consideró que “los De Narváez, los Macri, los Solá, los Biolcati, los Cobos, generaron este tipo de situaciones”. Y el ministro del Interior, Florencio Randazzo, calificó a los escraches como “minoritarios” y “antidemocráticos”.

Dirigentes de la oposición mostraron un tibio repudio a los hechos de los últimos días, y reiteraron sus críticas al Gobierno. El segundo candidato a diputado nacional por Unión-PRO, Felipe Solá, buscó ganar protagonismo en una campaña que lo tiene relegado criticando la custodia de “300 policías preparados para reprimir” que utilizan –dijo– tanto Scioli como la presidenta Cristina Fernández, cada vez que hacen un acto en el interior bonaerense. “No me parece forma de hacer una campaña electoral”, opinó.

Biolcati aseguró que “ya está definido” que el Gobierno perderá la mayoría parlamentaria, y que “da lo mismo Concertación Cívica, neo peronismo, peronismo federal o lo que fuere”, siempre y cuando gane la oposición. “Nosotros somos muy pluralistas –definió Biolcati–, sólo buscamos el equilibrio de fuerzas.”

“Es un pobre tipo –respondió, categórico, Aníbal Fernández–, tan pobre que solo tiene plata.” Para el ministro, detrás de los escraches hay “cuatro tilingos manijeados por la Sociedad Rural. Y el presidente de la Sociedad Rural, que es el campeón mundial de los tilingos”. Fernández añadió que las fuerzas oficialistas “van a ganar muy bien” las elecciones. En coincidencia con Biolcati, la presidenta de la SR de Lobería, Cecilia Otamendi, se refirió a la agresión sufrida por el gobernador Scioli en esa ciudad y estimó que el tema “ahora se está aplacando un poco, de todas maneras no con esto vamos a atenuar” las protestas y calificó a las autoridades como a “una banda de ladrones”.

Con términos algo más diplomáticos que su par de Justicia, el ministro del Interior también se sumó a la polémica en torno a las agresiones. “En todos los casos se trató de un grupo de 30 inadaptados, que contaron además con la complicidad de los medios –dijo Randazzo–, porque lo único que reflejaron los diarios al día siguiente fueron los intentos por entorpecer los actos oficiales”, opinó y también afirmó que “el 28 de junio va a quedar demostrado que la mayoría de los argentinos repudia a los violentos”.

Francisco de Narváez, que el sábado había declarado que los candidatos de Unión-PRO pueden “caminar por la calle” porque tienen “la cola limpia”, fue otro blanco elegido por Aníbal Fernández: “El no tiene limpio el celular, porque desde su celular llamaba a un narcotraficante y eso es algo que tiene que explicar en el juzgado”, le contestó. Además, relativizó la “higiene” de los dirigentes opositores al apuntar que “el vicepresidente (Julio Cobos) tiene más de 100 personas abocadas a su custodia” y “De Narváez tiene 120 hombres” designados para su seguridad.