EL PAíS › LOS DIRIGENTES DE LA ALIANZA DE DERECHA CONCURRIERON AL DIáLOGO POLíTICO Y REALIZARON VARIOS RECLAMOS

Quejas de bandoneón con partitura de Unión-PRO

En la visita de Gabriela Michetti, Francisco de Narváez y Felipe Solá a la Rosada no hubo espacio para regalos como el que Mauricio Macri le hizo a la Presidenta: el clima fue cordial, pero hubo reproches y se pidieron “hechos concretos”.

 Por Werner Pertot

No le llevaron un bandoneón, pero sí una lista larga de reclamos. Los referentes de Unión-PRO Francisco de Narváez, Gabriela Michetti y Felipe Solá se reunieron con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y le regalaron, además de su propuesta sobre reforma política, sus planteos sobre la pobreza, la inseguridad, el Indec, los superpoderes, el Consejo de la Magistratura y otros temas del repertorio opositor. De entrada, De Narváez se quejó porque el Gobierno avanzó “inconsultamente” con cambios en el Indec y la Oncca. Luego predominó un clima cordial, según ambas partes. Al final, Solá dijo que el diálogo está bien, pero que hacen falta “hechos concretos”. “La gobernabilidad depende del Gobierno, no de la oposición”, sentenció.

Al encuentro en Casa Rosada asistieron, además de los protagonistas de la victoria de Unión-PRO, los macristas Federico Pinedo, José Torello y Esteban Bullrich y los diputados electos Claudia Rucci y Gustavo Ferrari, mano derecha de De Narváez. A Randazzo lo acompañaban el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y el subsecretario de Asuntos Políticos y Electorales, Norberto García. Los líderes de centroderecha fueron recibidos en una mesa con platos con masitas, café y botellas de agua mineral. La conversación duró una hora.

Masitas y mazazos

Cuando entraron, Randazzo intercambió un frío saludo con Solá, de quien fue funcionario cuando era gobernador. Luego los felicitó por el triunfo en las elecciones, planteó que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le había pedido que iniciara el diálogo sobre la reforma política y les expuso la propuesta del oficialismo.

De Narváez fue el primero en responder. “¿Para qué se llamó a esta mesa? ¿Para que pase lo que pasó con la reunión en la que acordamos una agenda en Diputados? Después anuncian que el Consejo de la Magistratura no se toca y nos encontramos con la sorpresa de que hicieron cambios en el Indec sin consultarnos. Si el diálogo político va a ser así, no tiene sentido”, advirtió el dirigente de Unión-PRO, quien consideró que el tema más urgente es la pobreza. “La Iglesia dice el 40 por ciento, pero la mitad de la población está bajo el nivel de pobreza e indigencia”, afirmó De Narváez, que presentó su flamante proyecto para que haya un plan nacional de ayuda social. “La universalización significaría 9600 millones de pesos”, contestó Randazzo, quien le dijo a Solá: “Coincido con lo que dijiste de que no se puede plantear la universalización y una baja a cero de las retenciones”. El ex gobernador no asintió ni respondió.

Michetti rescató la iniciativa de llamarlos a dialogar y consideró que, sin perder de vista lo social, “hay que avanzar a pleno con la reforma política”. Le entregaron los proyectos de Unión-PRO, que se centran en la boleta única. Ferrari les pidió que aceleraran el trámite. “Que no se haga eterno: dicen que van a hablar con todos los partidos, con los académicos. No se termina más.” Abal Medina aseguró que piensan tener el anteproyecto para noviembre y Randazzo le recordó a Solá el proyecto de internas abiertas y simultáneas que ambos idearon para la provincia de Buenos Aires.

–¿Te acordás cuando hicimos esta reforma juntos? –le comentó el ministro del Interior.

–Sí. ¿Te acordás que no funcionó? –le contestó Solá.

El ex gobernador remarcó que se tiene que avanzar en la reforma política y en el plano social a la vez y le planteó a Randazzo que el Gobierno tiene que admitir que aumentó la pobreza. “Tienen que informar qué hace el Ministerio de Desarrollo Social. Si uno sale a la calle y le pregunta a la gente qué hace Alicia Kirchner, todos van a contestar que no saben. Los programas sociales no se comunican”, advirtió. Solá transmitió así un comentario que suele circular entre los intendentes del conurbano.

Bullrich recordó luego que él hizo un pedido de informes para que le dieran detalles sobre los programas sociales. “Me contestaron que no daban información para no avergonzar a los que reciben el plan”, se quejó. “Queremos que nos respeten y nos den información”, advirtió. El diputado volverá a presentar un pedido de información sobre estos temas.

Pinedo le insistió a Randazzo sobre la “recuperación de la calidad institucional”. Aunque el Indec sobrevoló todo el encuentro, allí el jefe de bloque de PRO le planteó que se deben terminar “las restricciones al comercio, para parar la destrucción del empleo”. Nadie lo dijo, pero quedó claro que se refería a Guillermo Moreno. Pinedo también destacó que el ámbito para discutir la agenda es el Parlamento. “El ámbito natural es, sin lugar a dudas, el Congreso. Este espacio de diálogo no es excluyente de otros”, coincidió Randazzo. Rucci y Ferrari volvieron sobre las mismas propuestas referidas a la pobreza y la seguridad. “Esta vez Rucci no se apartó del libreto”, suspiraban aliviados en Unión-PRO.

Plazo perentorio

Sobre el final del encuentro, Solá planteó que “el Gobierno tiene que cambiar el clima de incertidumbre. Queremos hechos concretos, hechos ya para que la gente recobre la confianza en la política. No se puede esperar”. “Un hecho concreto que le daría una señal a la sociedad sería el voto electrónico”, ejemplificó. Tanto oficialistas como opositores coincidieron en que, pese a los temas que se tocaron, el encuentro fue siempre en un tono amable. Sobre el final, Randazzo y Solá se saludaron más efusivamente que al comienzo. Si bien no quedaron en una fecha para una siguiente reunión, los dirigentes de Unión-PRO se fueron con la idea de que habrá un nuevo encuentro. Los opositores se mostraron luego exultantes ante las cámaras porque pudieron plantear toda su agenda.

“El diálogo es una oportunidad pero, si no generan hechos concretos, la decepción va a ser más grande”, resumió Pinedo ante Página/12 el planteo que le hicieron al ministro del Interior. De Narváez se mostró optimista con que cambie “la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo”, aunque más temprano había pedido que Kirchner “se aparte del gobierno urgentemente”. “Lo cortés no quita lo valiente, pero poniendo un plazo perentorio para que el Gobierno convoque inmediatamente a sesionar en Diputados, donde el diálogo debe ser permanente y no de miércoles a miércoles en la Casa Rosada”, cuestionó el empresario.

Tras el encuentro, Solá insistió en que “el país sabe lo que hace Moreno pero no lo que hace Alicia Kirchner” y Michetti destacó que “no hubo ninguna respuesta concreta del ministro, pero tomó nota y se comprometió a traspasar todo a la Presidenta”. “Por supuesto, va a haber respuesta a todos los planteos”, prometió luego Randazzo en una conferencia de prensa. El reloj PRO ya empezó a contar los días.

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El ministro del Interior, Florencio Randazzo, en el momento del saludo a Francisco de Narváez.
Imagen: Télam
 
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