Los principales bloques opositores volvieron a reunirse ayer por la noche para fijar una estrategia común en su intento de disputarle al kirchnerismo el control de la Cámara de Diputados, pero las diferencias volvieron a postergar un acuerdo. El planteo unificado llega hasta el reclamo del 60 por ciento de los presidentes e integrantes de todas las comisiones legislativas, además de las tres vicepresidencias de la Cámara. Las divergencias aparecen a la hora de definir cómo harán valer su peso en el recinto –entre 135 y 140 diputados, según sus propios cálculos– y vencer la resistencia oficialista. Hoy le pedirán al presidente del cuerpo, Eduardo Fellner, una reunión de Labor Parlamentaria antes del jueves para tratar de arribar a un acuerdo con el oficialismo.

En el despacho del segundo piso del Palacio Legislativo que ocupa el jefe de la bancada radical, Oscar Aguad, no faltó nadie. A la convocatoria de presidentes de bloque asistieron Elisa Carrió y Adrián Pérez (CC), Felipe Solá y César Albrisi por el peronismo disidente, Federico Pinedo (PRO), Mónica Fein (socialismo), Horacio Alcuaz (GEN), Claudio Lozano (Proyecto Sur), Eduardo Macaluse (SI) y Miguel Bonasso (Diálogo por Buenos Aires).

Pero las definiciones, en medio de desconfianzas mutuas, solo alcanzaron para reclamarle a Fellner una reunión para tratar de sellar un acuerdo con el bloque K antes de la sesión preparatoria del 3 de diciembre. Le plantearán el reparto de todas las comisiones, con un 40 por ciento para el oficialismo y el 60 restante en forma proporcional para los bloques no K. En tanto, la vicepresidencia primera para la UCR (Ricardo Alfonsín), la segunda para el PJ disidente (Alfredo Atanasof) y la tercera para la CC (con nombre aún indefinido), a cambio de dejar la presidencia en manos K. La propuesta no seduce al kirchnerismo, que intentará resistir la embestida.

Solá propuso que en la sesión del jueves sólo se elijan autoridades y pasar a un cuarto intermedio para el día siguiente –el abanico opositor contaría con los votos para imponerlo– y allí terminar de definir la composición de todas las comisiones, hasta completarlas. La posible deserción de los sectores de centroizquierda –a los que se habrían sumado socialistas y el GEN– obligó al bloque opositor a dejar de lado, por ahora, la idea de dar pelea por la presidencia de la Cámara.

En líneas generales, Carrió comparte la propuesta de Solá. Pero le planteó su desconfianza en la cara: “Vos sos peronista, pensás en los fines y no en los principios”, le espetó. Todo el espectro opositor volverá a verse cara a cara después de conocer la respuesta del oficialismo a su pedido. Recién entonces tomarán una decisión definitiva que trate de contener al variopinto abanico que conforman todos los bloques de la oposición.