EL PAíS › EL EX PRESIDENTE SE LANZó Y PIDIó “NO TENER MIEDO DE HABLAR DE REPRESIóN”

Duhalde en versión televisiva

Presentó su candidatura presidencial en Costa Salguero, con un acto con estética norteamericana, sin bombos ni banderas. Insistió en presentarse como el más indicado para poner orden en el país. Redrado y Ritondo entre los presentes.

Con una puesta en escena en la onda pastor evangélico, Eduardo Duhalde lanzó ayer su precandidatura presidencial con varias referencias a la necesidad de “pacificar” el país. “No tengan miedo de hablar de represión, que no es matar a nadie, sino vivir en un país donde el Estado tiene funciones indelegables”, continuó Duhalde con uno de sus temas favoritos mientras su imagen era reproducida en una pantalla gigante en el escenario del complejo Costa Salguero.

Duhalde descartó el habitual atril y se calzó un micrófono de oreja, como si fuera un conductor televisivo. La novedad le permitía ir desplazándose por el escenario mientras hablaba y acompañar sus afirmaciones con ampulosos gestos con las manos. Si a esto se le agrega que su tono era un poco más alto que el que acostumbra, da una idea de lo poco natural que se lo veía ayer el ex presidente sobre el escenario. Indudablemente, había recibido algunos consejos de algún asesor de imagen que “aggiornó” la estética de sus actos, sin bombos ni banderas.

Duhalde se lanzó por el espacio del Peronismo Federal, en el que hoy no se sabe bien quién participa porque el senador Carlos Reutemann se corrió, mientras que el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, y el diputado Felipe Solá –que también ambicionan llegar a la Casa Rosada– mostraron sus diferencias con el sector.

En otra de las novedades del acto, Duhalde hizo un alto en su mensaje y pasó en la pantalla extractos de su discurso de asunción en enero de 2002, en el que también hablaba de paz. “No son tiempos de gritar sino tiempos de reflexión para todos los argentinos, no quiero hablar del pasado”, sostuvo. “No insistan más, yo no soy de derecha, soy simplemente peronista. Venimos a cumplir el sueño de Perón y Eva Perón”, enfatizó.

A partir de los hechos del Parque Indoamericano, desde el gobierno nacional comenzaron a acusar a Duhalde de estar detrás de quienes producían hechos de violencia y agitaban el clima. Al comienzo de la toma Duhalde estaba en Estados Unidos, donde consideró que Argentina se encontraba en una situación “preanárquica”.

Ayer no dijo exactamente eso pero sí que “la Argentina está sedienta de paz”. “Si no sabe el Gobierno cómo se hace, que venga como ha venido infinitas veces a hablar conmigo”, chicaneó. No fue la única indirecta a la presidenta Cristina Kirchner. Otra fue cuando alabó las gestiones de los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil; José “Pepe” Mujica, de Uruguay, y de la ex mandataria chilena Michelle Bachelet. “Esos son revolucionarios en serio, no de opereta”, diferenció.

Un largo tramo el discurso lo dedicó a la necesidad de poner en marcha políticas que favorezcan las industrias e insistió con lo de “construir un proyecto nacional: necesitamos políticas públicas a largo plazo”.

Duhalde habló unos 40 minutos y fue el único orador del acto. Sobre el escenario sólo se mostró rodeado de jóvenes, los hijos de los secretarios de las 62 Organizaciones Peronistas.

Los menos jóvenes estaban en las primeras filas. Allí se veía, obviamente, a su esposa, la senadora Hilda “Chiche” Duhalde, sentada junto a la diputada Graciela Camaño, quien después de pegarle una piña a Carlos Kunkel anunció su postulación como candidata a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Estaban cerca la causa de aquella pelea, su marido, el titular de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, y el secretario de las 62 Organizaciones, Gerónimo “Momo” Venegas. Además participaron el ex presidente del Banco Central Martín Redrado, el jefe del bloque de legisladores macristas Cristian Ritondo, el rabino Sergio Bergman, el ex ministro de Educación porteño Abel Posse, los diputados Ramón Puerta, Alfredo Atanasof y Claudia Rucci, el ex defensor del Pueblo Eduardo Mondino y los dirigentes Carlos Brown y Miguel Angel Toma. De afuera de la política, el histórico ex 10 de River Beto Alonso y la mamá de Adrián Suar, Lilian Keller.

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Las pantallas reproducían las imágenes de Duhalde y también recordaron tramos de sus discursos.
Imagen: Sandra Cartasso
 
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