EL PAíS › OPINION

El error de Luis Quevedo

Por Jorge Matheus *

El domingo pasado, en la página 4 de este diario se publica una columna de Luis Alberto Quevedo titulada “El error de Solá” cuyo discurso –y en especial su frase final “en un sentido, Solá es apenas un político local comparado a ella”– quiero replicar.
Felipe Solá es el gobernador de la provincia de Buenos Aires no por obra de la casualidad sino porque así lo establece la Constitución provincial. Ante el alejamiento de Carlos Ruckauf, el vicegobernador Solá lo reemplazó. Su legitimidad es incuestionable. A ello vale agregar que durante la campaña electoral del año 1999 no dejó lugar sin recorrer de la geografía provincial, por lo que vendría bien que aquellos que analizan el presente le pegaran una mirada a los resultados electorales de aquel año. Una cifra superior a los 80 mil votos se logró en el interior, y mal que les pese a algunos fueron aportados por quien ocupa la más alta magistratura provincial. La victoria no se logró en el apogeo de la Alianza sino en el mayor auge de la unión entre radicales, frepasistas y socialistas.
Sin desvalorizar en absoluto los “cojones” femeninos a los que usted, Quevedo, hace referencia en su nota, es bueno que sepa que también es tener “cojones” asumir la responsabilidad de conducir los destinos de esta provincia de un día para el otro, y en una situación extremadamente complicada, pues ni siquiera se sabía cómo se iba a hacer frente al pago de los salarios de los empleados públicos.
Interpretar que ha habido subestimación del poder que gozan dirigentes de la provincia, es no conocer las cualidades humanas de Felipe Solá. Cuando se piensa en los más grandes intereses de la Patria, no se puede invitar a una fiesta. Se invita a asumir el desafío de reconstruir en serio, sabedor de lo que el otro aporta. Licenciado Quevedo, sea por su formación intelectual, sea por el origen de su apellido, usted conocerá un viejo axioma español: “No gastarás chanzas en quien no tengas aprecio”.
Se ha dicho muchas veces que son odiosas las comparaciones pero, por el tenor de su palabra escrita, vale realizarlas. En este caso, comete un grosero error de conocimiento. ¿No sabe usted, acaso, que Solá fue ministro de esta provincia entre 1987/89, secretario de Agricultura de la Nación entre 1989/91, diputado nacional entre 1991/93 y nuevamente titular de la Secretaría de Agricultura entre 1993 y 1998? ¿No sabe usted el trabajo realizado por Solá en el mundo entero en pro de eliminar los subsidios agrícolas que tanto perjudican a la Argentina, lo que ha sido elogiado por propios y extraños, a tal punto de haber sido condecorado por el gobierno francés por su compromiso en esta cuestión y en el fortalecimiento de la relación entre ambos países? ¿Desconoce las políticas de neto corte social y federalista implementadas por Solá desde la Secretaría de Agricultura como Cambio Rural (destinado a pequeños productores); Programa Social Agropecuario (creación de infraestructura para minifundistas); Pro-Huerta (programa llevado a cabo por el INTA); Red de Mujeres Rurales (para desarrollar liderazgos y gozar de beneficios para crecer) y que aún se mantienen? ¿Desconoce usted que durante la gestión de Solá en Agricultura se erradicó la aftosa de la Argentina y se abrieron mercados, cerrados desde hacía más de 50 años, para las carnes de nuestro país?
Si por estas cosas Solá es un político “local”, cualquier debería enorgullecerse de que así sea. Es una lástima que una persona informada y con suficiente preparación intelectual desconozca esos datos.

* Subsecretario de Prensa y Difusión de la provincia de Buenos Aires.

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