La Asociación Mutual Israelita Argentina, la mayor organización de la colectividad judía, dará hoy su paso principal para elegir presidente por los próximos tres años. La pelea de fondo se da entre los que representan a la ortodoxia religiosa –Bloque Unido Religioso, lista 4–, que actualmente gobierna la AMIA, y Acción Plural, lista 1, que encabeza Luis Grynwald. Esta lista reúne a los sectores más progresistas, como los rabinos Daniel Goldman, Abraham Skorka y Felipe Yafé, así como a numerosas personalidades del mundo del arte y el periodismo, como Cecilia Roth, Lía Jelin, Jorge Telerman, Fanny Mandelbaum, Miriam Lewin, Sebastián Wainraich o Axel Kutchevatzky.

En el medio hay otras dos listas, la 2, Acción Comunitaria, y la 3, Iajad, que pueden terminar inclinando la balanza el día después, porque se necesita más del 50 por ciento de los representantes para elegir al futuro presidente. Todos coinciden en que pocas veces se vio tanta movilización en la comunidad judía. De uno y otro lado. El sector religioso advierte que, en el marco de la tradicional disciplina de sus integrantes, tendrá muchos votos, incluso de socios no religiosos. Acción Plural confía en que el clima candente de la elección termine llevando a las mesas a personas que en anteriores comicios no concurrieron.

Del total de 19.000 personas habilitadas para votar, no son pocos los que diagnostican que la enorme pasión que existe en esta oportunidad puede llevar a las urnas a 10.000 socios e incluso más. Se trata de un factor clave en la elección, porque se sabe que el Bloque Religioso tiene una organización interna y una disciplina muy férrea, por lo que la capacidad de ganar la elección de Acción Plural y también de las dos listas que se ubican en el medio, Acción Comunitaria y Iajad, depende justamente de que la cantidad de gente que concurra sea importante.

El sistema electoral de la AMIA es indirecto. Hoy se elige la asamblea de 90 representantes, que se reunirá para definir el presidente que sucederá, por tres años, al actual titular, Guillermo Borger. Se necesitarán entonces 46 representantes que, por supuesto, se obtendrán si una lista saca más del 50 por ciento de los votos. Lo más probable, en cambio, es que alguna de las dos listas que se supone tendrán mayor cantidad de sufragios necesite hacer una alianza con las dos listas que están en el medio –o con alguna agrupación de esas listas– para lograr la cifra de representantes que les permita tener el presidente.

Las cuatro listas participantes son las siguientes:

- La lista 1, Acción Plural, cuyo candidato a presidente es Luis Grynwald. Reúne a los sectores que más se diferencian de la ortodoxia religiosa. En esta lista están las agrupaciones ubicadas en el progresismo, el centroizquierda o la izquierda, como Convergencia, ICUF y Meretz, y las personalidades del arte, la cultura y el periodismo.

- La lista 2, Frente Unido Comunitario, lleva como candidato a presidente a Isaac Ursztein, ex presidente de Macabi. El peso fundamental de esta lista lo tienen la agrupación AMIA es de Todos, que acaudilló el rabino Sergio Bergman y Avodá, el Partido Laborista. Bergman hizo un acuerdo con los religiosos después de la anterior elección, lo que le permitió a Borger gobernar la AMIA. En la lista 2 también están José Scaliter y Darío Wertheim, ex titular de la Fundación Tzedaká.

- La lista 3, Iajad, proviene de una ruptura con la anterior. Su candidato a presidente es el presidente de Hebraica, Oscar Ofender. Reúne también al Likud y al Movimiento Sionista Renovador. Según la Agencia Judía de Noticias, esta lista es proclive a un acuerdo con los religiosos.

- La lista 4, Bloque Unido Religioso, postularía para presidente a Angel Barman. En verdad, el sector religioso suele no adelantar el nombre de su candidato, una forma de evidenciar su nivel de disciplina. El rabino Samuel Levin es su principal orientador.

Como se sabe, los sectores progresistas argumentan que el Bloque Religioso representa una forma cerrada de judaísmo y que la AMIA debe representar a la mayoría de los integrantes de la colectividad que no son ortodoxos. “El judaísmo no es monolítico –afirma el rabino Yafé, de la comunidad Bet Hilel–, y no acepta esa división planteada en algún momento por los ortodoxos entre judíos genuinos y no genuinos. El judaísmo es abierto, pluralista.” En la misma sintonía, el rabino Daniel Goldman redactó una carta abierta en la que concluye: “El pensamiento crítico vinculado a un enfoque iluminista, el lugar igualitario de la mujer, la elaboración filosófica y la identidad de los que abrazaron la tradición judía como una bella opción de vida intenta ser borrada de un plumazo y de manera autoritaria por aquellos que el supuesto designio divino les fue revelado. Esto se aleja de los caminos de nuestro pasado y resulta peligroso”.

Algunos de los puntos de debate, en el pasado y también en el futuro:

- El rabino Levin fue un duro oponente a la ley de matrimonio igualitario.

- La ortodoxia se opone en forma categórica a que los judíos convertidos –aunque se hayan convertido al judaismo hace 30 años– sean enterrados en los cementerios de la comunidad junto con el resto de los judíos. Hay un terreno en construcción para los conversos, pero eso significa que no podrán ser enterrados en el mismo cementerio las parejas en que un miembro es convertido. Esta óptica ha derivado en situaciones familiares dramáticas y dolorosas. Curiosamente, en el cementerio judío de Santa Fe los judíos convertidos son enterrados junto con toda la comunidad.

- El papel de la mujer es también fuente de un serio debate. La ortodoxia no permite que una mujer acceda al rabinato y, en general, en el campo religioso ortodoxo la preeminencia del hombre es absoluta.

- En algún momento la ortodoxia habló hasta de judíos genuinos y no genuinos, una distinción realizada por Borger, entonces flamante presidente de la AMIA.

Hay 18 centros de votación en toda el área metropolitana. Los socios de la AMIA que no saben dónde votan pueden llamar a 4959-8851/54.