EL PAíS › EL SOCIALISTA BONFATTI Y EL PERONISTA ROSSI, LEJOS DEL RESTO

Una brecha que se agranda

En Santa Fe, los números finos de la interna permiten ir dibujando la fortaleza de las alianzas. El PRO obtuvo 14,83 por ciento.

 Por Sebastian Abrevaya

Con la llegada de los números totales del lento escrutinio santafesino, el escenario político provincial fue moderando la sorpresa de los primeros cómputos. Los ganadores, el socialista Antonio Bonfatti, por un lado, y el peronista Agustín Rossi, por el otro, agrandaron la brecha que los separaba de sus seguidores, que a medianoche del domingo parecían mirarlos de cerca. El delfín del gobernador Hermes Binner venció al radical Mario Barletta por 14 puntos, mientras que Rossi hizo lo mismo con Omar Perotti por 9,9. Aunque fueron derrotados, Barletta y Perotti superaron las expectativas originales, postergando al tercer puesto a Rubén Giustiniani y Rafael Bielsa, los perdedores de la jornada, respectivamente. El que consolidó una inesperada elección fue Miguel Del Sel que, a pesar de competir solo, salió tercero en cantidad de votos, con un 14,83 por ciento del padrón general.

Los resultados finales se completaron a las 6.30 de la mañana y quedaron así: en el peronista Frente Santa Fe para Todos, Rossi obtuvo el 39,92 por ciento; Perotti el 30,02; Bielsa el 28,36; Juan Carlos Mercier el 1,7. En la entente socialista-radical, Bonfatti trepó al 44,95 por ciento, Barletta al 30,92, Giustiniani al 23,36 y Luis “Changui” Cáceres un módico 0,77.

En términos de fuerzas políticas, el peronismo superó al Frente Progresista, con unos 678 mil votos contra alrededor de 651. Habrá que analizar con cautela ese resultado antes de trasladarlo al escenario de la elección general del 24 de julio.

A priori, los socialistas tomaron nota de estos números, aunque consideraron que la mayoría de los votos de Mercier, así como buena parte de los de Perotti, no se encolumnarán detrás de Rossi, sino que podrían migrar hacia el capocómico. De igual forma, en el bunker peronista consideraban ayer que algún voto “gorila” que acompañó al radical Barletta también podría terminar en el integrante de Midachi.

“Que lo diga Rafael Bielsa, que en 2007 salió a festejar tras la primaria y después terminó perdiendo por doscientos mil sufragios”, desafió ayer Bonfatti, con aire de ganador. Lo cierto es que en 2007 el Frente Progresista había quedado abajo del PJ, pero porque llevaba como candidato único a Binner, quien luego se impuso.

Como se dijo desde el principio, el gobernador fue el responsable máximo de la victoria de Bonfatti, que arrancó de muy abajo y se alzó con la victoria gracias al arrastre de su imagen positiva. Binner quedó entonces claramente posicionado para jugar en las ligas nacionales y se espera que por estos días resuelva si será compañero de fórmula del radical Ricardo Alfonsín o si lidera un espacio de centroizquierda.

Un efecto similar produjo la buena imagen del gobierno de Cristina Fernández sobre Agustín Rossi, quien en 2009 había sufrido las consecuencias cuando la relación de los santafesinos con el kirchnerismo estaba en su peor momento por la resolución 125. Leída en clave nacional, las dos expresiones del kirchnerismo acumularon el 68 por ciento de los votos, mientras que el reutemismo expresado en Perotti y Mercier se arrimó al 32. “Ahora nosotros tenemos el desafío de contener a todo el peronismo, que por primera vez en ocho años tiene una identidad kirchnerista”, sostuvo en diálogo con Página/12 un dirigente que llevó a Rossi en el tope de la boleta. En principio, Carlos Reutemann afirmó que si lo llaman, acompañará al Frente Santa Fe para Todos con el objetivo de recuperar el gobierno.

“Ahora sí, Miguel gobernador”, se leía ayer en carteles gigantes por las calles de Rosario. La sorpresa fue que, en cantidad de votos, Del Sel se ubicó tercero con unos 235.500, detrás de Bonfatti (292.500) y Rossi (270.500). Pero como señaló con agudeza el dirigente radical Leopoldo Moreau, la lista de diputados provinciales del PRO, en cambio, sacó solamente 66.600 mil votos, lo que demostró cierta tendencia personalista del sistema de boleta única, que permite “cortar boleta” con sólo marcar una cruz en un casillero distinto, y que debilita el sistema de partidos políticos.

Hilando un poco más fino, la elección también dejó lecturas a nivel local que dan cuenta, por ejemplo, del delicado equilibrio de poder entre socialistas y radicales. Si bien Barletta perdió por 14 puntos en la categoría a gobernador, la UCR ganó en 32 de los 40 municipios de la provincia. En Rosario, el distrito más grande, triunfó la diputada Mónica Fein, pero fue candidata única del socialismo y el radical Jorge Boasso no quedó lejos: 56 por ciento a 42. En el PJ se impuso el ex intendente, Héctor Cavallero, que gobernó a principios de los ’90.

A pesar de que compitió por un cargo menor, de senador provincial, el actual intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, demostró su fuerza política al arrasar con el 82 por ciento de los votos, frente a un 12 por ciento de Pablo Javkin, de la Coalición Cívica. Sólo en Rosario sacó 277 mil votos, más que los que sacó Rossi a gobernador y apenas 15 mil menos que Bonfatti, ambos en toda la provincia.

Hubo una Bielsa que sí se destacó el domingo. María Eugenia, la hermana del ex canciller, fue la candidata más votada a diputada provincial. Con más de 300 mil votos, superó a cualquier otro candidato, incluidos los de la categoría de gobernador de otros frentes.

La lista Jóvenes por la Victoria, que adhirió a una nómina de diputados sub-35 a la candidatura de Rossi, sacó unos 50 mil votos, un resultado que calificaron de “excelente” teniendo en cuenta que competían con la dirigencia tradicional.

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El diputado Agustín Rossi, candidato a gobernador del PJ.

El socialista Antonio Bonfatti, el hombre de Binner.
 
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