EL PAíS › EL NIETO RECUPERADO MANUEL GONçALVES FUE DESIGNADO EN LA COMISIóN DIRECTIVA DE ABUELAS

En busca del traspaso generacional

Por primera vez, las Abuelas de Plaza de Mayo designaron a un nieto recuperado en su conducción. Gonçalves ocupará el puesto de revisor de cuentas, vacante desde el fallecimiento de Nélida Gómez de Navajas.

 Por Ailín Bullentini

Poco tiempo después de enterarse de que sus padres biológicos habían sido asesinados por la última dictadura militar, 17 años atrás, Manuel Gonçalves Granada se sumó tímidamente a Abuelas de Plaza de Mayo. “Empecé visitando la casa, yendo un ratito por semana”, y ya nunca más abandonó el espacio en el que hace, “como todos los nietos que estamos allí, todo lo que esté al alcance”. En su figura, las Abuelas decidieron expresar un nuevo paso en el “traspaso generacional” de la organización. Desde el mes pasado, Manuel es el primer nieto en integrar la comisión directiva de la entidad. “Los hijos de nuestros hijos desa-parecidos garantizan la continuidad de nuestra lucha”, definieron en Abuelas.

La decisión, que Gonçalves definió como “un abrazo más, un gran reconocimiento a todos los nietos”, la volvió efectiva en la asamblea anual de Abuelas de Plaza de Mayo del 22 de mayo pasado. “Estela (de Carlotto) leyó sencillamente, como siempre, cuáles eran los temas de la asamblea y al final mencionó que necesitábamos encontrar a alguien que ocupara el lugar de Nélida (Gómez de Navajas, fallecida hace poco más de un mes), de revisora de cuentas. Habíamos pensado en vos, Manuel, me dijo. Fue muy lindo”, rememoró uno de los pocos nietos recuperados durante la década de 1990. Aquel día, sumó, “la votación fue estruendosa, con gritos y festejos”, y los abrazos de sus “hermanos” que no recibió personalmente le llegaron vía mail. “Incluso escribió el nieto de Nélida, fue muy emocionante”, aportó.

“Las Abuelas son, ante todo, sabias. Los nietos nos hemos puesto grandes y necesitan de nosotros desde otro lugar”, reflexionó Gonçalvez y relacionó su inclusión en la mesa chica de la organización con la decisión que tomaron las Abuelas años atrás de otorgar el poder de voto a los nietos recuperados que no tuvieran abuelas. En su mensuario, la organización –que en octubre cumplirá 35 años de batallar– planteó algo similar al difundir la buena nueva. “Con el paso del tiempo nuestros métodos de búsqueda cambiaron y nuestro andar es más pausado, pero nuestra lucha es inclaudicable. Tenemos la tranquilidad de saber que desde hace años los hijos de nuestros hijos desaparecidos se comprometen solidariamente en la búsqueda de los jóvenes que todavía no conocen su verdadera identidad, con la misma fuerza con que sus padres lucharon por construir un mundo más justo”, apuntaron.

La identificación con la lucha, la compañía en el camino de búsqueda de “Memoria, Verdad y Justicia” que destacan las Abuelas en los nietos recuperados es el mismo valor que esbozaron hace poco más de un año cuando dieron otra señal e incorporaron a Abel Pedro Madariaga, padre del nieto restituido Francisco Madariaga Quintela, el primer hombre que integró la comisión directiva. “Es un colaborador y compañero histórico.”

Manuel Gonçalves no será simplemente un revisor de cuentas, sino el encargado de empezar a tomar con las manos de la “nueva generación” la lucha de las Abuelas. Para él, “es un gran honor, no por mi nuevo rol en Abuelas, sino por formar parte de algo histórico. Por ser parte de una decisión histórica que modifica a una comisión histórica”, definió. También lo analizó desde lo emotivo: “Es un gran mimo, un nuevo abrazo. Un reconocimiento para todos los nietos, una demostración de confianza”.

Son muchos los nietos que colaboran con el devenir cotidiano de la organización de derechos humanos que, vaya cuestión, les devolvió la identidad. “Hacemos varias cosas, todo lo que esté a nuestro alcance, pero sobre todo aportamos con la difusión de nuestras historias”, destacó el nuevo revisor de cuentas de Abuelas. No son pocos los nietos que recorren el país y el mundo, a veces a través de los medios de comunicación, para contar el proceso que los tuvo como protagonistas.

Por tal motivo, probablemente Gonçalves no se canse nunca de repetir que hasta los 19 años era Claudio Novoa y estaba seguro de que sus padres adoptivos le habían dado el amor que su familia biológica le había negado; que en 1995 una integrante de aquel pedazo de su historia, su abuela Matilde, le tocó la puerta y le cambió la mirada; que gracias a ella supo que su papá, Gastón Gonçalves, fue asesinado tras ser secuestrado por un grupo de tareas en las primeras horas del golpe de Estado de 1976, cuando él todavía vivía en la panza de su mamá y que ella, Ana María del Carmen Granada, logró esconderlo en un placard y salvarlo de la balacera que agujereó la casa en donde estaba escondida y que la mató –junto con otros adultos y dos niños, también víctimas fatales–, varios meses después. “Nuestra historia personal está atada a Abuelas y sabemos que difundirla es de gran ayuda porque, básicamente, es luchar contra lo que nos impusieron desde siempre: el silencio”, concluyó.

Hacia adelante, el nuevo revisor de cuentas de Abuelas propone paciencia: “Las Abuelas nos enseñaron que esta lucha es larga. Corresponde de parte de aquellos que sabemos gracias a ellas quiénes somos, poner todo lo necesario para buscar y encontrar a los nietos que faltan. Nos haremos cargo de la responsabilidad de ese fin, conscientes de que jamás las podremos reemplazar, pero jamás podremos abandonarlas”.

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Manuel Gonçalves, en primer plano, junto a su hermano, el músico Gastón Gonçalves.
Imagen: Cecilia Salas
 
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