EL PAíS › CON 46 ACUSADOS, MAñANA COMIENZA EL PROCESO ORAL EN CóRDOBA

El juicio por La Perla

 Por Alejandra Dandan

“Mi viejo formó parte de una generación de revolucionarios, ése es el mejor mensaje que nos dejó; como hijos nunca hemos dejado de soñar en el país que ellos soñaron, un país con justicia para todos, educación, salud, trabajo, vivienda, el mejor ejemplo que cualquier hijo puede esperar encontrar de su padre. Pero más allá de la reparación de mi viejo, este juicio representa para los que somos cordobeses, por fin, la puerta de la justicia que se abre por tantos crímenes cometidos en La Perla. Como militante política, hoy estamos festejando por lo que el martes va a comenzar.”

Silvia Di Toffino es presidenta de Hijos Córdoba y una de los cuatro hijos de Tomás Di Toffino, dirigente gremial de Luz y Fuerza que desde la intervención del sindicato y fundamentalmente después de la muerte de Agustín Tosco en 1975 quedó a cargo en la clandestinidad de lo que se nombró como la “resistencia gremial”. Fue secuestrado en noviembre de 1976 y lo asesinaron en febrero de 1977. A partir de mañana, su “caso” será revisado en el contexto del juicio que comienza en Córdoba con características de megacausa y que tomará a su padre no sólo en términos individuales, sino como parte del plan de persecución y exterminio a los integrantes de los gremios combativos que nutrieron las luchas políticas de esa provincia, uno de los ejes importantes del juicio.

“Vamos a estar viendo el campo de concentración por el que pasaron 2500 víctimas, entre las que estuvo la mayor cantidad de comisiones internas y gremiales del país”, dice Claudio Orosz, abogado querellante de los organismos de derechos humanos. “El 38 por ciento de los desaparecidos de Córdoba son integrantes de las comisiones internas e integrantes del frente de gremios en lucha, por eso en el juicio vamos a ver cómo realmente funcionó el terrorismo de Estado acá que, a diferencia del resto del país, estuvo caracterizado por la presencia de un sindicalismo combativo que no se quedaba en las reivindicaciones socioeconómicas sino que iba por más, bajo el espíritu de época que estaba muy arraigado.”

El juicio que comienza es acaso el más importante de la provincia en términos numéricos, y uno de los más grandes que se lleva a cabo en el país. Por el impulso de los organismos de derechos humanos que insistieron para que se acumulen los expedientes, el juicio reunió 16 causas de 420 víctimas que pasaron por los centros clandestinos de detención de La Perla y La Rivera. Entre ellas, 350 pasaron por La Perla, que empezó a funcionar el 24 de marzo de 1976, y otras 70 u 80 son víctimas que cayeron antes del golpe de Estado en manos del Comando Libertadores de América de sectores la derecha peronista, nutrido de policías y militares.

Además de dirigentes gremiales como los hermanos Ortega de Sitrac-Sitram, se examinarán casos esperados durante años, como la apropiación del nieto de Sonia Torres, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba, que es a la vez la primera causa de apropiación de niños en la provincia. También el atentado con una bomba a la familia de Mariano Pujadas, fusilado en la Masacre de Trelew. Y los dirigentes montoneros Marcos Osatinsky y Horacio “Chacho” Pietragalla, en la reconstrucción de cuya historia su hijo Horacio Pietragalla –hoy diputado por el FpV– supo que estuvo en la D2 durante unos días y luego lo fusilaron al costado de una ruta. Su hijo recuperó los restos de su padre enterrados en una fosa común en el cementerio de San Vicente de Córdoba en 2003, poco después de haber recuperado su propia historia. “Recuperé los restos y toda la documentación, todas las pruebas para poder llegar un día a un juicio –dice él–, así que obvio que esperaba este juicio hace años, un poco de reparación viene bien.”

En el banquillo de acusados, frente al Tribunal Oral Federal Nº 1 de Córdoba, habrá 46 represores. Entre ellos, Luciano Benjamín Menéndez y los ex directores del centro clandestino de La Perla, Héctor Pedro Vergez y Ernesto Barreiro, que serán juzgados por primera vez en esa provincia. Vergez, que luego pasó a Buenos Aires, fue uno de los líderes del Comando Libertadores de América. Barreiro es una de las figuras paradigmáticas de la represión en esa provincia, la persona que en la Semana Santa del ‘87 se negó a declarar en los tribunales federales, a partir de lo cual comenzaron las escaladas de levantamientos contra la democracia y que derivaron en la leyes de Obediencia Debida y Punto Final, recuerdan también desde la querella. Además serán juzgados 18 policías provinciales y Jorge Exequiel Acosta y Luis Gustavo Diedrichs, los últimos ex jefes de sección del Destacamento de Inteligencia 141, cuya base operativa era La Perla.

“El juicio que cubrirá el período de 1975 a 1978 es una muestra importante de lo que fue la represión en la provincia, de la que va a surgir la dimensión de un genocidio pensando que fueron 500 víctimas”, dice el fiscal Carlos Gonella, a cargo de la acusación. “Con esta causa vamos a tener una muestra representativa de lo que fue el horror sufrido durante la última dictadura cívico-militar en el mayor campo de concentración de Córdoba, La Perla”, que definió como “nuestro Auschwitz”.

Como está empezando a suceder en el juicio de ESMA III, la magnitud de la causa permitirá ver lo singular y lo sistemático. Gonella explica que uno de los puntos será la complicidad civil, porque muchos de los familiares de los desaparecidos hicieron pedidos de hábeas corpus que fueron rechazados sistemáticamente por operadores del Poder Judicial. Recuerda que es el primer juicio que investiga la sustracción de un bebé en un caso donde la querella de Abuelas sitúa la intervención de las monjas del Buen Pastor. Además es posible que surjan denuncias por violencia sexual.

Los acusados serán juzgados por privación ilegítima de la libertad agravada, imposición de tormentos agravados, lesiones gravísimas y homicidios calificados en los casos en los que aparecieron los cuerpos. Durante el debate, la fiscalía no descarta que puedan probarse otros homicidios, aun sin la presencia de los cuerpos, siguiendo las reformulaciones que sobre este aspecto vienen haciéndose en otros juicios.

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El centro clandestino empezó a funcionar el 24 de marzo del ’76.
 
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