EL PAíS › PROYECTO Y LIBRO DE AABA Y LA DEFENSORíA GENERAL SOBRE PROFESIONALES DETENIDOS-DESAPARECIDOS

Memoria completa para los abogados

Una investigación recupera por primera vez las vidas e historias de letrados que defendieron a presos políticos, trabajadores, militantes y estudiantes y lo pagaron con sus vidas.

Las historias personales de los abogados y abogadas detenidos-desaparecidos de la zona metropolitana estarán por primera vez en un libro. Defensores del pueblo es la iniciativa impulsada por la Asociación de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires (AABA) y la Defensoría General porteña para “recuperar la memoria de quienes fueron ellos, más allá de la tragedia de su desaparición”, como explicó el presidente de la asociación, Carlos Cruz.

El informe fue presentado el miércoles pasado a las 19 en la sede de la asociación de abogados porteña. En sus páginas se retoma el dato de que muchos de los miles de desaparecidos y muertos de la última dictadura fueron abogadas y abogados que defendieron a “presos políticos, trabajadores, militantes o estudiantes”, como plantean en las “palabras preliminares” que introducen las coordinadoras de la investigación Lucía Wang y Julieta Mira. Lo novedoso del trabajo, que será editado en forma de libro dentro de un mes, es que reúne las historias de todos aquellos que trabajaron en la ciudad y la provincia de Buenos Aires.

“Hay un antecedente en una recopilación que a principios de los años 80 dirigió Boris Pasik, uno de los fundadores del Centro de Estudios Legales y Sociales. Pero, por la vinculación que la asociación tuvo siempre con los derechos humanos, por su preocupación permanente con ese área, nos parecía importante rescatar a quienes habían perdido la vida en ese camino, defendiendo a trabajadores y militantes, a las causas populares: contar las historias detrás de las fotos y los nombres en listas. Y juntarlas en un mismo documento”, detalló Cruz.

Cuenta el titular de la AABA que le comentó la idea al defensor general de la Ciudad Mario Kestelboim y que juntos se la propusieron a las sociólogas Wang y Mira para que armaran un proyecto metodológico de investigación. “Creo que lo interesante fue que para describir a estas personas más allá de hechos y fechas tradicionales, y pintarlos en su intimidad, elegimos realizarlo en compañía de sus familiares y amigos. Su participación fue lo que le dio una impronta particular”, explicó Wang.

Wang y Mira dirigieron a un equipo de sociólogos más amplio en el camino de la memoria, cuyo comienzo fue la revisión de datos biográficos para desde allí hacer contacto con hijos, padres, hermanos y amigos de esas víctimas del terrorismo de Estado. Las redes sociales resultaron “la mejor herramienta”. Armaron un grupo de Facebook en el que comenzaron a interactuar con quienes integraron el círculo íntimo de los protagonistas del libro hasta, en muchos casos, construir un vínculo de confianza. Compartieron los datos con familias y amigos, que en algunos casos fueron quienes escribieron las semblanzas y en otros revisaron los escritos de los profesionales.

El informe recupera “en su rol de hijos, estudiantes, hermanos, padres y esposos, con gustos y pasatiempos, además de espacios de militancia, a partir de pequeños detalles que definen su personalidad” a 98 abogados y abogadas que “se preocuparon por defender a esa parte de la sociedad más oprimida: a los trabajadores, a los privados de derechos, a los desprotegidos”, apuntó la socióloga. Pero no sólo fueron abogados, sino que en su mayoría militaron en “partidos políticos, gremios, organizaciones políticas y armadas de la época”, recuerda la introducción. Varios integraron la AABA, que por la década del 70 y principios de los ’80 compartió protagonismo militante letrado con la Gremial de Abogados, aquella entidad que albergó a Hipólito Solari Yrigoyen y Mario Amaya, asesinado por la Triple A.

Entre los nombres, fotografías e historias, Cruz destacó a “la gran cantidad de abogados laboralistas que integran la lista de desaparecidos”. Para ellos, no obstante, “hay una vuelta de tuerca que les está devolviendo justicia, porque ahora se está empezando a echar luz sobre la participación civil en la dictadura. No es casual que los abogados que defendían a los trabajadores frente a los abusos de las empresas acabaran desaparecidos. ¿Quién otorgaba los datos? En esas desapariciones hay una responsabilidad empresarial”. Y concluyó: “Con su desaparición barrieron a una generación que sin duda, hoy, estaría trabajando por una justicia más democrática”.

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El proyecto fue dirigido por las sociólogas Lucía Wang y Julieta Mira, e involucró a familias y amigos.
 
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