EL PAíS › EL RENAR INFORMó QUE NISMAN NO PODíA PORTAR ARMAS

Con la licencia vencida

Tanto el fallecido ex fiscal Alberto Nisman como su empleado de confianza Diego Lagomarsino, dueño de la pistola de la que salió la bala que le provocó la muerte, tenían sus permisos para portar armas vencidos. El dato se lo aportó el Registro Nacional de Armas (Renar) a la fiscal Viviana Fein, que investiga la muerte del ex titular de la Unidad Fiscal AMIA.

Nisman era propietario de la “pistola semiautomática Bersa calibre 22” encontrada la semana pasada en una baulera de la casa de su madre, Sara Garfunkel. El informe precisa que el arma había sido reempadronada el 22 de octubre de 1993 y que desde entonces no se renovó la documentación. Agrega el Renar que Nisman también tuvo un revólver marca Rossi calibre 38, que transfirió a mediados de junio de 2009. El ex titular de la UFI-AMIA, cuyo cuerpo con un balazo en la cabeza fue hallado el 18 de enero en su departamento de la torre Le Parc, “no poseía autorización para la tenencia de armas, atento que no se encontraba inscripto como legítimo usuario en ninguna de las categorías”, afirma el Renar.

Sobre Lagomarsino, el empleado que compartía con Nisman una cuenta bancaria en los Estados Unidos y que le entregaba todos los meses la mitad de los 40.000 pesos que cobraba de la Procuración General de la Nación, el Renar precisó que figura como titular de la pistola Bersa calibre 22 que dijo haberle prestado a Nisman horas antes de su muerte, y apuntó que también carecía de autorización para la tenencia porque tenía “su condición de legítimo usuario vencida al 1º de abril de 2007”.

La madre de Nisman declaró la semana pasada que el fiscal le había dejado la pistola Bersa en la baulera de su casa donde guardó varios objetos tras la separación de Sandra Arroyo Salgado. El arma fue secuestrada en un procedimiento policial y se comprobó que no tenía proyectiles. Mientras para Arroyo Salgado el hallazgo abonaría la teoría del asesinato, para la fiscal Fein no cambia nada.

El testimonio de su ex custodio Rubén Benítez, que declaró en la causa el martes, ratifica en cambio que el fiscal buscó un arma por varias vías horas antes de morir. El policía contó que Nisman no sólo lo consultó para que le recomendara un arma sino que terminó pidiéndole que comprara una para usarla él, alegando que estaba preocupado por sus hijas. Nisman lo llamó el sábado 17 a primera hora de la tarde, le ordenó que le comprara sushi y después le pidió que comprara un arma y la pusiera a su nombre, pero que se la diera a él. El policía declaró que se negó, le dijo al fiscal que las armas “son como los autos” y que sólo las puede usar el propietario, y que para él era demasiada responsabilidad acceder al pedido. Nisman le insistió en que estaba intranquilo por sus hijas, que sabía que tenían custodia pero igual quería tener él una pistola para asustar a eventuales agresores, pero Benítez se limitó a aconsejarle cuál podía ser un buen arma y le sugirió una Bersa Thunder o una Bersa 380, según declaró ante la fiscal Fein.

En el expediente consta además que ese sábado a la mañana Nisman llamó a un policía bonaerense que conocía, quien le dijo que estaba de vacaciones. Después hizo el intento con Benítez y, fracasada la gestión, llamó al técnico informático Lagomarsino, a quien le pidió un arma argumentando que temía por la seguridad de sus hijas y no confiaba en la custodia, y le aseguró que sólo la quería para tenerla en la guantera del auto.

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Según el Renar, Nisman no se encontraba inscripto en ninguna categoría.
 
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