EL PAíS › EL PRECANDIDATO A GOBERNADOR BONAERENSE MASSISTA RECIBIO MULTIPLES REPUDIOS POR SU AGRESION A UN PERIODISTA

La política de seguridad de De Narváez

Funcionarios y dirigentes del oficialismo y la oposición criticaron a De Narváez. Remarcaron su carácter “antidemocrático y patotero” y advirtieron que los conflictos se resuelven en la Justicia y no de manera violenta por mano propia.

De Narváez pidió disculpas por haber golpeado junto con un agente de seguridad privado a Casalongue, a quien le rompieron la boca.
Imagen: Guadalupe Lombardo.

Dirigentes de diversos espacios políticos coincidieron en repudiar la agresión a golpes del diputado y precandidato a gobernador por el Frente Renovador Francisco de Narváez contra el director de la Agencia Nova de La Plata, Mario Casalongue, tras la publicación de una nota agraviante hacia su familia. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, calificó de “deplorable” la agresión de De Narváez –quien dijo estar arrepentido y pidió disculpas– y se preguntó qué deberían hacer los miembros del gobierno “ante la gran cantidad de agravios, mentiras e insultos a los que fuimos sometidos durante estos años”. La diputada PRO Patricia Bullrich expresó su “repudio” y consideró que la agresión “empaña la garantía constitucional de la tolerancia”. “Al candidato @denarvaez, blanco y rico, no le gustó la opinión de un periodista, fue y lo cagó a trompadas. ¿Mirá si eso lo hubiera hecho yo?”, se preguntó Luis D’Elía por Twitter. La decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata, Florencia Saintout, tildó a De Narváez de “antidemocrático y patotero”, aunque señaló que “Nova es una agencia impresentable y mercenaria”.

La agresión fue el jueves. De Narváez, junto con un agente de seguridad privada, se metió en la oficina de Casalongue y “le pegó una piña en la boca que lo dejó inconsciente”, consignaron medios platenses. Nova había publicado una nota sobre la vida privada del diputado, con alusiones de índole sexual, que luego borró de su portal. “Cometí un error. No debí reaccionar como reaccioné. Siento vergüenza, me arrepiento y pido disculpas”, escribió De Narváez en Twitter. “Más allá de la mentira y la infamia que involucra a mi mujer y a mi familia, no debí reaccionar como reaccioné”, agregó en radio Mitre. “Hace un par de días comenzaron las llamadas de extorsión”, dijo, y agregó que después de hablar por teléfono con Casalongue decidió visitarlo. “Respeto al periodismo y lo reconozco, pero este señor es un extorsionador muy conocido en La Plata porque de esto hace su forma de vida y mucha gente cede, yo no. Ya me lo hizo en 2013, lo dejé pasar. Pero esta vez no fue así”, afirmó.

“¿Se imaginan si después de todas las barbaridades que se dijeron de nosotros tenemos que reaccionar? Una señora ha dicho en la televisión que el cuerpo de Néstor Kirchner no estaba en el féretro. ¿Me alcanzan a comprender lo que les digo?”, planteó Aníbal Fernández. “Ninguno de nosotros ha reaccionado más que presentando eventualmente alguna demanda judicial”, recordó, y lamentó que “no les asignan ningún valor a nuestras denuncias”.

“Repudiamos esta violenta situación que empaña la garantía constitucional de la tolerancia y el respeto como normas indispensables para una convivencia democrática y armónica”, afirmó Bullrich. Los funcionarios “tenemos obligación de garantizar esa libertad de expresión y no responder con ningún tipo de violencia”, sostuvo la diputada PRO.

La diputada kirchnerista Mara Brawer consideró que De Narváez “debe dar un paso al costado”. Su actitud “no fue un exabrupto” porque “planificó su ataque” ya que “fue hasta su oficina sólo para resolver su conflicto a los golpes”. “El periodista que escribió la nota es un provocador, pero eso no justifica la manera violenta con la que actuó” el precandidato massista, sostuvo, y se preguntó “¿qué tendrían que hacer los funcionarios y la propia Presidenta con todos los ataques que recibe de los medios de comunicación hegemónicos?”.

El secretario de Derechos Humanos bonaerense, Guido Carlotto, manifestó que “resulta inadmisible que un diputado de la Nación, con la carga de responsabilidad que ello implica, se apropie y ejecute prácticas que vulneran uno de los derechos fundamentales como la libertad de expresión; estamos en presencia de acciones que están íntimamente ligadas a una matriz mafiosa, a un accionar represivo que busca infundir temor”, dijo.

El dirigente del GEN y representante de la oposición en la Afsca, Gerardo Milman, consideró que “en una democracia los conflictos se resuelven en la Justicia y De Narváez debe saber que la justicia por mano propia es de caníbales y no de caballeros”. “La época en la que se defendía el honor en duelo es colonial”, reflexionó Milman.

El Sindicato de Prensa Bonaerense condenó la agresión y consideró que “no alcanza con pedir perdón”. De Narváez “debe ser procesado por la agresión, por el ataque a la libertad de prensa, y si a su vez existe una extorsión debe recurrir a la Justicia y no al salvajismo”, planteó.

La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) repudió por “absurda y preocupante” la agresión de De Narváez y sostuvo que quien “se siente agraviado por informaciones u opiniones debe recurrir a la vía judicial para reparar eventuales daños a su reputación”.

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