EL PAíS › CANICOBA CORRAL DENUNCIO POR FALSO
TESTIMONIO AL CHOFER DE DE SANTIBAÑES

Llegó y habló, pero el juez no le creyó

Alberto Rui Día dijo que no se acordaba o que no sabía, pero se contradijo en lo que no se acordaba o no sabía. Dio cinco versiones sobre su relación con el ex jefe de la SIDE y dibujó una oficina a la que supuestamente nunca había entrado. Finalmente el juez decidió denunciarlo por falso testimonio.

 Por Victoria Ginzberg

El chofer del ex jefe de la SIDE Fernando de Santibañes, Alberto Rui Día, declaró ayer durante cuatro horas en la causa en la que se investiga el pago de sobornos a los senadores y luego fue careado con el arrepentido Mario Pontaquarto. Las contradicciones del espía fueron tan evidentes que el juez Rodolfo Canicoba Corral lo denunció por falso testimonio. Durante el transcurso de la audiencia fueron al menos cinco las versiones que dio sobre su relación con el ex secretario de Inteligencia, hasta que admitió que actualmente recibe dinero del empresario.
Que después de que De Santibañes dejó la SIDE no volvió a verlo. Que en realidad cuando De Santibañes se fue de la secretaría a él lo adscribieron, con sueldo de la SIDE, para que siguiera siendo su chofer. Que hace unos meses habló con De Santibañes. Que habló hace unos días. Que actualmente De Santibañes le paga el teléfono celular y él maneja un Renault Laguna champagne que pertenece a una de las empresas del banquero. Estas fueron las diferentes explicaciones que dio Rui Día acerca de su vínculo con De Santibañes.
Rui Día fue citado como testigo luego de que los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado y Canicoba Corral lo identificaran como el hombre que Pontaquarto señaló como su escolta en la noche que fue a la SIDE a retirar la plata de los sobornos. “Salí del garaje rumbo al Senado, solo, en una noche muy fea, lluviosa, acompañado por otro vehículo, un Renault Laguna junto a un empleado de De Santibañes que me acompañó hasta donde yo guardaba el auto en el lugar oficial del Senado”, había declarado el ex secretario parlamentario. En un testimonio posterior y en la revista TXT describió al hombre. Así se llegó a Rui Día, a quien Página/12 había señalado como uno de los dos choferes de la SIDE que manejaba habitualmente un Laguna blanco de vidrios polarizados. Ayer, el espía reconoció que conducía ese auto.
El chofer de De Santibañes declaró en el despacho del secretario Marcelo Sonvico en presencia de los fiscales, el juez, el representante de la Oficina Anticorrupción Juan Carlos Duré y el fiscal nacional de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido. Desmintió haber acompañado a Pontaquarto el 18 de abril de 2000, pero, según describieron algunos de los presentes en la audiencia, no pudo construir un relato coherente. “La impresión que dio es que sabía que tenía que negar el hecho pero al margen de eso no tenía armado un discurso alternativo”, explicó un funcionario judicial.
Pontaquarto fue citado en el momento para ser sometido a un careo con el espía. El arrepentido se sentó frente al agente. “Es tu cara, son tus rasgos, yo los describí hace un mes”, dijo el ex secretario parlamentario. “¿Lo conoce?”, le preguntaron al chofer. “En un momento así uno no mira a la cara”, respondió. “¿En qué momento?”, insistieron. “Bueno... quiero decir que uno no mira a los choferes de los senadores”, intentó desligarse el hombre, dejando en el ambiente la sensación de que casi “había pisado el palito”. Ante la repregunta, el testigo se limitó a un “no me acuerdo”. Las veces que Rui Día quedó “pedaleando en el aire” fueron más de una.
–¿Entró alguna vez al despacho de (Juan José) Gallea? –le preguntaron en referencia a la oficina en la que se encuentra la bóveda del organismo, donde Gladys Mota le habría entregado a Pontaquarto los cinco millones de pesos destinados al pago de coimas.
–No –contestó el espía.
–¿Sabe cómo es?
–No.
–¿Nos podría hacer un dibujo?
–Cómo no –dijo el hombre y procedió a hacer el croquis para sorpresa de los presentes.
Lo que no quedó claro es cuánto es y de dónde saca su sueldo Rui Día. El hombre dijo que gana 1500 pesos y que además pagaba un crédito de 1500 pesos, con lo que no le quedaría nada para vivir. Además nadie logró que especificara si esa plata proviene de un salario en el organismo –donde presentó su renuncia– o del banquero. Para despejar esa incógnita, Canicoba Corral solicitó que la secretaría le informe cuál es la relación laboral del testigo con la SIDE.
Rui Día aportó un dato de importancia en la causa. Dijo que la única Gladys que trabajaba en el “sector cinco” en la época de De Santibañes era la secretaria privada del jefe. Y que la telefonista se llamaba Nora. El lunes Gladys Mota afirmó que no era ella la Gladys que figuraba en los registros de la SIDE como la persona que atendió a Pontaquarto el 22 de agosto de 2000. Señaló, además, que podía tratarse de una telefonista.
El intermediario
Otro testigo que declaró ayer es Alejandro Colombo. Se trata de la persona que Pontaquarto había mencionado como la intermediaria entre él y Martín Fraga Mancini, el ex secretario del senador Remo Costanzo. Pontaquarto había asegurado que Fraga Mancini también había participado en el reparto del dinero y que estaba interesado en confesar. Por ese motivo, en un momento se especuló con que podría convertirse en un segundo arrepentido, pero eso no ocurrió. Colombo –que está cesanteado en el Congreso y su mujer trabaja ahí– afirmó que no le dijo a Pontaquarto que Fraga Mancini quería hablar con él y que Fraga Mancini nunca le pidió el teléfono de Pontaquarto. Luego fue careado con el arrepentido. Ambos son muy amigos y lloraron al enfrentarse en el juzgado. “Creo que Mario entendió mal, yo le dije que Fraga me llamaba mucho pero no que quisiera hablar con él”, afirmó Colombo. Luego del careo los dos salieron a fumarse un cigarrillo al pasillo y se los pudo ver gesticulando, como discutiendo.

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Mario Pontaquarto, el ex secretario parlamentario, al ingresar ayer a Tribunales, donde fue careado con Alberto Rui Día.
 
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