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“Por fuerza, Flamarique y De la Rúa tenían que saber”

El senador Rodolfo Terragno, ex jefe de Gabinete del gobierno de la Alianza, declaró ayer en la causa por las coimas en el Senado y ratificó, aunque aclaró no tener pruebas, que la maniobra se había efectuado.

 Por Victoria Ginzberg

“El ex presidente Fernando de la Rúa y (el ex ministro de Trabajo) Alberto Flamarique tenían que saber” que se pagaron coimas a los senadores. Así lo aseguró el ex jefe de Gabinete del gobierno de la Alianza Rodolfo Terragno, que declaró ayer ante el juez Rodolfo Canicoba Corral. El senador radical se presentó por segunda vez como testigo en la causa en la que se investigan las coimas relacionadas con la aprobación de la Ley de Reforma Laboral y ratificó que los integrantes del gobierno de De la Rúa imputados en el caso se molestaban cuando se hacía alusión al tema.
Si bien Terragno no aportó pruebas de la existencia de los sobornos, transmitió al juez y a los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado su “convicción” de que la maniobra existió. Fundamentó esa certidumbre en las actitudes del resto de los integrantes del entonces gabinete de la Alianza y del propio De la Rúa, que ahora reinterpretó a la luz de la confesión del ex secretario parlamentario Mario Pontaquarto.
Entre otras cosas, contó que el ex presidente se molestaba cuando él o el ex vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez hacían alusión al escándalo de las coimas y que argumentaba que se trataba de una operación para desestabilizar al gobierno. El 18 de septiembre de 2000, en una cena en la que estaban De la Rúa, Alvarez, Raúl Alfonsín, Federico Storani y José Luis Machinea, el ex vicepresidente aseguró que no podía sentarse al lado de Pontaquarto porque era el “valijero”. Ante esa afirmación, De la Rúa pidió que no se trataran esos temas con ligereza porque era delicado afectar la honra de las personas sin pruebas. “Recuerdo su actitud ahora y entiendo todo”, señaló Terragno ante el juez. El senador agregó que aunque Alvarez se refería a Pontaquarto como el “valijero”, lo hacía en base a los rumores. “Si tengo pruebas los hago saltar”, le decía el ex vicepresidente.
Durante su declaración, que duró cerca de dos horas, Terragno aludió también a Flamarique. Señaló puntualmente que, a raíz de que algunos medios lo mencionaban a él como la persona del Ejecutivo que debía interceder con los legisladores para que aprobaran la Ley de Reforma Laboral, De la Rúa dejó muy en claro en un desayuno de trabajo que “el único negociador” de esa norma era Flamarique.
Terragno aportó a la investigación las copias de dos memorandos: uno enviado a De la Rúa en el que le decía que debido al escándalo era el momento de “transparentar” la gestión de gobierno y otro en el que solicitaba que cada repartición estatal diera a conocer sus gastos. En su declaración anterior, de diciembre de 2000, había descripto los acontecimientos relacionados con la sanción de un decreto reservado que elevaba los gastos de la SIDE en 30 millones de pesos que se había negado a firmar. La medida se concretó mientras él estaba fuera del país y se hizo pública cuatro días después de que De la Rúa le pidió la renuncia.
Los investigadores del caso evaluaron como importante el testimonio de Terragno, sobre todo porque provino de quien ocupaba la jefatura de ministros en la época en la que se habrían pagado las coimas.
De la Rúa y Flamarique están imputados en la causa y Canicoba Corral tiene previsto convocarlos como sospechosos en febrero. Ambos deberán explicar, entre otras cosas, cómo hizo el gobierno de la Alianza para destrabar la complicada negociación de la Ley de Reforma Laboral con los legisladores del peronismo. De la Rúa, además, será interrogado sobre cómo la SIDE podría disponer de cinco millones de pesos sin que el Presidente esté informado, hecho que calificó como “posible” en declaraciones periodísticas. A los fiscales les interesa saber también cómo incidió la exigencia y urgencia del FMI en que la norma sea aprobada en las conversaciones con la oposición.
Las citaciones del ex presidente y su ministro serán fijadas después de que el juez resuelva las situaciones procesales de los ex senadores Emilio Cantarero y José Genoud y de De Santibañes y Pontaquarto. El salteño debe presentarse hoy, el ex jefe de la SIDE mañana y el ex presidente provisional del Senado, el lunes próximo. Antes de fin de mes, todos serían procesados por cohecho.
Cantarero fue señalado por Pontaquarto como la persona a quien le entregó cuatro millones trescientos mil pesos que luego habrían repartido entre diferentes senadores peronistas. El “arrepentido” afirmó que cuando le dio el dinero, en el departamento del ex legislador, éste le alcanzó un papel en el que figuraban los apellidos o apodos de algunos senadores que recibirían parte de la plata. En esa lista estaban Augusto Alasino, Alberto Tell, Remo Costanzo, Julio San Millán, Beatriz Raijer, Carlos de la Rosa, Hugo Sager y José Luis Gioja. El juez ordenó un peritaje de ese documento, pero la Gendarmería informó que con los elementos que tenía no podía llegar a una conclusión acerca de si los números y la media firma que aparece allí fueron escritos por el ex senador. Por eso Canicoba Corral le pedirá hoy al acusado que realice un “cuerpo de escritura” que permita establecer con certeza si él escribió esos datos en el papel.

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El senador Rodolfo Terragno declaró ayer por segunda vez en la investigación por las coimas en el Senado.
 
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