EL PAíS › EL GOBIERNO IMAGINA UNA FUERTE CONFRONTACION CON DUHALDE

En la guerra o en la paz

En la Rosada consideran que el tiempo del caudillo ya pasó, que habla demasiado y que habrá sí o sí desembarco K en la provincia.

 Por Sergio Moreno

En la Casa Rosada construyen dos escenarios alrededor de la puja con Eduardo Duhalde: uno de confrontación y el otro de acuerdo. El de confrontación implica armar un partido paralelo en la provincia de Buenos Aires y pelearles a los restos del peronismo bonaerense, a aquellos que quedasen tras Duhalde con el sello de goma del PJ. El de acuerdo supone que las huestes de Néstor Kirchner compitan con el sello de marras y que Duhalde aplauda la movida, sin vetar ningún candidato de las listas que deban armarse para elección de 2005 (senadores y diputados nacionales) y sin poner ningún indeseable de los ya conocidos –o no tanto– exponente del justicialismo conurbanero. “El (Duhalde) debe entender que este es nuestro tiempo, que, como dijo él mismo, es hora de que se retire y deje lugar a la nueva política, que somos nosotros, y, además, que debería callarse la boca para no joder al Gobierno”, machaca uno de los principales estrategas del Presidente.
Ambos escenarios imaginados por el Gobierno –que ya comenzó a construir– no dejan demasiado margen de maniobra al viejo caudillo bonaerense. Cada alternativa, la guerra o la paz, implica colocar un candidato fuerte a la cabeza de la boleta de senadores nacionales. Cristina Fernández de Kirchner sería (es lo que se definía en estas horas en palacio) ese estandarte, en ambos casos.
“Les voy a armar un partido paralelo en la provincia”, había dicho el Presidente a un grupo de contertulios momentos después del acto de lanzamiento del Plan Energético nacional hace un mes. Ese partido es el que construyen ahora en las mesas de arena de Balcarce 50 y en territorio bonaerense, en caso de que la coyuntura, a un año vista, sea la confrontación.
A esta construcción tributa una mesnada de hombres del patagónico, empezando por el ministro del Interior, Aníbal Fernández; el secretario general de la Presidencia y su subsecretario, Oscar Parrilli y Carlos Kunkel, respectivamente, y otros funcionarios como Eduardo Sigal, José “Pepe” Salvini y Marcelo Fuentes, por nombrar unos pocos. Caminan la provincia, llaman por teléfono, reciben intendentes y legisladores, peronistas, radicales e independientes. Sólo por citar a dos, el radical Enrique “Japonés” García, intendente de Vicente López, y el vecinalista alcalde de Tigre, Ricardo Ubieto, pasaron esta semana por varios despachos de la Rosada. “Nosotros no armamos como tradicionalmente lo hizo el aparato duhaldista; nosotros somos más aluvionales, menos de orga y más abiertos a la gente, aceptamos a todos los que quieren cambiar este país, a todos los que aporten al proyecto de Néstor, y vamos por todo”, contó anoche un integrante del Gabinete y pingüino de confianza del Presidente.

Divisoria de aguas

“No sé lo que quiere hacer Duhalde, hasta dónde quiere llegar. Lo que sé es que se equivoca, que intentó extorsionarnos con las declaraciones de (Eduardo) Camaño y (Daniel) “Chicho” Basile y que le salió mal. Si nos quieren apretar se van a tener que enfrentar con la sociedad, si no quieren votar las leyes para mantener sus prebendas, que se lo expliquen a la gente”, detallaba, con parsimonia y firmeza a la vez, un estrecho colaborador del Presidente. La “extorsión” a la que hizo referencia la fuente es el gambito efectuado por el duhaldismo de la Cámara de Diputados a fin de condicionar la aprobación de leyes solicitada por el Ejecutivo. “Es una conducta mafiosa, por ese camino no hay arreglo posible”, reiteran en la Rosada.
La lógica que rige estos últimos actos de Duhalde es analizada, no sin cierta perplejidad, en la Rosada. “No sabemos qué pretende; quizá se sienta presionado por su tropa, por aquellos que sin Duhalde no tienen sobrevida”, especulan. “Ahora bien –alertan–, en esta discusión quedó al lado de Menem, de Macri, de López Murphy y de Carrió. ¿Qué va a hacer? ¿Va a seguir haciendo ese juego? Salió a hablar de la coparticipación. ¡No puede hacerlo! El es un tipo importante, su palabra pesa, se debe callar. Además no sabe que casi acordamos un arreglo económico con la provincia. Aníbal Fernández había hablado con Felipe (Solá) dos veces, ya casi estaba. El (Duhalde) se mete y arma un quilombo fenomenal, más allá de las histerias de Felipe, la cagó”, se indignan en el ágora de Plaza de Mayo.
“Decir que Kirchner defiende los derechos humanos de los muertos es no haber entendido nada de nada; se tiene que ir a jugar a las bochas”, remató, vitriólico, un ministro ante este diario.

Sin retorno

La resolución de este desaguisado se llama, en términos terrenales, elecciones de 2005. El Presidente quiere ganar todos los distritos que le sea posible y, en especial, Capital Federal y provincia de Buenos Aires, “con candidatos que representen a Kirchner”. En la mesa chica del patagónico se entrecruzan diversas ideas pero ya están cobrando forma algunas más que otras, a saber:
- Que en la Capital Federal se puede armar una candidatura progresista y kirchnerista que se imponga a Carrió, por izquierda, y a Macri, por derecha. “La pelea dura será con Macri –ningunean a Lilita muy cerca del despacho presidencial–. Vamos a construir un candidato más que potable para la sociedad porteña”, dicen, misteriosos, dejando una duda en este cronista acerca de si realmente tendrán definido a tal personaje.
- Que en la provincia se producirá la contienda mayor, que será intramuros del peronismo, que será tal como se expuso al comienzo de esta nota y que la candidatura a la senaduría nacional recaería en CFK. El comodín Cristina será jugado al otro lado de la General Paz.
“Duhalde estaría de acuerdo con la candidatura de Cristina, ya se los dijo a ustedes en un reportaje (se refiere a Página/12), pero Néstor no aceptaría a ningún impresentable de esos que suele colar en las listas de candidatos”, dice uno de los más cercanos centuriones del Presidente.
–El escenario de conflicto está claro. ¿Cómo sería un escenario de acuerdo con Duhalde? –quiso saber este reportero.
–Con Duhalde saludando nuestro desembarco en la provincia.
–¿Sólo saludando?
–Y con la boca cerrada.

Compartir: 

Twitter

Duhalde es lo último de lo viejo, dicen en Gobierno. “Nosotros somos lo nuevo y él debería dar un paso al costado de una vez”, consideran.
 
EL PAíS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.