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Se trata de una interna de nunca acabar. Ahora la palabra le tocó al duhaldismo, más precisamente a Hilda “Chiche” Duhalde. Y fue para cuestionar duramente el manejo mediático del entorno presidencial. “No sé si el Presidente (Néstor Kirchner), pero creo que los hombres del Presidente no entienden la dificultad de la hora” al tensar la relación política con su esposo Eduardo Duhalde, ya que “nuestro país todavía no salió de la crisis que vivió desde el 2001”, señaló. El jefe de Gabinete Alberto Fernández bajó el tono de la polémica y habló de “matices diferenciadores” entre Kirchner y su antecesor.
Sin nombrarlos, Chiche apuntó sus cañones hacia Alberto y Aníbal Fernández. El jefe de Gabinete y el ministro del Interior son los habituales voceros de la Casa Rosada y quienes más duramente se han expresado contra Eduardo Duhalde.
“Cuando hay muchos problemas, si uno no puede solucionarlos no debe hacerlos más grande. En este país hay demasiados problemas y no sería prudente decir siempre la verdad, pero cuando hable voy a decir la verdad”, amenazó enigmática la mujer del ex presidente en una manera de pedir “prudencia”, exactamente lo mismo que el Gobierno le pide a ella y al ex presidente.
Chiche Duhalde advirtió que “la situación todavía es muy crítica” porque existe “un proceso de decadencia, una crisis que todavía estamos padeciendo”. “Hacer patria hoy –agregó– es ser equilibrado.” La diputada consideró que “Los Fernández” vienen tensando la relación entre Kirchner y Duhalde al presionar con sus declaraciones a que el ex presidente se rinda al silencio.
En rigor, el primero en marcarle la cancha al ex presidente fue su sucesor: “¿Quién es él para decir quién tiene la verdad?”, lanzó luego de que éste se involucrara de lleno en la pelea entre el gobierno nacional y la provincia de Buenos Aires por los fondos de la coparticipación federal. Kirchner venía con un enojo previo cuando el ex mandatario dijo en medio de las negociaciones de la deuda externa que la Argentina “no es un país confiable”.
Duhalde después bajó el perfil. Pero fue entonces que Chiche irrumpió por primera vez en escena, asegurando que la administración K tenía “gestos dictatoriales”. A las palabras se sumó la visita de Duhalde al Congreso, lo que se transformó en todo un símbolo ya que, según las palabras del diputado hiperduhaldista Daniel “Chicho” Basile, conllevaba el siguiente mensaje: “Ojo que estoy más vivo que nunca”. La respuesta del kirchnerismo no se hizo esperar. Y fue en el mismo terreno: amenazaron crear un sub bloque kirchnerista en el Parlamento.
El nivel de confrontación lo mantuvo alto ayer el grupo de piqueteros. Es más, el dirigente de la Federación de Tierra y Vivienda, Luis D`Elía, quien comulga con la Casa Rosada, consideró que el grupo de desocupados que conduce Raúl Castells responde al duhaldismo. Castells había dicho el domingo que D’Elía es un “perro refaldero” que recibe ayuda económica del Gobierno.
Nadie sabe si fue por el feriado o por una decisión política, pero ayer habló un solo funcionario sobre la pelea entre duhaldistas y kierchneristas, y lo hizo para bajar los decibeles. Fue justamente Alberto Fernández. “Lo que se pone de manifiesto son dos visiones de cómo llevar adelante la política y ejercerla en los tiempos que se vienen y allí hay matices diferenciadores”, señaló.
En esa línea, el jefe de Gabinete acotó que “la vocación de que la política cambie no es de Kirchner ni de Duhalde, ni de ambos ni de ninguno. Es vocación de la gente que cada día es más fiscal de la cosa pública y reclama con más claridad y contundencia”. No obstante, advirtió que “hay sectores que están en contra de estos cambios” y temen perder “espacios de poder, potestades. Estos resisten y allí aparece la presunta discusión, pero es muy cristalina, la estamos llevando de cara a la gente y, en tanto siga ocurriendo de ese modo, la gobernabilidad no tiene riesgo”.