EL PAíS › DUHALDE DIO EL SI PARA CAMBIAR LA CORTE SUPREMA

A barajar y dar de nuevo

El equipo del nuevo gobierno que encabeza Eduardo Duhalde está dispuesto a “satisfacer el reclamo popular” y cambiar la Corte Suprema forjada al calor del menemismo. Se estudian distintas alternativas.

 Por Irina Hauser

La decisión está tomada. El presidente Eduardo Duhalde impulsará “una recomposición de la Corte Suprema”, según les anunció ayer a sus hombres de confianza. No parece quedarle otra alternativa. Al menos en función del reclamo popular y de la incomodidad, para su nuevo gobierno, de convivir con un alto tribunal que nunca dejó de apoyar al menemismo y que avaló las medidas de Fernando de la Rúa. “Esto lo pide la ciudadanía y Duhalde va a ser consecuente con lo que la gente realmente está expresando”, confirmó Osvaldo Mércuri, titular de la Cámara de Diputados bonaerense. Ahora está en pleno debate qué mecanismo se utilizará para desplazar a los supremos y si afectará a todos ellos por igual. Las opciones se están estudiando: reducir por ley el número de miembros de la Corte de 9 a 5; promover el juicio político por mal desempeño; poner a los ministros en comisión, o pedirles la renuncia.
–¿Y qué van a hacer con la Corte? –le preguntó, ansioso, a la senadora Cristina Kirchner (PJ) un farmacéutico que la reconoció cuando entraba a su local. Ella intentó darle una cortés señal de esperanza.
“Algo con la Corte haremos, no hay duda, estamos tratando de buscar la forma de encaminar la recomposición más fácil y rápida”, explicó a Página/12 uno de los dirigentes duhaldistas que más trabaja en el asunto. Uno de sus pares pidió cautela y dijo que están esperando que asuma Jorge Vanossi en el Ministerio de Justicia para que él indique cuál es el mejor camino a seguir. “No se pueden hacer cambios con la varita mágica”, fue lo que planteó el constitucionalista radical. “La Constitución tiene previstos procedimientos de cambio y hay que respetarlos”, añadió.
El reclamo para desplazar a la Corte no sólo estuvo en el inmenso cacerolazo del viernes frente a Tribunales y en los que siguieron sino que cobran vigor dentro del Frepaso, el ARI, Frente para el Cambio y sectores del radicalismo. El jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra (Frepaso) al reunirse ayer con Duhalde le pidió expresamente la “renovación” del equipo de ministros del alto tribunal. El Presidente se mostró de acuerdo y dijo que estaba analizando cómo implementar la iniciativa.
u Un grupo de duhaldistas fogonea la propuesta de volver a un alto tribunal de cinco miembros, mediante una ley. Fue Carlos Menem quien, en su primer gobierno, promovió la ampliación de integrantes a nueve, para garantizarse una mayoría propia. Esta idea, imaginan, podría concretarse “aprovechando alguna futura reforma constitucional que implemente una reforma estructural del Poder Judicial”. Tendría la ventaja, dicen, de generar un ahorro. El Congreso podría confirmar sólo a cinco de los jueces y después promoverles juicio político, o no.
u Otra opción que manejan, que podrían combinar con la anterior, es que el Gobierno les pida la renuncia a los ministros –que no estarán obligados a presentarla– o que los induzca a irse. En ese sentido, cuentan con que “dos de los ministros están en edad de jubilarse”, en alusión a Carlos Fayt y Guillermo López. También tienen presente que hace tiempo Antonio Boggiano planteaba la posibilidad de retirarse si lo nombraban en un tribunal internacional. Con todos están en plenos sondeos, y ya han puesto a operar a viejos conocidos de la Corte como Arnaldo Klainer.
u La salida mediante juicio político del Congreso también está en pleno análisis. Sería, según señalaron los constitucionalistas Rafael Bielsa y Daniel Sabsay, el único modo de remoción constitucional. Si esta posibilidad realmente cobra cuerpo, quizá los supremos renuncien antes de que los condenen.
u Poner a los jueces en comisión –pierden la estabilidad constitucional y pueden ser removidos con o sin causa– es otra hipótesis que se mencionó. Pero no es, en principio, la más seductora para los gobernantes.
Con toda esta melange sobrevuela un riesgo tácito de que la Corte cambie de careta, pero no de esencia. Lo advirtió la diputada del ARI Elisa Carrió: “Lo que la gente quiere es una Corte independiente, no un nuevo Pacto de Olivos”. El ARI ya presentó un pedido de juicio político contra todos los jueces de la Corte por mal desempeño y posibles delitos. El eje de los fundamentos es la falta de independencia en numerosos expedientes, entre ellos el que liberó a Menem.
El sector del Frepaso alineado con Ibarra prepara otro pedido de juicio político que presentarán entre hoy y mañana –con la venia de Duhalde–, pero que no incluiría ni a Gustavo Bossert ni a Enrique Petracchi. Aludirán a varios temas, entre ellos “las limitaciones a la libertad de expresión, al derecho a la verdad, la falta de independencia en la causa armas, a la limitación de la Ley de Etica que hicieron para no presentar sus declaraciones patrimoniales y el manejo presupuestario excesivo”, adelantó la diputada Nilda Garré.
El viernes pasado los supremos renovaron su soberbia, y sus lealtades, avalando el corralito, mientras la gente hacía sonar las cacerolas. Ayer algunos se reunieron y mantuvieron contactos telefónicos, en busca de nuevos acuerdos.

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Los nueve miembros de la Corte Suprema que tantos favores les hicieron a Menem y De la Rúa.
La semana pasada, la mayoría de los ministros avaló la legitimidad del “corralito” bancario.
 
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