EL PAíS › LOS DIPUTADOS SE APRESTABAN A DAR SANCION A LA LEY ANTIGOTEO

Poner un tapón toma poco tiempo

El Senado aprobó la norma que dilata las acciones judiciales contra el corralito. El peronismo votó a favor, la UCR en contra. La norma pasó rápidamente a Diputados que empezó a tratarla de noche, con la decisión de votarla esta madrugada.

 Por Felipe Yapur

La ley “tapón” al goteo al corralito ya cuenta con media sanción del Senado. La mayoría de los senadores justicialistas la apoyaron. Los radicales, en cambio, se opusieron y presentaron un proyecto alternativo que se convirtió en su primer “acto de independencia” a la alianza con el presidente Eduardo Duhalde. Anoche, al cierre de esta edición, el titular de la Cámara alta, Juan Carlos Maqueda, envió el texto de la norma al presidente de Diputados, Eduardo Camaño. El objetivo, según lo expresaron los legisladores del PJ, “es que el Gobierno cuente hoy con la norma que le permitirá reabrir los bancos”.
El proyecto fue largamente debatido por los bloques y varias veces modificado. Incluso, poco antes de que fuera votado en el recinto, los empleados de la Cámara repartieron en las bancas la última modificación donde amplió el tapón al goteo del corralito a través de medidas cautelares.
El proyecto original lo limitaba sólo a entidades financieras y bancarias. El texto final incluye además a “las entidades integrantes del sistema financiero, de seguros o a mutuales de ayuda económica en razón de los créditos, deudas, obligaciones, depósitos o reprogramaciones financieras que pudieran considerarse afectados” por el corralito. Los ahorristas sólo podrán retirar sus depósitos cuando sus reclamos judiciales cuenten con sentencia firme. Quedaron exceptuados aquellos casos en los que se pruebe “que existan razones suficientes que pongan en riesgo la vida, la salud o la integridad físicas de las personas o cuando el reclamante tenga 75 años o más”. La norma obtuvo 31 votos a favor, todos del PJ. El resto del recinto, 26 senadores, votaron en contra.
La ley “tapón” fue logrando consenso entre los senadores del oficialismo más por la presión de los gobernadores que decidieron apoyar a Duhalde en lo que denominaron “la última oportunidad”, que por propia convicción. Los que se opusieron mantuvieron su posición por orden también de sus gobernadores. Ese fue el caso de santacruceños y puntanos.
Los radicales, en cambio, decidieron recurrir a una vieja estrategia del bloque que utilizaron durante la larga década del menemismo, y que no es otra que bajar al recinto, dar quórum y para no apoyar el proyecto oficialista elaborar un proyecto “alternativo” convencidos de que el justicialismo tiene los votos necesarios para aprobar la iniciativa del gobierno. Pero la determinación adoptada por los radicales no fue fácil. Antes debieron sortear una larga discusión que comenzó el mismo día en que llegó al Senado la mega ley que acompañaba al Plan Bonex.
El lunes, mientras los senadores del PJ rechazaban la ley del Ejecutivo, a pocos metros de allí los senadores radicales tomaban igual determinación. Esto fue un duro golpe para el senador Raúl Alfonsín, quien vio que se diluía su intención de mantener a salvo la alianza que tejió con Duhalde. Ayer por la mañana, la discusión en el bloque se repitió para desgracia del ex presidente. Alfonsín escuchó a varios legisladores desgranar discursos a favor de una “mayor independencia” de la administración duhaldista y se sorprendió por el silencio de otros tantos. Uno de los más vehementes fue el pampeano Juan Carlos Passo, uno de los más firmes opositores a la alianza con el PJ y que por este motivo, la semana pasada renunció a la vicepresidencia del bloque. Ante tal escenario, Alfonsín se retiró de la reunión “masticando” en silencio su bronca y no regresó al bloque hasta bien entrada la tarde cuando ya estaba definido el proyecto “alternativo”.
Durante la sesión el ex presidente se mantuvo callado y por disciplina partidaria votó de en contra de la iniciativa oficialista junto a la totalidad de su bloque. A pesar de la importancia del proyecto, la presentación ante el recinto estuvo a cargo de un senador que se podría decir, integra la segunda línea del bloque justicialista, el jujeño Guillermo Jenefes. Con franqueza, el legislador dijo la intención es “retener el retiro de depósitos y detener los recursos de amparos de más de 200 mil ahorristas”. Agregó que “esta ley le reconoce a cada uno de los ahorristas el derecho de reclamar ante la justicia, pero la grave crisis que vive nuestro país debemos proteger los intereses de la República por sobre el interés de cada uno de los argentinos”.
A diferencia de sus colegas del oficialismo, el radicalismo dispuso que el presidente del bloque, Carlos Maestro, sea el encargado de defender el proyecto radical y adelantó que no acompañarían la propuesta del PJ.
Alfonsín ni siquiera lo miró.
Una de las primeras opositoras al proyecto fue la frepasista Vilma Ibarra, quien calificó de “parche” la propuesta oficialista. Desde el bloque del PJ, la santacruceña Cristina Kirchner dijo que el proyecto es “inconstitucional”, aunque destacó que “hoy en la Argentina, hablar de inconstitucionalidad donde no se respeta ningún derecho, es casi un anacronismo”. También cuestionó el argumento de que con esta medida se podrá abrir el corralito porque “ante la situación de total desconfianza, aunque los abramos a todos nadie va a volver a depositar un peso”.
Al cierre de esta edición Diputados se aprestaba a comenzar el debate de la norma. Su voluntad era aprobarla en la madrugada de hoy, para facilitar la reapertura de los bancos y también tomando en cuenta que sería muy difícil volver a conseguir quórum esta tarde o mañana.

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Las dos Cámaras del Congreso sesionaron, con el edificio fuertemente vallado y custodiado.
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