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Se larga el canje de deuda buscando seducir a los pequeños ahorristas

Con una presentación en el Palacio de Hacienda, primer paso de una gira por varios países, el Gobierno inicia el tramo final para reestructurar la deuda. Clima favorable en los centros financieros.

 Por Claudio Zlotnik

Después de tres años de la declaración del default, hoy comienza el canje de la deuda. Roberto Lavagna pondrá en marcha esta tarde la reestructuración más grande de la historia reciente, que abarca títulos públicos por 81.800 millones de dólares. La presentación, la primera de una gira por distintas ciudades del mundo, tendrá el objetivo de acercar bonistas a la operación. Los inversores empezarán a definirse pasado mañana, y tendrán tiempo hasta el 25 de febrero. Según creen en la city, la clave del éxito está en manos de los pequeños ahorristas. La mayoría de las consultoras, y también en Wall Street, confían en que Lavagna reunirá por lo menos un 70 por ciento de las voluntades.
Lavagna hará su exposición en el microcine del quinto piso del ministerio frente a banqueros, ejecutivos de las AFJP y operadores del mercado. Los periodistas seguirán la presentación por circuito cerrado de televisión, desde otra sala a la que el ministro y Guillermo Nielsen concurrirán más tarde para responder preguntas.
Para reestructurar la deuda, Economía diseñó tres bonos de entre 30 y 42 años de plazo. Y si bien habrá que empezar a pagar intereses este mismo año, alrededor de 2000 millones de dólares, los vencimientos de capital de la nueva deuda empezarán a caer a partir del año 2024.
La quita de la deuda a valor presente rondará entre 63 y 68 por ciento. Salvo Bosnia, ninguno de los países que cayó en default en los últimos años pudo aplicar esa poda. En 1997, ese país arrasado por la guerra consiguió un perdón del 90 por ciento, mientras que Rusia se favoreció con una quita del 26 por ciento y Ecuador, del 22 por ciento. El Plan Brady, hace más de una década, significó para la Argentina un recorte de su deuda del 35 por ciento.
Los papeles de la deuda están repartidos en distintos mercados: Argentina (38,4%); Italia (15,6); Suiza (10,3); Estados Unidos (9,1); Alemania (5,1) y Japón (3,1) son los principales países donde se encuentran los bonos que entran al canje. En el caso de Suiza se cree que son ahorristas argentinos que fugaron sus capitales.
Lavagna podrá mostrar enseguida los primeros datos positivos de la operación. Ya tiene sellado un acuerdo para que adhieran las AFJP, los bancos, las compañías de seguro y los fondos comunes de inversión. Entre ellos poseen la cuarta parte de la deuda en default.
Un informe sobre la reestructuración de la deuda elaborado por la consultora AGM, liderada por el ex secretario de Finanzas Daniel Marx, destacó que los fondos de inversión internacionales tienen bonos por 33.300 millones de dólares. De este total, unos 10.000 millones estarían en poder de compañías estadounidenses que, según se entusiasman en Economía, estarían dispuestas a adherir. La razón de la aceptación está vinculada al buen contexto internacional. Los operadores creen, también, que los nuevos títulos tendrán una fuerte apreciación no bien salgan al mercado, lo que les daría una ganancia a los inversores.
Distintos corredores de la plaza financiera señalaron a este diario que en los últimos meses hubo fuertes compras de bonos en default por parte de grandes fondos que están especulando con ese rally alcista. Esta particularidad es funcional al objetivo de Economía de juntar masa crítica en el canje.
Distinto es el caso de los “fondos buitre”, que aguardan una definición a su favor en los tribunales y no entrarán a la reestructuración. Si bien no hay datos oficiales, se calcula que los “buitres” poseen 8000 millones de dólares en bonos. También hay fondos internacionales que acumulan unos 12.000 millones de dólares y que, se presume, aguardarán que el Gobierno mejore la oferta en los próximos meses. A ellos les conviene que la aceptación al canje sea lo más pequeña posible, de manera que Economía se vea presionada a flexibilizar la propuesta cuanto antes. Para no verse en esa instancia, Lavagna intentará, hasta el 25 de febrero, mostrar que laoperación es exitosa para seducir a la mayor cantidad posible de acreedores.
El informe de AGM se basó en distintas encuestas de mercado para determinar que un 75 por ciento de los bonistas aceptará el canje. La menor expectativa está puesta en los más pequeños, que tienen 30.000 millones en bonos, el 37 por ciento del total. Es por eso que el Gobierno monitoreará de cerca el trabajo de los bancos internacionales coordinadores: saben que de su acercamiento a los clientes depende buena parte del éxito de la operación.

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A todo o nada. El ministro de Economía y el secretario de Finanzas ante una instancia crucial.
 
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