EL PAíS › LOS SENADORES INICIARON EL TRIBUNAL CONTRA BOGGIANO

“Este juicio va en serio”

 Por Eduardo Tagliaferro

“La lectura que deja la constitución del Senado en jurado de juicio político es contundente”, explica a Página/12 un encumbrado legislador del oficialismo. “Este juicio va en serio”, responde cuando este diario le pregunta cuál es esa lectura. La primera sesión en la que los senadores juraron como el tribunal del proceso que podría concluir con la destitución del juez de la Corte Suprema, Antonio Boggiano, dejó en claro que el oficialismo tiene tiempos más laxos que los que empleó para los casos de Eduardo Moliné O’Connor y Adolfo Vázquez. Esos pocos días que demorarán la lectura de la acusación que pesa sobre el magistrado son claves. El bloque mayoritario espera que en ese tiempo el juez madure la decisión de presentar su renuncia al máximo tribunal. El oficialismo adelantó que la fecha de la acusación, si bien aparece como incierta, sería “antes de que termine marzo”.
Aunque ahora en el oficialismo se asegura que “no hay puentes de negociación con Boggiano”, admiten que éstos ya fueron fatigados intensamente en uno y otro sentido. La conclusión de esas negociaciones habría sido clara: lo más conveniente era que el juez renunciara antes de que la acusación de los diputados llegara al recinto. El magistrado supo repetir que tenía una media palabra oficial de que el proceso en su contra no avanzaría. Los encargados de las negociaciones con Boggiano le puntualizaron que eso se los tendría que haber recordado a los diputados que motorizaron la acusación. En buen romance, todo está lanzado.
“Los mecanismos están en marcha. Aquí hay una sola conclusión: el Senado tiene que terminar votando la destitución del juez”, confía el interlocutor de este diario. El resultado al que arriba es de pura lógica. Boggiano está acusado por catorce cargos en tres casos: Meller, Macri y Dragonetti de Román. La Cámara alta ya estudió el caso Meller y la conclusión terminó con la destitución de Moliné O’Connor, por eso en esta ocasión el resultado no podría ser distinto.
“¿Por qué a mí y no a los otros jueces que firmaron este tema?”, había repetido Moliné cuando le tocó defenderse en el recinto. De actuar de otra manera, los senadores no estarían más que dándole la razón al histórico dirigente de la Asociación Argentina de Tenis. En aquella ocasión, la respuesta a la pregunta de Moliné la entregó el riojano Eduardo Menem, uno de sus más encomiados defensores. “Es una cuestión de tiempo”, había dicho Menem en voz baja. El tiempo pasó y ahora es el turno de Boggiano. “Tendríamos frustración si Boggiano renuncia: no rendiría cuentas y seguiría cobrando una retribución jugosa como jubilación”, afirmó ayer el diputado Ricardo Falú, titular de la Comisión de Juicio Político y uno de los que se puso al hombro el proceso contra el juez.
Ayer el cuerpo debía expedirse sobre dos recusaciones presentadas por los diputados del ARI María América González y Adrián Pérez a los senadores del justicialismo Miguel Angel Pichetto y Jorge Yoma. En su presentación, los legisladores del ARI señalaron que algunos dichos de los senadores a los medios implicaban un “anticipo de opinión sobre el proceso a Boggiano”. Palabras más, palabras menos, ambos senadores habían admitido que la etapa de los juicios políticos estaba agotada.
En anteriores ocasiones, estos planteos los resolvía el propio plenario del cuerpo. Ahora, a propuesta del radicalismo, que pidió tiempo para estudiar en profundidad los argumentos de los diputados, Cristina Fernández de Kirchner, titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales, aceptó que el tema se definiera la semana que viene en comisión. La comisión también tendrá que definir la excusación del senador del PJ por Salta, Marcelo López Arias. En una nota dirigida al presidente del cuerpo, Daniel Scioli, señaló que había venido sosteniendo que “todos los que pudieran ser tenidos como responsables de los hechos investigados debían ser formalmente acusados en un único proceso”.
Además de la excusación y las dos recusaciones, el recinto definió que fuera la Comisión de Asuntos Constitucionales la que le pusiera fecha a la presencia de los diputados para formular la acusación contra Boggiano. Algo que en los casos anteriores había definido el mismo plenario sin dilaciones. Son pocas las voces que en la Cámara alta le auguran al juez un final feliz. Tan solo la puntana Liliana Negre de Alonso, enrolada en el Opus Dei al igual que Boggiano, le acercó a alguno de sus pares la idea de convocar a algunos obispos para que hablaran a favor del magistrado. Sus pares le explicaron que a esta altura las cartas ya están echadas.

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Antonio Boggiano tiene los días contados en la Corte Suprema.
 
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