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Miceli reclama ante el BID mayor compromiso en proyectos sociales

En su debut ante la Asamblea Anual de Gobernadores del BID, la ministra de Economía defenderá hoy el programa económico en marcha en el país y resaltará su “heterodoxia”. Ayer discutió con el presidente de la entidad la implementación de proyectos puntuales de desarrollo.

 Por Fernando Krakowiak

La ministra de Economía, Felisa Miceli, debutará hoy en la Asamblea Anual de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo con un discurso referido a las principales variables macroeconómicas argentinas y las medidas adoptadas en la lucha antiinflacionaria. El objetivo es mostrar los logros del Gobierno destacando el carácter heterodoxo de su política económica para diferenciarse del modelo neoliberal al que suelen ser afectos los organismos multilaterales. Sus recomendaciones estarán orientadas a incidir en el futuro papel que debería cumplir el BID en lo que hace a proyectos, sobre todo de carácter social. En esa dirección también avanzó ayer el reunirse con el presidente del organismo, el colombiano Luis Alberto Moreno, con quien conversaron sobre proyectos puntuales destinados a fortalecer el desarrollo nacional.

Miceli quiere que el BID asuma un papel más activo en el financiamiento de alternativas destinadas a mejorar el nivel de vida de los sectores más carenciados, tanto a través de obras de infraestructura como de microemprendimientos productivos. Ayer le solicitó ayuda para solventar el proyecto “Norte Grande” que beneficiaría a nueve provincias del noroeste argentino con caminos y obras hidráulicas. El BID debería poner 1000 millones de dólares para esa obra. El directorio del organismo comenzará a analizar el tema en junio próximo. Esa iniciativa forma parte del combate a la pobreza en las zonas rurales, donde se registran los menores ingresos y se carece de servicios esenciales.

En los últimos meses el BID otorgó créditos a la Argentina, pero estuvieron orientados a financiar cambios en el Plan Jefas (700 millones de dólares), fortalecer la enseñanza técnica (280 millones) y pagar vencimientos de la deuda (500 millones de dólares). El otorgamiento de ese último crédito se discutió acaloradamente porque los estatutos del organismo establecen que el país beneficiario debe tener un acuerdo vigente con el Fondo Monetario Internacional, que es tomado como un “certificado” de la solidez de la economía local, pero la Argentina canceló su deuda con el FMI y ya no tiene ningún acuerdo. Pese a ello el crédito fue otorgado en una muestra de flexibilidad.

Ahora el gobierno argentino quiere que las flexibilidades aumenten para reducir la desigualdad de la región. Un objetivo es que el Banco financie microemprendimientos productivos para que esas iniciativas puedan adquirir una mayor escala de la que han tenido hasta ahora. También se busca que apoye a cooperativas de trabajadores y a otras compañías privadas aunque no alcancen la calificación crediticia.

Para avanzar en esa dirección está casi acordado entre la conducción del BID y algunos de los gobiernos de mayor peso en el organismo, que en junio próximo se realice un encuentro en Washington con la participación de los ministros de Economía y otros funcionarios de los estados miembro para encarar una serie de reformas operativas cuyo eje será romper definitivamente la separación tajante entre lo público y lo privado en cuanto al accionar de la institución.

El BID pasó a ser el principal acreedor de la Argentina luego de que se cancelara la deuda con el Fondo. Según datos de diciembre de 2005, el país le debe al organismo 8728 millones de dólares.

Antes de desayunar con Moreno, Miceli se reunió con los ministros de Economía de Brasil, México y Venezuela, oportunidad en la que la ministra argentina y el mexicano Francisco Gil enfatizaron la necesidad de establecer préstamos a largo plazo en moneda local, como fondos de garantía. A su vez, los funcionarios argentinos de la Secretaría de Finanzas mantuvieron encuentros con banqueros y representantes de fondos de inversión interesados en prestarle dinero a la Argentina, como JP Morgan, Merril Lynch y Barclays, entre otros. La postura del Gobierno fue la de señalarles que para cumplir con su programa previsto para 2006 sólo necesitará un fondeo de 2000 millones de dólares, pero fuentes de Economíaaseguraron a Página/12 que no habrá definiciones sobre ese tema en los próximos días.

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Felisa Miceli se reunió ayer con el presidente del BID, el colombiano Luis Alberto Moreno.
 
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