EL PAíS › EL BALANCE DE LA GIRA DEL PRESIDENTE KIRCHNER Y CRISTINA FERNANDEZ EN MEXICO

Con Evo y Chávez y también con Calderón

En la comitiva argentina se valoró, además de las inversiones logradas, el mensaje de integración implícito en el acercamiento a un gobierno con un perfil ideológico poco afín. Según el entorno presidencial, la apuesta es que un hipotético gobierno de CFK muestre más diálogo internacional y “una nueva institucionalidad”.

 Por Fernando Cibeira

Desde México D.F.

”Si uno espera que todos los presidentes tengan la misma orientación ideológica, no te integrás nunca”, era la explicación que daba una fuente de la comitiva argentina que acompañó la visita que el presidente Néstor Kirchner y su esposa y candidata, Cristina Fernández, realizaron a México. El periplo arrancó con la firma de un Acuerdo de Asociación Estratégica con Felipe Calderón y cerró con una promesa de nuevas inversiones de parte del vigoroso empresariado azteca. En medio quedó flotando la sensación de haber presenciado una vuelta de página en la política exterior K, que en su versión “cristinista” se mostraría más dispuesta a entablar relaciones con gobiernos poco afines ideológicamente, como en el caso del conservador y católico Calderón. “Podemos estar con Calderón y también con Evo Morales y Chávez. Hay que comprender la diversidad”, explicó otro integrante de la comitiva empapado de este nuevo espíritu.

“Cuando llegó, Kirchner tuvo que gritar más fuerte que todos. Ganó con el 22 por ciento de los votos y asumió en medio de una situación muy complicada. Ahora hay otra perspectiva, se puede pensar en una nueva institucionalidad”, repetían en México cerca de la senadora Fernández. El mensaje, dirigido para el consumo interno, se extiende también a lo que sucede fronteras afuera. Esto es: más niveles de diálogo y mayor apertura hacia las administraciones de otro signo. “Argentina siempre sobreactuó hacia un lado o hacia el otro”, agregaban, supuestamente recordando épocas que no deben volver. Sobre aquellos tiempos, en la comitiva explicaban: “Se decía, ¿para qué vamos a ser amigos de los pobres si podemos ser amigos de los ricos? Pero lo que pasa es que los ricos quieren empleados, no quieren amigos”.

Aunque se explorarán estos nuevos caminos en una hipotética futura política exterior, no cambiará la mirada prioritaria hacia la integración en el bloque regional. “Nuestra identidad es América Latina, somos América Latina”, afirmaban. Claro que ahora América Latina, además de Chávez y Evo, será también Calderón. “Más allá de los liderazgos, lo que tenemos que hacer son buenos negocios”, explicaban con pragmatismo cerca del Presidente. Así, el mismo día que anunciaban la llegada de unos 2 mil millones de dólares en inversiones mexicanas como cierre de visita, se confirmaba que Chávez compraría otros mil millones de dólares en bonos argentinos y financiará la instalación de una planta de regasificación.

El debut internacional de Kirchner y de su esposa como candidata presidencial marcó una diferenciación en los roles, tal como se planteará en la campaña. Con Kirchner enfrascado en las cuestiones de gestión y Cristina en un papel más abierto. En México armó una reunión con intelectuales, planteó una agenda de temas culturales y volvió a la carga con las celebraciones por el Bicentenario, un tema que ya tomó como una preocupación personal. “No va a ser un espectáculo, será un momento para reflexionar. Hay que pensar el país que queremos”, se le escuchó decir a la senadora. El Bicentenario caerá durante su mandato, si gana en octubre.

Kirchner quedó encantado con Calderón y la relación que armaron en unos meses, tras un par de encuentros. A los funcionarios que lo acompañaron le recordó durante su estadía en el DF lo mal que se había llevado con su antecesor Vicente Fox. El cambio de una administración a otra –pese a pertenecer al mismo partido, el PAN– fue como el día y la noche. Calderón tiene interés en estrechar relaciones con América latina y, desde el sur, Argentina quiere aprovechar la oportunidad.

Con todo, el pujante capital mexicano no le hacía perder de vista a los funcionarios de Cancillería que el nuevo aliado tiene más de un problema en su territorio como para suponer que sus políticas no sufrirán modificaciones en algún momento. Según contó Kirchner a sus allegados, en la entrevista que mantuvieron Calderón descartó tener inconvenientes para controlar la guerrilla que existe en estados del empobrecido sur del país. “Es casi inexistente, son grupos aislados”, habría asegurado el presidente mexicano.

Distinto es el caso del narcotráfico. “Me habló bastante del tema, lo vi muy preocupado”, comentó Kirchner. Los poderosos carteles del Golfo y del Pacífico manejan armamento cada vez más sofisticado y pelean de igual a igual con las fuerzas del ejército regular. “Sin dudas, a futuro puede convertirse en problema gravísimo para México”, sostenía un funcionario de Cancillería que participó de las negociaciones para el acuerdo.

Otro problema mexicano es el institucional. Calderón llegó al poder con una elección casi empatada y el principal dirigente del opositor PRD, Andrés Manuel López Obrador aún se hace llamar el “presidente legítimo” de México y sus simpatizantes militan activamente contra el gobierno. Hay actos, marchas y carpas permanentes como forma de resistencia a la actual administración. Un grupo de estos simpatizantes le hizo pasar un mal momento a Calderón cuando salió del Palacio Nacional junto a Kirchner, tras la firma del acuerdo, el lunes pasado. “Le gritaban `espurio’”, bromeaba después el presidente argentino. “Ojalá los que me quieren gritar algo a mí me dijeran solamente `espurio’”.

Fuera de estos problemas, los Kirchner llegaron ayer a Buenos Aires con la convicción de haber realizado una movida que puede traer importantes dividendos en el corto y el mediano plazo. “Poder acercarlos a nuestro bloque nos da otras perspectivas, es un país grande y tenemos economías que son muy complementarias. Esto va a crecer rápido. En los próximos dos o tres años el intercambio comercial seguro va a llegar a los 5 mil millones de dólares”, le dijo el presidente Kirchner a uno de los funcionarios que lo acompañó. Los beneficios, entonces, quedarán para quien lo suceda.

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Kirchner y Calderón cerraron una visita que los funcionarios argentinos valoraron como un gesto para “comprender la diversidad”.
Imagen: AFP
 
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