A seis meses del asesinato del maestro Carlos Fuentealba, el sistema educativo nacional resultará prácticamente paralizado en todos sus niveles este jueves, por un paro en el que confluirán gremios docentes de escuelas públicas y privadas, así como profesores universitarios. “El docente Carlos Fuentealba fue asesinado producto de la orden de represión salvaje que emanó del gobernador (de Neuquén) Jorge Sobisch, quien luego reconoció que impartió dicha orden y que lo volvería a hacer”, denunció la conducción de la Ctera, que, además de la huelga, convocó a una marcha hasta el Congreso.

La medida de fuerza se inscribe en el marco de una campaña nacional “contra la impunidad y por el juicio y castigo a los responsables materiales e intelectuales del asesinato”, organizada por el sindicato. Para la Ctera, lo más grave es que en la causa judicial “sólo está inculpado el ejecutor material del hecho, el policía Poblete, y tangencialmente algunos jefes policiales y el subsecretario de Seguridad, separado de la fuerza. El 6 de octubre es la fecha de la Justicia para la finalización de la instrucción de la causa para llevarla a juicio. Pero la causa no avanza en las responsabilidades políticas de quien impartió las órdenes para la brutal represión”, indica un comunicado firmado por el secretario general saliente de la Ctera, Hugo Yasky, que el viernes dejó la conducción sindical en manos de Stella Maldonado y Francisco “Tito” Nenna.

Un día antes del paro, el miércoles, en las escuelas se distribuirá y leerá una carta abierta de Ctera a la comunidad educativa, donde se recuerda que la muerte de Fuentealba se produjo el pasado 4 de abril, mientras los docentes neuquinos se manifestaban en reclamo de un aumento salarial y presupuestario para la educación. El texto incluye un duro párrafo dedicado a Sobisch: “Hoy tenemos que ver una catarata de avisos televisivos, donde este señor que es responsable de la muerte de un maestro aparece diciendo que está 100 por ciento preparado para gobernar. Nosotros decimos que Sobisch está 100 por ciento preparado para manchar las tizas con sangre”.

El mismo jueves, desde las 11.30, docentes de todo el país se concentrarán en la esquina de 9 de Julio y Avenida de Mayo. Desde allí marcharán –luciendo un crespón negro en el pecho– hasta el Congreso Nacional para entregar a la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados un petitorio con miles de firmas exigiendo juicio y castigo y expresando “nunca más un muerto ante el reclamo de justos derechos”.

Al paro y la convocatoria adhirieron los docentes de escuelas privadas, a través del Sadop, el gremio que los agrupa. También los profesores universitarios se plegaron. La Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu) llamó a parar el jueves “contra la impunidad”. A su vez, el plenario de la Conadu Histórica resolvió sumarse a la huelga y la marcha exigiendo justicia y “denunciando las políticas de encubrimiento del gobierno nacional”.