EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER, ELISA CARRIO Y ROBERTO LAVAGNA JUEGAN SUS FICHAS

A la caza del votante desorientado

Cristina Kirchner cerrará en La Matanza, en lo que esperan sea el mayor acto de la campaña. Elisa Carrió optará por el ambiente más recoleto de un complejo en la Costanera. Roberto Lavagna promete realizar trabajo comunitario. Según los encuestadores, aún queda un diez por ciento de indecisos.

 Por Fernando Cibeira

Los candidatos presidenciales cerrarán hoy sus campañas en la búsqueda de ganarse a los últimos indecisos. Según los encuestadores, aún queda un 10 por ciento de electores que no decidieron su voto y que generalmente lo resuelven poco antes de salir de sus casas a votar. Ese porcentaje, que está dentro de lo normal para una elección presidencial, podría resultar decisivo para definir el comicio en primera vuelta o, bien, para forzar el ballottage. Puntera en los sondeos, Cristina Fernández de Kirchner eligió un cierre con mucha gente en la explanada del Mercado Central, en La Matanza, la “capital del peronismo”. A la misma hora, Elisa Carrió hará su último acto en un ambiente más cuidado, en el complejo Costa Salguero, que culminará con quienes formarán su hipotético gabinete sobre el escenario. Roberto Lavagna fue el de la opción más original: ayer encabezó un raid de actos en el conurbano y hoy prometió realizar trabajos solidarios en una barriada de Lomas de Zamora.

Calor de las masas

El discurso de Cristina Kirchner no varió sustancialmente en lo que va de la campaña, y en su entorno adelantaban que no era lógico pensar en cambios de última hora. La continuidad de lo bueno realizado durante del gobierno de Néstor Kirchner, el mantenimiento del crecimiento económico a altas tasas contra los que proponen enfriar, la apertura de nuevas instancias de diálogo, serán los ejes del mensaje. En lo que se han producido retoques ha sido en lo gestual: en los últimos días pudo verse una Cristina Kirchner más accesible a las fotos con la gente, menos imperativa en las formas. Eso hacía prever un discurso no tan rígido, más “humano”, en la explanada del Mercado Central.

En la elección del escenario influyeron al menos dos razones. Por un lado, apuntalar los votos del conurbano con los que el kirchnerismo confía conseguir una ventaja indescontable en el resto del país. Por el otro, pura cábala: es el mismo sitio donde cerró junto a Néstor Kirchner las campañas de 2003 y 2005.

“Además de ser una costumbre, es una señal. La Matanza es la capital del peronismo”, explicaban en el comando cristinista. En los últimos tiempos, algunos movimientos de la candidata parecen destinados a recuperar terreno en algunos campos. Por ejemplo, con los varios viajes a Córdoba en pocos días. Ahora, con los gestos dirigidos a blindar la adhesión del votante peronista. Ayer, por primera vez Kirchner adelantó que se dedicará a la “gran reorganización democrática del Partido Justicialista” (ver aparte).

Hasta el Mercado Central volverán a movilizar a su gente hoy los caciques peronistas del conurbano, para redondear lo que se espera será el acto más concurrido: ayer hablaban de un piso de 50 mil asistentes. Los intendentes venían quejándose por el poco espacio que se les daba en la campaña del oficialismo.

Equipo en cancha

“Vamos al ballottage, ¿venís?”, rezan los afiches de Elisa Carrió con los que la Coalición Cívica empapeló la ciudad. Los últimos días de la campaña de Carrió estuvieron enfocados a la caza del voto indeciso. Para eso, la candidata buscó agregarle al perfil antikirchnerista, que es su marca de orillo, una imagen de gobernabilidad. En esa búsqueda realizó varios encuentros con empresarios en compañía de su propuesto ministro de Economía, Alfonso Prat Gay, y trató de motivar al “voto útil”, restándolo a otras opciones opositoras. “Entramos al ballottage y soy presidenta”, le dijo a Página/12 en una entrevista.

En la elección de Costa Salguero no hay argumentos cabuleros. Meses atrás, Carrió hizo allí el cierre de campaña junto a Jorge Telerman para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad y del resultado prefieren no acordarse. La elección recayó de nuevo en el predio de la Costanera por excluyentes razones de comodidad. “No jorobamos al tránsito, es un lugar accesible desde la provincia y tiene mucho espacio para estacionar”, explicó Patricia Bullrich, que además de candidata a diputada es la jefa de campaña de la CC.

Al mismo tiempo que Cristina Kirchner encabezará un acto al aire libre, multitudinario y con sello peronista, Carrió hará una puesta en escena dirigida a la caza del elector independiente y aún desorientado. En un ambiente cerrado y ante un público con mayoría de dirigentes de Capital y provincia de Buenos Aires, intentará mostrarse como una opción viable para gobernar. “Nace un nuevo país”, será el lema que marcará el acto. Hablarán sólo Carrió y su compañero de fórmula, Rubén Giustiniani.

En los últimos minutos, aquellos que ya fueron designados por la candidata como los integrantes de su hipotético gabinete en caso de llegar a la Casa Rosada subirán al escenario para la foto final. El mensaje pretendido es que toda la Coalición Cívica acompaña a Carrió hasta la segunda vuelta. “No hay misterios, queremos mostrar que tenemos los mejores equipos y la mejor propuesta”, agregó Bullrich.

Trabajo comunitario

Como ex ministro de Economía durante la crisis, Roberto Lavagna buscó erigirse en el opositor mejor capacitado para gestionar el país. Más tarde, en su equipo de campaña se dieron cuenta de que no era ése su mayor problema como candidato sino que a la gente le costaba humanizar su figura. A partir de ahí fue posible ver a un Lavagna más descontracturado, con mangas arremangadas, invitando cervezas y jugando al pool en un bar, fotografiándose con una papa en la mano para quejarse de la suba de precios o con un cartel con un avestruz, argumentando que la de esconder la cabeza era la política del Gobierno.

El cierre de campaña buscará congeniar la nueva actitud del ex ministro con una pátina de sensibilidad social. Irá hasta una barriada pobre de Lomas de Zamora para realizar una jornada –en verdad, unas horas– de trabajo solidario que no fue especificado. “Lavagna quiere devolver un gesto, todas esas actitudes de solidaridad que recibió en la campaña”, explicaba uno de sus voceros. “Además, es un acto contra la pobreza. Lo que más lo conmovió a Lavagna fue ver que los que menos tienen son quienes realizan más actos solidarios”, agregaba, con tono de descubrimiento.

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Cristina Fernández de Kirchner, Elisa Carrió y Roberto Lavagna queman los últimos cartuchos con objetivos diferentes.
 
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