¿Cómo está la cuestión de los inmigrantes teniendo en cuenta que las últimas decisiones de la Unión Europea han sido excesivamente rigurosas y diría hasta contradictorias con lo que ha sido la tradición de intercambios de flujos migratorios?

–Las migraciones y los procesos políticos que impulsan la inmigración están vinculados con el auge económico. Argentina tuvo un par de etapas en que fue muy abierta porque necesitaba traer gente. España también lo ha sido. En los últimos gobiernos ha habido procesos de regularización que ya inició el Partido Popular porque tenía muchos irregulares: atraía mucha gente para puestos de trabajo que no querían tomar los españoles. Lo que pasa es que antes las políticas de inmigración eran nacionales, ahora han pasado a ser europeas. Estamos profundizando en la construcción europea y extendiendo nuevos ámbitos: estamos trabajando en políticas de defensa, estamos incorporando nuevos ámbitos de competencia. Teníamos una Europa en la que circulaban libremente las mercancías, las personas, los servicios, los delincuentes también y no circulaban las órdenes judiciales, eso lo hemos resuelto. En materia de inmigración se ha determinado una directiva con parámetros comunes que, en el caso de Argentina, no supone ninguna restricción. En España, se les dice a todos: “Bueno, en lugar de que esté en su casa y sin hacer nada, le ofrecemos la posibilidad de que cobre el subsidio por desempleo íntegro por el período que le corresponde –dos o tres años–, se marche a su país y con ese dinero intente iniciar una nueva vida contribuyendo a su país”. Hay gente que voluntariamente está tomando esa opción. A nadie se le obliga. Cobran un 40 por ciento cuando adquieren el compromiso y cuando llegan a su país y acreditan que se quedan, reciben el 60 por ciento restante. Es bueno de cara a que la migración no sea una instancia permanente sino que haya una vía de recuperación.

– No pueden volver a España...

–Tienen un compromiso por el cual no pueden volver para trabajar por un plazo de tres años.

–En Francia me contaban que los inmigrantes que se acogían a ese régimen eran sensiblemente pocos en función de las previsiones oficiales.

–En España están siendo pocos también. Seguramente, muchos están esperando a ver cómo les va a los demás.