Los oficiales de la Fuerza Aérea destinados en la base de Morón que declararon ayer ante la Justicia coincidieron en culpar a la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) de no haber controlado el avión de los hermanos Eduardo y Gustavo Juliá, detenidos en España con un cargamentos de 944 kilos de cocaína. Los militares aseguraron que el control de cargas de la base, cuya administración es compartida por la ANAC y la Fuerza Aérea, correspondía a los primeros según las funciones delimitadas. La declaración de los testigos coincidió con lo que dijeron el jueves otros seis oficiales de la Fuerza Aérea, entre ellos el vicecomodoro Jorge Tomasoni, deslindando responsabilidades en la ANAC, y con anterioridad por el comodoro Jorge Ayerzi, jefe militar de la base, removido tras declarar. Por su parte, el titular de la ANAC, Ricardo Palazón, declaró la semana pasada que el control de las cargas en los aviones en la Base era tarea de la Fuerza Aérea, y desligó a su dependencia.