EL PAíS › CRíTICAS A MACRI DENTRO DEL PRO

Tiempo de reproches

 Por Santiago Rodríguez

El PRO no pasa por su mejor momento. Mauricio Macri está decidido a hacerlo otra vez: después de entusiasmar a su gente con la idea de embarcarse en un campaña presidencial y de ilusionarla con que el sueño de llegar a la Casa Rosada era posible porque “el kirchnerismo está agotado”, se encamina de nuevo a dejarla, como hace cuatro años, con las manos vacías. El anuncio de su decisión de bajarse de la pelea nacional, que a su alrededor anticipan para mañana o pasado, marcará también el comienzo de la campaña para su reelección como jefe de Gobierno, que de entrada le planteará un primer desafío: animar a su propia tropa, que ahora se pregunta qué será del macrismo en las elecciones de octubre, y acallar las críticas que como nunca hasta ahora se escucharon en su contra dentro de su mismo partido.

Macri tuvo ayer un primer registro del impacto de su deserción, sobre todo entre los dirigentes de PRO que lo alentaban a intentar el salto a la presidencia: más de uno levantó el teléfono y se le quejó por haberse enterado de su decisión por los diarios.

El jefe de Gobierno porteño les juró y perjuró que nada de lo publicado sobre su determinación de volver a postularse en la Ciudad de Buenos Aires había salido de su boca y que tampoco había mandado a nadie a que lo hiciera público. Así consiguió tranquilizar a aquellos que rezongaban que “al menos nos hubiera avisado”, pero no logró neutralizar los reproches sobre la impericia que demostró para manejar todo el tema de las candidaturas PRO. “La situación –reflexionó un macrista con cierto dejo de amargura– lo pasó por encima. No supo manejar los tiempos y se le filtró la información. En política es estratégico decidir qué se anuncia y cuándo se anuncia.”

A Macri le aconsejaban postularse a la presidencia su jefe de Gabinete y pretendido sucesor Horacio Rodríguez Larreta; el presidente del bloque de diputados PRO, Federico Pinedo, y la mayoría de los integrantes de esa bancada. También se inclinaban por esa opción varios peronistas, como su jefe de campaña, Humberto Schiavoni; el coordinador nacional, Emilio Monzó; el ministro de Espacio Público, Diego Santilli; y el jefe de los legisladores macristas, Cristian Ritondo. En el grupo estaba también su primo Jorge, cuyas acciones como candidato en la provincia de Buenos Aires caen estrepitosamente sin el líder PRO en la boleta presidencial.

Algunos sólo expresaron su “tristeza”, pero otros en cambio no se privaron de criticar al jefe que hasta ayer no cuestionaban. “Nunca se animó del todo. Tendría que haber llamado a votar en la ciudad en marzo. Con un triunfo a principios de año hubiera quedado instalado como el candidato de la oposición. Pero no lo hizo y su indefinición no sólo le impidió encolumnar detrás suyo a los peronistas federales y cerrar con De Narváez, sino que además dio lugar al crecimiento de la figura de Cristina”, se quejaron varios macristas.

El desenlace de la novela de la candidatura de Macri, previsto a más tardar para este fin de semana, no es otro que el que muchos de quienes ahora lo critican dicen haber avizorado aquel día en que convocó a la oposición a hacer un acuerdo para enfrentar al kirchnerismo en las presidenciales de octubre: “Del modo en que lo planteó y sin definir que sería candidato, la convocatoria no tenía otro destino que el fracaso”.

A la par de los reproches, se desató también la puja por las candidaturas. Todos en el PRO saben que sin Macri de candidato a presidente, la cosecha será menor y muchos quieren asegurarse un destino. El reparto de los lugares en las listas puede dejar nuevos heridos.

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