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Bocinazos y un acto en Olivos por la inseguridad

“No queremos violencia. No queremos más impunidad. No queremos más madres que lloren la muerte de sus hijos.” La voz de Raquel, madre de Mariano Wittis, resonó frente a la Residencia Presidencial de Olivos, donde anoche unas trescientas personas cortaron la avenida Maipú y se congregaron para reclamar Justicia por sus hijos asesinados en distintos hechos de inseguridad, en la mayoría de los cuales hubo participación policial. Acompañaron el reclamo las Madres de Plaza de Mayo y otras organizaciones de derechos humanos, e incluso, funcionarios del Ministerio de Justicia. El acto, programado hace varias semanas, coincidió con el bocinazo convocado en los últimos días a raíz del secuestro de Pablo Belluscio. La respuesta fue masiva: a partir de las 20 y por varios minutos vecinos de distintos barrios de la Capital y del Gran Buenos Aires hicieron sonar las bocinas de sus vehículos, sacaron a relucir sus cacerolas y también hicieron ruido con sus palmas.
“El caso Belluscio es uno más de miles y miles de casos de aquí y de todo el país”, señaló Jorge Wittis sobre el escenario montado en la avenida Maipú y pidió a la sociedad que participe en la búsqueda de una solución a la inseguridad. “Tenemos que estar dispuestos a hacer algo más que quejarnos. Conmovámonos con el dolor ajeno. No seamos indiferentes hasta que el dolor nos toque directamente”, exhortó Wittis durante el acto convocado por madres de chicos asesinados por la policía. Estuvieron los padres de Natalia Melmann (la adolescente asesinada en Miramar por cuyo caso fueron condenados tres uniformados), las madres de Maximiliano Tasca y Cristian Gómez (víctimas de la llamada masacre de Floresta), de Kevin Sedano, (el chico de 14 años asesinado a golpes por una patota), de Damián Rosende, (muerto en un colectivo presuntamente por un efectivo de la Prefectura) y Lucila Yaconis (violada y muerta en Núñez). Se recordó a Maximiliano Kosteki y a Diego Peralta, en cuyo homenaje se leyeron poemas. Hubo adhesiones de la agrupación Hijos, ATE y de la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense. Entre los presentes muchos agitaron carteles con fotos de otras víctimas de gatillo fácil.
“Después del desgarramiento del dolor, lo que se piensa es que a otro no le debe pasar lo mismo. Que no haya más Marianos”, dijo la mamá de Mariano Wittis, asesinado por un policía bonaerense luego de que una banda de ladrones lo tomara de rehén.
La concentración que cortó la avenida Maipú frente a la Residencia Presidencial culminó con un festival de música. “Como no queremos violencia, vamos a escuchar música”, anunciaron los organizadores y pidieron “juicio y castigo a los asesinos y sus cómplices”, y recordaron a los desaparecidos durante la última dictadura militar. El inicio del acto en Olivos coincidió con el bocinazo que se escuchó a partir de las 20 por distintos barrios porteños y del conurbano, al que se sumaron en algunos sectores el ruido metálico de las cacerolas y aplausos. Esta convocatoria surgió esta semana, sin organizadores visibles, como una forma de apoyo a los familiares de Pablo Belluscio, el joven que fue secuestrado hace 40 días y a quien sus captores le cortaron dos falanges de un mismo dedo para presionar a sus familiares a que paguen el rescate.
El Obelisco, Flores, Caballito, Balvanera, Almagro, Barrio Norte, Palermo, Belgrano, Saavedra, Liniers, Parque Patricios y Monserrat; las localidades bonaerenses de Lanús, Banfield, Ramos Mejía, El Palomar y Caseros fueron algunos de los puntos donde se escucharon los bocinazos.
En Flores la gente se congregó en la esquina de Condarco y Avellaneda y comenzó a aplaudir y golpear distintos objetos, mientras que en Caballito los vecinos se asomaron por los balcones de los edificios para demostrar su apoyo al reclamo de seguridad.

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