La seguridad y transparencia de la elección general en Chaco pasó a ser un tema central. Ante el manto de sospecha que la oposición intenta instalar, la gobernación provincial solicitó la asistencia de 1300 gendarmes que se sumarán a los cerca de tres mil policías que participarán del operativo electoral. Además, 38 veedores nacionales e internacionales observarán cómo se desarrolla la jornada. “Sabemos que entraron cuatro o cinco colectivos llenos de gente que vienen de Santa Fe”, aseguró un funcionario avalando la denuncia del gobernador Jorge Capitanich acerca de la llegada de “patotas” con la intención de “generar incidentes”. “Las elecciones en Chaco siempre fueron limpias y claras, no recuerdo que en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) existieran tantas denuncias como las que se están haciendo hoy en día”, comentaban en los pasillos de la gobernación. El ambiente se fue calentando desde las PASO del 24 de mayo y la elección general que se realiza hoy. Las denuncias del radicalmacrista en Tucumán y la posterior anulación de las elecciones dejaron abierta la veta para que la oposición local sembrara dudas antes del comicio. Los veedores también fueron convocados por la gobernación y ayer se reunieron con las autoridades electorales de la provincia, encuentro del que también participó el director nacional electoral, Alejandro Tullio. Allí analizaron y descartaron las denuncias de irregularidades sobre el padrón, luego de consultar a la jueza María Luisa Lucas, presidenta del tribunal electoral.