EL PAíS › ANUNCIO DE BIELSA TRAS LA REUNION

“Un plan en 60 días”

Por P. F.
Desde Caracas

“Hubo una amplia solidaridad manifestada por el presidente Lula respecto a la negociación que estamos llevando adelante con el FMI”, arrancó Rafael Bielsa su resumen de la cumbre, como para marcar el tono.
“En segundo lugar, en un episodio que desde mi punto de vista es histórico, hemos acordado la necesidad de trabajar con Brasil sobre abordajes comunes para definir estrategias frente a organismos multilaterales de crédito”, añadió. “Para llevar a cabo esto, hemos determinado una reunión en San Pablo, con el presidente Lula, con los ministros de Relaciones Exteriores, de Economía y de Inversión, el 10 de marzo. Y en tercer lugar, me parece que todo estoy que les estoy mencionando marca un paso de calidad definitivo de relaciones bilaterales entre Argentina y Brasil.”
–¿Una negociación común entre los dos países seguiría los lineamientos que viene marcando la Argentina? –preguntaron los periodistas.
–No, me parece que lo más interesante, lo más productivo, sería formular un programa completo que atienda las necesidades y las posibilidades económicas de Latinoamérica. Formular un programa significa un gran compromiso de trabajo. Lo debemos tener en aproximadamente 60 días, y la actitud seria y profesional sería presentar este programa al FMI como un programa conjunto y discutirlo paso por paso.
–¿Mientras tanto siguen las conversaciones argentinas por separado?
–Por supuesto. Y las de Brasil también.
–¿Qué opina sobre este día en Venezuela, con marcha opositora...?
–No vinimos para opinar de manera tal de tomar partido por alguno de los sectores que se enfrentan. Lo que esperamos de todo corazón –y ése fue uno de los elementos comunes que tuvimos en la charla con el presidente Chávez– es que los episodios de represión, de violencia, de ataques, de embestidas y de falta de respeto se terminen lo más rápido posible, que las instituciones puedan funcionar y que efectivamente den el resultado querido por la ciudadanía.
–La decisión de trabajar en forma conjunta por la deuda, ¿fue una propuesta Argentina o de Brasil?
–No, no, se fue dando a medida que íbamos profundizando el diálogo respecto de temas comunes. No lo limiten a la deuda. La propuesta de generar estrategias comunes es respecto de todos los organismos multilaterales de crédito: FMI, Banco Mundial, BID. Es una propuesta más ambiciosa que la coyuntura inmediata. No se trata de apurarnos para pasar rápidamente por este momento, sino de generar verdaderamente un modelo que atienda nuestras necesidades.
–¿Lula le va a anticipar esta determinación a la comitiva del FMI de este domingo?
–Efectivamente, este fin de semana con seguridad el problema de la Argentina –como ha sucedido con otros países en otros momentos– estará planteado. El presidente Lula graciosamente dijo: “Cuando visitantes curiosos preguntan por Argentina yo les digo que al que tienen que preguntarle es al presidente Kirchner, pero que nosotros apoyamos con total solidaridad la buena marcha de las negociaciones”.
–¿Existe la posibilidad de que haya una convergencia en cuestiones macroeconómicas, por ejemplo que Brasil se aproxime al superávit de la Argentina en sus requerimientos con el FMI?
–Me parece que lo macroeconómico está por encima del monto del superávit primario. Precisamente eso es consecuencia de políticas que en términos macroeconómicos sí vamos a intentar coordinar recíprocamente, y eso tiene que ver con lo que se va a hacer con la expansión monetaria, su balanza de pagos, a qué se van a destinar los excedentes, el tema tributario, cual es el mecanismo de resolución de disputas, qué dinero va a invertir en obras físicas de integración –que es una asignatura pendiente– y por debajo de eso está la pauta de superávit primario y en ese sentido cada país la manejará de acuerdo a sus posibilidades.
–¿Brasil podría poner condicionamientos relacionados con el crecimiento?
–Eso habría que preguntárselo al presidente Lula, pero me parece de absoluto sentido común que tanto en el orden de las empresas privadas como públicas, si un deudor fuertemente endeudado no crece, no maximiza sus condiciones de pago. Nosotros las otras recetas de los “cambios estructurales” ,“reformas estructurales”, “superávit fiscal”, “déficit cero”, “blindaje”, “megacanje”, y todas las recetas de la ortodoxia al uso las hemos transitado con el resultado del 20 de diciembre del año 2001. Me parece que lo que tiene de histórico este diálogo, de fuerte, es que de alguna manera estamos volviendo a su vigencia la ley de gravedad. Se termina esta derogación sistemática de la Ley de Newton que dejó a la mitad de nuestros compatriotas por debajo de la línea de pobreza, y se pasa a un sistema mucho más racional que tiene que ver con que cuanto más crezca el PBI, ese 3 por ciento más dinero va a ser.
–¿No cree que puede haber una política del FMI para tratar de desbaratar el acuerdo con Brasil?
–En la mitad de una discusión con un norteamericano, mi esposa se subió a un taxi y el taxista le dijo: “Bueno, el canciller se está peleando con un funcionario norteamericano, se ve que estamos haciendo bien las cosas”.
–¿El acuerdo podría incluir un pronunciamiento público del presidente Lula en relación a la propuesta Argentina?
–Yo digo: vamos a ser rigurosos y tengamos la misma grandeza en el intercambio con ustedes que tuvimos recién con la delegación de Brasil: lo cuantitativo está por debajo de lo cualitativo, de la misma manera que la política está por encima de la economía. Nadie habló de porcentajes. Lo que se dijo fue: “Vamos a discutir estrategias comunes frente a los organismos internacionales”.

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