EL PAíS › DURA CRITICA DE FELIPE SOLA CONTRA CARLOS RUCKAUF

La demagogia y los excesos

Por primera vez con tanta dureza, el gobernador bonaerense, Felipe Solá, cargó ayer contra su ex compañero de fórmula y ex mandatario provincial Carlos Ruckauf. “Que nadie se llame a engaño. No estamos empezando de nuevo, sino dándole continuidad a un trabajo en materia de seguridad que iniciamos cuando, hace casi tres años y apresuradamente, tuvimos que hacernos cargo del gobierno provincial”, aseguró Solá refiriéndose a la política de “meter bala” y de “mano dura” que impulsó abiertamente Ruckauf, pero que él mismo avaló, ya que en 1999 integraban la misma fórmula para la gobernación. “A esa política, la de los golpes de efecto y de la búsqueda desesperada del rédito mediático, a esa fraseología demagógica que abría las puertas a los peores excesos y nada aportaba a la seguridad pública, comenzamos a modificarla desde el mismo día en que tuvimos que hacernos cargo del gobierno provincial.”
Como tibia autocrítica admitió que tal vez “no hayamos hecho todo lo que debíamos” y en ese sentido se hizo cargo “de la responsabilidad que me cabe, y que no estoy dispuesto a trasladar a ninguno de los que, con generosa vocación de servicio, me acompañaron durante estos años”. Sostuvo de todos modos que siempre actuó “de acuerdo a mis convicciones, con aciertos y errores, y pueden estar seguros también de que no tengo otro compromiso que con aquellos que con su voto me dieron la responsabilidad de gobernar y que hoy, más que nunca, me exigen encontrar una respuesta a la inseguridad pública”.
Solá le puso un énfasis especial a cada una de sus frases, muy aplaudidas por las primeras filas de los asistentes al acto de asunción de León Arslanian. Allí estaban los principales colaboradores del gobernador. “Donde veamos que pueden torcernos el brazo, vamos a recurrir al pueblo bonaerense, mediante la denuncia pública, para poner en la cárcel a los corruptos”, dijo dirigiéndose a los miembros de la policía provincial. Sobre la corrupción dijo saber que “no hay instituciones que no estén contaminadas por ella, y sabemos también que en la medida en que sigamos avanzando, se multiplicarán las reacciones, incluso desesperadas y brutales, de los intereses afectados” por la reforma policial.
Aseguró que se sentía acompañado “por un pueblo movilizado reclamando de sus gobernantes y de todos los poderes del Estado medidas concretas que pongan en marcha un proceso de restauración de la seguridad pública”. El gobernador dijo que el mayor de los apoyos proviene de “ese pueblo que salió a las calles exigiendo respuestas y que ha permitido, como nunca antes, tener una visión integral del drama que sufre. Ha sido el pueblo el que ha puesto todas las cartas sobre la mesa y ya nadie más puede hacerse el distraído e ignorar la agenda de la ciudadanía”.
Solá dijo que el pueblo denuncia “la corrupción y la ineficiencia policial”, pero también “la de la Justicia, el Servicio Penitenciario y la dirigencia política. Hay un sistema de corrupción e ineficiencia al que debemos enfrentar y reemplazar. Hay un sistema de corrupción e ineficiencia que ya está trabajando para derrotarnos y al que sólo podremos vencer si el pueblo permanece alerta”.

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