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Los restos del bailarín español Antonio Gades, fallecido el martes en Madrid a los 67 años, fueron incinerados ayer en el crematorio de la Almudena de Madrid, y sus cenizas serán trasladadas hasta Cuba para ser esparcidas en esa isla caribeña, siguiendo los deseos del fallecido. La ceremonia de incineración del bailarín y coreógrafo siguió el estricto guión que él dejó marcado antes de morir, ya que transcurrió en silencio y en la privacidad más absoluta. En el acto ni siquiera estuvieron presentes miembros de su familia y sólo acudieron al crematorio madrileño varios representantes del cuerpo diplomático de Cuba acreditado en España, quienes se llevaron las cenizas para enviarlas hoy mismo a la isla. Allí, el diario Granma calificó su muerte de “lamentable pérdida de un inmenso artista, revolucionario, comunista y amigo inolvidable”.