SOCIEDAD › UNA LEY EN EE.UU. OBLIGA A PUBLICAR DATOS INTIMOS

La vida sexual en un aviso

En Florida, quienes quieren dar un hijo en adopción deben publicar avisos donde cuenten cuándo y con quién lo concibieron.

Por Kate Hilpern *
Desde Florida

“A un hombre desconocido: aviso de plan de adopción. Madre, Sonya Fisher, 33, caucásica con pelo castaño, ojos marrones, 1,55 metro de altura, pesa aproximadamente 52 kilos, tiene piel clara y una contextura mediana. La beba Laura Fisher, nacida el 23 de mayo de 2002, fue concebida en algún momento en agosto de 2001 en Miami u Orlando. Padre, desconocido, es caucásico, de unos 30-35 años, aproximadamente 1,80 de altura, piel clara, rubio, pelo lacio, contextura mediana.” Este clasificado, como cientos de otros recientemente aparecidos en diarios de Florida, es el resultado de una nueva ley que obliga a todas las madres que quieren entregar a sus hijos en adopción, y que no pueden localizar al padre, a publicar detalles de su historia sexual en la prensa local.
El objetivo, según el senador Walter Campbell –el demócrata que impulsó el proyecto de ley– es que se realice una búsqueda exhaustiva para localizar al padre. Así, al padre se le da la oportunidad de reclamar a su hijo antes de que esté integrado a una nueva familia.
“Esta medida es para asegurar que cuando una pareja adopta a un niño, es definitivo”, explica Campbell, y cita en su defensa la batalla legal de tres años sobre la nena Emily, cuyo padre –un violador condenado– reclamó a su hija mucho después de que la adopción se hubiera concretado. El problema es que si bien la ley cumple con la obligación constitucional del estado de Florida en relación con los derechos del padre, está teniendo un efecto siniestro en las mujeres, afectando sus más básicos derechos a la intimidad.
Algunos días hay hasta cinco o más avisos en un solo diario, cada uno de los cuales deben –según la ley– proveer el nombre y descripción de la madre, junto con los detalles de cuándo tuvo relaciones sexuales en los meses previos al nacimiento y, lo que es peor, con quién. Cuando no se conoce el nombre de uno o más compañeros sexuales, tal vez porque se trató de una relación de una noche, se deben dar características, aun si todo lo que tiene es el color de pelo y una marca de nacimiento por encima del glúteo izquierdo.
El aviso tiene que publicarse durante cuatro semanas consecutivas en el periódico local de cada ciudad en la que la mujer pueda haber concebido. De modo que si tuvo relaciones sexuales con diez hombres en diez áreas, tiene que comprar avisos de diario en todos ellos. Más aún, chicas menores de edad, así como las mujeres que quedaron embarazadas después de un incesto no están exceptuadas. En cuatro de los cinco distritos de Florida deben hacerlo incluso las víctimas de violación.
“La legislación está afectando a un gran número de mujeres”, dice Patricia Strowbridge, presidenta de la Asociación de Profesionales Adoptantes. De hecho, en Florida tienen lugar unas 7000 adopciones cada año, el segundo número más alto en los Estados Unidos después de California.
Neena, de dos años, fue una de las primeras afectadas por la legislación. Rodger Schneider, de Fort Pierce, dice que “fue ubicada conmigo y mi esposa Dawn hace un año, y la adopción debería haber terminado en diciembre. Pero fue congelada en los Tribunales porque ni nosotros ni la madre biológica quería pasar por el trauma de publicitar su pasado sexual. A menos que cambie la ley, nunca vamos a poder adoptar a la nena. Sólo podremos ser sus guardianes legales. Estamos destrozados”.
La madre biológica de Neena vive en Florida, pero tendría que publicar el aviso en Newsday, el diario local de Long Island, en Nueva York, donde concibió a la edad de 13 años. “Todos sus amigos, compañeros de escuela y su abuela descubrirían que durante esa difícil época de su vida tuvo numerosos compañeros sexuales”, dice su abogada, Charlotte Danciu. “Se mudó al sur para cambiar su vida y ubicar la nena con una familia amiga, pero debido a esta ley no pudo hacerlo.” Tanto objeta la mamá de Neena las ramificaciones de esta ley que junto con otras cinco mujeres está protagonizando una campaña para abolirla. Danciu, que las acompaña, explica que una de ellas “es una chica que tenía 12 años cuando fue víctima de una violación. Otra fue atacada por tres hombres y una cuarta es una mujer que conoció a un hombre, creyó que era su príncipe azul y resultó que todo lo que le había dicho era falso. Las otras dos consumían drogas y tuvieron relaciones con dealers u otros consumidores”.
Danciu ya logró una victoria parcial. En julio, un juez del condado de Palm Beach declaró que forzar a víctimas de violación a identificarse en avisos es una violación de la privacidad según la Constitución de Florida. “Pero por cómo funcionan las leyes de Florida, esto sólo se aplicará en el condado de Palm Beach, uno de los cinco distritos de Florida –dice Danciu–. Mi próxima batalla es usar estos seis casos para expandir la excepción a las víctimas de violación a todas las mujeres en todas las ciudades.”
Los profesionales que trabajan en adopción están confiados en que esta posición triunfará. La ley viene siendo señalada como un modelo del absurdo en todo Estados Unidos, y se convirtió en blanco para expertos y abogados. Hasta Campbell está debilitándose. En un programa de televisión fue mostrándose cada vez más incómodo hasta que dijo: “Bueno, realmente debería ser revisada”.
No es sorprendente que la ley esté disuadiendo a mucha gente de adoptar, dice Suzanne Stevens, presidenta de la Asociación de Padres Adoptivos del estado de Florida. “No quieren que las madres biológicas tengan que pasar por esto”, explica. Danciu agrega que las madres están empezando a mentir. “Dos chicas de Palm Beach durante el mes pasado dijeron que sus embarazos eran producto de una violación. Leyeron los diarios y se enteraron que es la única forma de evitar el aviso –sostiene–. Imagínese las consecuencias para los niños, si llegaran a contratar un detective para acceder a información sobre sus raíces en el futuro.”
Otras están optando por abortos. “Cuando vienen mujeres a mi oficina y descubren que toda su vida debe ser expuesta en un diario dicen ‘olvídelo’. Pueden abortar sin consentimiento de nadie.”
Este mes, el St. Petersburg Times se convirtió en el primer diario de Florida que se negó a publicar uno de estos avisos. Si otros siguieran ese camino podría ser una irónica vuelta para forzar a quienes hacen las leyes a despertar a las necesidades de un grupo de mujeres ignoradas demasiado a menudo.

* De The Guardian, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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La ley complicó sustancialmente el proceso de adopción.
 
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