A Franco Gasperotti lo detuvieron en abril de 2003 cuando fue a votar. Según dijo la policía, su propio padre lo había denunciado porque le había robado unos dólares que tenía escondidos en el freezer de su casa. Maximiliano Pico cayó tres meses después, junto a su novia, durante un falso operativo de control de tránsito mientras regresaba en micro a Buenos Aires desde Bariloche. Allí se habría escondido casi un año. Gasperotti y Pico estaban sospechados de integrar la banda de los llamados “Secuestradores Vip” y habrían participado en el asesinato Juan Manuel Canillas, en 2002. Hoy comenzará el juicio oral contra ambos.

“Pasaron seis años y lo único que quiero es que esto se termine. Es muy desgastante que, además de haber perdido un hijo, uno tenga que esperar tanto tiempo para que se haga justicia”, protestó ayer Marta Canillas, quien a partir del caso de su hijo se convirtió en una de las fundadoras de la agrupación Madres del Dolor. Un tercer acusado del mismo crimen, Raúl Ezequiel “Chirola” Monti, fue condenado hace cuatro años a reclusión perpetua, en un juicio que se llevó a cabo en los tribunales de San Isidro. Sus presuntos cómplices fueron detenidos después, por lo que recién hoy, a las 10, serán juzgados por el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro, integrado por los jueces Alberto Ortolani, María Elena Márquez y Ariel Introzzi Truglia.

Allí también será revisado el caso de otro acusado, que también pertenecería a esta banda que operaba en el norte de la ciudad y el conurbano bonaerense, se reunían en countries y se movían en camionetas 4x4. Se llama Mariano Vergá y no estará relacionado con el caso Canillas.

Canillas fue secuestrado cuando volvía en auto a su casa. Su padre pagó el rescate. Pero los captores huyeron con su hijo y prometieron liberarlo. Pero el cuerpo del joven apareció minutos más tarde con un balazo en la espalda en la localidad de Florida.