SOCIEDAD › UN CHICO DE 16 AñOS MURIó EN CóRDOBA TRAS UNA PELEA ENTRE TRIBUS ANTAGóNICAS

A los golpes después del boliche

Un grupo de jóvenes vestidos como “floggers” fue perseguido por otro en la madrugada de ayer en Villa Dolores. La agresión habría tenido que ver con una discusión previa. Por el crimen está preso otro joven de la misma edad, hijo de un policía.

Un adolescente falleció tras haber sido golpeado a las patadas en el suelo por otro, integrante de un grupo rival, a la salida de un boliche en Villa Dolores, una localidad de Traslasierra, a unos 200 kilómetros de la capital cordobesa. Mientras sus amigos aseguran que la muerte no fue ocasionada por lo fuerte de la paliza sino por el miedo que pudo haber sentido el chico agredido en ese momento, aún se espera el resultado de los análisis forenses del cuerpo para determinar las verdaderas causas del deceso. Tan sólo uno de los chicos que salieron la noche del sábado con el adolescente muerto conocía a los del otro grupo, algunos de los cuales eran compañeros suyos de escuela y con los que había mantenido una discusión sin mayor importancia un tiempo atrás. Ese habría sido el motivo de la agresión, y no una “guerra de tribus urbanas”, más allá de que el grupo que golpeó al adolescente haya comenzado la persecución con insultos sobre su condición de “floggers”. Por el caso, que ya pasó a manos del Juzgado de Menores de Villa Dolores, un adolescente de 16 años –la misma edad que el fallecido– quedó detenido, tras haber sido señalado en varios testimonios como el agresor más violento. Según testigos presenciales, su papá, policía, mantuvo una fuerte discusión con sus colegas de la seccional de Villa Dolores momentos después de ocurrido todo.

Guillermo Cáceres, de 16 años, vivía con su papá en la localidad de Sauce Arriba, separada de Villa Dolores por el río Los Sauces, el mismo curso de agua que separa su casa de la de su mejor amigo, Juan Pablo. Ambos, junto a otros tres, fueron a bailar el sábado a la noche a Nabuko, un boliche ubicado en Las Tapias, otra localidad de la zona. “No salían mucho. Son chicos muy tranquilos, reservados”, aseguró Sandra Deprés, la mamá del amigo de la víctima que esa noche los llevó hasta el lugar.

Allí estuvieron hasta minutos antes de las 6, cuando decidieron volver a sus casas. Comenzaron a caminar siguiendo el rumbo de la ruta provincial 148 que une Villa Dolores con la provincia de San Luis. Luego de andar unas cuadras, los cinco adolescentes decidieron juntar entre todos el dinero necesario para tomar un taxi. Fue cuando oyeron los primeros insultos. Por el mismo camino, unos metros más atrás, un grupo más numeroso –eran ocho, de entre 18 y 25 años, según aseguró el amigo de la víctima– comenzó a agredirlos por su aspecto de “floggers”. Los chicos cumplían con sus ropas y su estilo los principales puntos de la moda que caracteriza a los adolescentes usuarios de la red social “Fotolog.com”: pantalones chupines y remeras amplias y escotadas de colores estridentes; peinados con raya al costado, bien pegados a la frente y algunas mechas teñidas de colores llamativos.

Sin embargo, tal como lo indicaron en sus testimonios aportados a la causa, el pertenecer a esa tribu urbana, aunque eje de los insultos que recibieron del otro bando, no fue el real motivo de la persecución. Al parecer, uno de ellos conocía a los agresores: “Se había peleado en la escuela, pero por una pavada, nada importante”, relató Juan Pablo. Sea como fuere, la cosa no terminó en los insultos. “Los chicos no entendían nada, pero empezaron a correr”, aseguró Deprés, que pudo reconstruir el hecho sobre la base de los relatos de su hijo.

En la huida, Guillermo tropezó y cayó al piso, donde recibió patadas de por lo menos cuatro personas. Quedó tendido “sin moverse y respirando lento”, remarcaron en sus testimonios sus amigos y así permaneció la casi media hora que la ambulancia tardó en llegar al lugar. Fue trasladado al Hospital Regional de Villa Dolores, donde llegó con un paro cardiorrespiratorio y no pudo ser reanimado por los médicos que lo atendieron.

El cuerpo quedó en manos del fiscal de Villa Dolores, Emilio Andruet, aunque la causa ya es responsabilidad del Juzgado de Menores de la misma ciudad, a cargo de la jueza Hilda del Valle Allende. Si bien la autopsia fue practicada recién ayer a la tarde –al estar el médico forense de Villa Mercedes de licencia, sus funciones las cubre el del departamento cercano Dean Funes–, aún no están determinadas oficialmente las causas del deceso, que se seguirán investigando. Según Juan Pablo, “pudo haberse asustado mucho y quizás eso le afectó para provocarle la muerte”. Es que reconoció que, si bien fue muy golpeado, no presentaba ninguna marca luego del ataque. Este aspecto del caso lleva a recordar el de la muerte de Matías Bragagnolo, el joven de 16 años que falleció luego de participar de una pelea con otros adolescentes en Palermo Chico en abril de 2006 (ver aparte).

El patrullero que estaba cerca de la zona –más precisamente en la puerta del boliche– tardó el mismo tiempo. Sin embargo, tras el relato algo apresurado de los jóvenes agredidos lograron encontrar a la mayoría de los agresores a pocos metros del lugar. Tanto ellos como los amigos del joven muerto dejaron su testimonio en la comisaría de Villa Dolores, donde quedó registrado el caso.

Sobre la base de esos relatos, en un principio fueron tres los detenidos: dos chicos de 16 años y uno de 18. Sin embargo, con el correr de las horas, uno de los menores y el mayor recuperaron la libertad y el que permanece bajo arresto podría hacerlo en las próximas horas, aseguraron fuentes cercanas a la investigación. Aparentemente, el padre del joven aún detenido es policía y se desempeña en una comisaría de una localidad aledaña. Las fuentes añadieron que se acercó al patrullero donde el grupo de los chicos agredidos estaba siendo trasladado a la seccional de Villa Dolores para prestar declaración y discutió con el efectivo que conducía el vehículo. El eje del intercambio verbal habría sido la participación del hijo del oficial en la golpiza. En tanto, padres de compañeros de colegio de Guillermo y de los demás chicos agredidos, además de vecinos del barrio, planean llevar a cabo una movilización para “exigir el esclarecimiento del hecho”, señaló Deprés, aunque aún no han definido ni fecha ni lugar.

Informe: Ailín Bullentini.

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Guillermo Cáceres, de 16 años, volvía a su casa con un grupo de amigos después de bailar.
 
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