SOCIEDAD › LA JUSTICIA AUTORIZO A UNA PAREJA A TENER UN BEBE QUE, POR SELECCION GENETICA, AYUDE AL OTRO HIJO ENFERMO

El niño que nacerá para salvar al hermano

Por primera vez en el país, un bebé será seleccionado genéticamente para que, al nacer, células de su cordón umbilical puedan ser trasplantadas a su hermano gravemente enfermo. La Justicia ordenó a dos obras sociales que paguen el tratamiento.

 Por Pedro Lipcovich

Por primera vez en la Argentina, se dispuso engendrar un bebé seleccionado genéticamente para que, al nacer, células de su cordón umbilical puedan ser trasplantadas a su hermano, que padece una grave enfermedad. Esto requiere que la fecundación se efectúe por fertilización asistida, con producción de varios embriones de entre los cuales se elige uno cuyos genes sean compatibles con los del hermano mayor. El método se aplicó por primera vez hace ocho años en Estados Unidos, y en España, el año pasado, nació un bebé concebido bajo esta condición. El caso argentino se da a conocer a partir de que un tribunal de Mar del Plata dispuso que el tratamiento sea cubierto por las obras sociales de los padres del chico enfermo. Una de éstas, IOMA, argumentó que no se recurrió primero a otra alternativa terapéutica menos invasiva y de uso habitual: obtener células de un sistema de bancos internacionales al que pertenece el Incucai. La resolución judicial será apelada.

El fallo fue suscripto por la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata, integrada por Alejandro Tazza, Jorge Ferro y Juan José Comparato, ante el recurso de amparo que los padres habían presentado contra el IOMA y la Mutual de Agentes Municipales (OAM), a quienes “condena a cubrir en un ciento por ciento los tratamientos de fertilización asistida necesarios para que la pareja tenga un hijo que resulte histocompatible con su hermano enfermo, a través del sistema de fertilización asistida con selección de un embrión no portador de la enfermedad”.

El hijo mayor de la pareja padece la “enfermedad granulomatosa crónica”, que afecta la producción de células sanguíneas y es de grave pronóstico: su única cura es el trasplante de células de la médula ósea o de cordón umbilical, para lo cual existe un registro internacional de donantes. A veces, es imposible obtener un donante compatible, y en los últimos años se desarrolló otra posibilidad: aprovechar la fertilización asistida para, mediante selección de embriones, engendrar un hermanito cuyas características garanticen la mayor compatibilidad con el receptor. Durante el nacimiento, simplemente se preservan células del cordón umbilical, con las que se efectuará el tratamiento del hermano mayor.

El método se aplicó por primera vez en Estados Unidos, en 2000, y después en diversos países: en 2005, en Gran Bretaña, la Cámara de los Lores rechazó el recurso de una ONG cuya objeción era que “el embrión se elige, no en beneficio del potencial niño, sino de otra persona”. En octubre de 2008, nació en España el primer bebé concebido bajo estas condiciones (ver aparte).

En el caso de Mar del Plata, el IOMA había advertido que el tratamiento “se halla en estado experimental” y que “debió valorarse otra alternativa terapéutica, en especial la posibilidad de obtener células progenitoras hematopoyéticas mediante el Incucai”; también señalaba que, al no existir “ilegitimidad manifiesta en los actos del IOMA, la acción de amparo no es procedente”.

El tribunal, en cambio, estimó que “la técnica de diagnóstico preimplantatorio está hoy científicamente avalada” y valoró que “desde el punto de vista ético, no se está pensando en sacrificar al feto, sino seleccionando un hermano que tendría posibilidades de salvar la vida al hermano enfermo, sin daño para el donante”.

Los jueces consideraron que, en el caso examinado, “se ha demostrado que este método consiste en la única forma posible y más o menos certera con la que se cuenta en la actualidad para salvaguardar la vida del hijo de los demandantes. No se trata aquí de un matrimonio que sólo tiene deseos de concebir para satisfacer una expectativa paternal, sino de encontrar una alternativa humanamente viable para las gravísimas secuelas de la enfermedad que padece su otro hijo ya nacido”.

Gustavo Milone, jefe de la unidad de trasplantes de Fundaleu e integrante del Grupo Argentino de Trasplante de Médula Osea, explicó a este diario que “la enfermedad granulomatosa crónica se produce en general en niños: se caracteriza porque el tejido de la médula ósea (donde se producen las diferentes células de la sangre) es reemplazado por un tejido fibroso, ‘granulomatoso’: la médula va disminuyendo su producción de células y termina perdiendo su función. Estos chicos necesitan frecuentes transfusiones de sangre y son incapaces de defenderse de las infecciones: generalmente terminan muriendo por causas infecciosas. La enfermedad es hereditaria, por un rasgo presente en el cromosoma sexual: pueden sufrirla tanto varones como mujeres pero es más frecuente en los varones”.

En cuanto al caso examinado, “supongo que, como es de práctica, se efectuó la búsqueda de donante a nivel internacional y no encontraron ningún donante potencial compatible”, observó Milone. El procedimiento habitual, según explicó el especialista, es acudir a “un registro internacional de datos, accesible por Internet, que contiene los registros de todos los potenciales donantes de médula en los distintos países: a partir del estudio de histocompatibilidad del paciente, se determina cuántos potenciales donantes existen. En el caso de la Argentina, ese procedimiento se efectúa mediante el Incucai, donde funciona el registro de donantes voluntarios”.

Claudio Chillik, presidente de la Asociación Latinoamericana de Medicina Reproductiva, también supuso que “aparentemente, en este caso no se encontraron donantes compatibles en los bancos públicos. En tal situación, ya en distintos lugares del mundo se ha puesto en práctica el procedimiento de acudir a la fertilización asistida para tener un hijo que, de antemano, se sabe que va a ser compatible con el hermano enfermo, ya que el embrión se ha elegido por medio de un diagnóstico genético preimplantatorio”. Chillik recordó también que “en el Hospital Garrahan funciona un banco público de células de cordón umbilical, ese posible tesoro que habitualmente se tira a la basura”.

En el fallo de la Cámara, al que tuvo acceso Página/12, no se especifica si, antes de recurrir al complejo método que requiere fertilización asistida, se recurrió al habitual procedimiento de buscar donante compatible en los bancos públicos. El fallo no está firme, ya que IOMA dejó planteada la posibilidad de apelación.

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