SOCIEDAD › OBAMA LEVANTó EL VETO A LA FINANCIACIóN PARA INVESTIGAR CéLULAS MADRE

Desarmando el oscurantismo de Bush

El presidente de Estados Unidos puso fin a la prohibición establecida por su antecesor para apoyar la investigación en esa área. Los científicos celebraron la decisión. Para el Vaticano fue “profundamente inmoral y superflua”.

 Por Pedro Lipcovich

“El sistema científico norteamericano generará muchos nuevos proyectos e ideas, porque habrá más estímulos y habrá mucha plata”, anticipó un científico argentino que trabaja en Estados Unidos con respecto a la decisión del presidente Barack Obama, quien derogó la prohibición de financiamiento estatal dispuesta por George Bush para las investigaciones con células madre embrionarias. Los ensayos a partir de estas células –capaces de transformarse en cualquier tejido humano– podrían conducir a tratamientos para males como la enfermedad de Parkinson, la diabetes o las lesiones en la médula espinal. La medida de Obama contribuirá a revertir la fuga de cerebros norteamericanos que había empezado a darse hacia países como China, donde estas investigaciones son alentadas. Obama prometió “preservar las decisiones sobre ciencia de la influencia política”. Sin embargo, el jefe de la bancada republicana afirmó que la decisión presidencial “daña la protección de vidas inocentes y divide a nuestra nación”. La efectivización del financiamiento estatal está supeditada a que el Congreso norteamericano dicte una ley al respecto.

“No puedo garantizar que encontremos los tratamientos y curas que buscamos, pero lo intentaremos”, aseguró Obama. El presidente envió instrucciones a los Institutos Nacionales de Salud (NIH) para que, en los próximos 120 días, establezcan bajo qué lineamientos éticos serán otorgados fondos federales para investigación con células madre: el permiso “jamás abrirá la puerta para la clonación de seres humanos”, aseguró. Simultáneamente, Obama emitió una directiva a sus funcionarios para “preservar de la influencia política las decisiones sobre ciencia”, y prometió incentivar también las investigaciones para “convertir células humanas adultas en células madre”. Estas últimas son la carta a la que apelan quienes se oponen al uso de células madre embrionarias.

Dirigentes republicanos reaccionaron ante la decisión: “Obama dañó la protección de las vidas inocentes y dividió todavía más nuestra nación, cuando necesitamos unidad ante los desafíos que se nos presentan”, afirmó John Boehner, jefe de la bancada de ese partido en la Cámara de Representantes. El Vaticano no perdió tiempo para manifestar su oposición: L’Osservatore Romano calificó como “profundamente inmoral y superflua” la investigación sobre células madre embrionarias y recordó que “el embrión es un sujeto en su significado ontológico”, ya que “el reconocimiento de la dignidad personal debe ser extendido a todas las fases de la existencia”.

En cambio Peter Wilderotter, presidente la Fundación Christopher Reeve (actor que había quedado paralítico por una lesión espinal), aseguró que “Obama reconoce el deseo de la mayoría”. El senador demócrata Edward Kennedy –que padece un tumor cerebral– sostuvo que el presidente “reparó un inmenso daño sobre las esperanzas de millones de pacientes”, y la Asociación Norteamericana de Diabetes afirmó que la decisión de Obama “da esperanzas a casi 24 millones de norteamericanos” con esa enfermedad.

En rigor, la prohibición de financiar estas investigaciones con fondos federales había sido establecida por el Congreso de Estados Unidos en 1996. En agosto de 2001, el entonces presidente George W. Bush la ratificó, a la vez que autorizó los ensayos con un número limitado de líneas celulares ya en uso. En 2006 –con mayoría republicana– y en 2007 –con mayoría demócrata–, el Congreso intentó derogar aquella prohibición, pero en ambas oportunidades Bush interpuso su veto. La liberación efectiva de fondos federales depende ahora de la decisión del Legislativo, que el actual presidente no vetará.

Marcelo Rubinstein –profesor de ingeniería genética en la UBA– observó que “políticos norteamericanos se inquietaban porque muchos científicos emigraban a China, que promueve estas investigaciones y donde, por la prohibición de que las parejas tengan más de un hijo, existen los mayores bancos de embriones. En Estados Unidos, la financiación federal sostiene el sistema científico; en los últimos 20 años del siglo XX, la inversión de las empresas biotecnológicas se acercó a la estatal, pero, con la crisis financiera, el Estado vuelve a preponderar”. Rubinstein comentó que la investigación con células madre “crea un clima como el de España en 1494: la perspectiva de un continente inexplorado, que podría estar lleno de tesoros”.

Desde la Universidad de California en San Diego, donde investiga en medicina celular, el argentino Tomás Falzone contó que “en nuestro laboratorio era muy engorroso organizar por separado el trabajo con las líneas celulares aceptadas por Bush, que podían recibir subvenciones estatales, y con las líneas sin acceso a financiación estatal”. El investigador agregó que “ahora, mucha gente se plantea generar proyectos e ideas, ya que habrá fondos disponibles. Hay un clima estimulante”.

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Barack Obama, rodeado por científicos, firma el final del veto impuesto por George Bush.
Imagen: AFP
 
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