SOCIEDAD › HILDA MOLINA AGRADECIó A LA PRESIDENTA LAS GESTIONES PARA SALIR DE CUBA

Una ansiada postal en la Rosada

La médica disidente le pidió a Cristina Kirchner que ayude para que “los cubanos seamos libres sin tener que pedir permiso a nadie”. Molina fue junto a su hijo, su nuera y sus nietos y contó muchas anécdotas.

El mismo día que llegó de su viaje a Ginebra, donde participó de la asamblea de la OIT, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió a la médica cubana Hilda Molina, que le agradeció las gestiones que hizo para que Cuba le diera permiso para viajar a la Argentina. El encuentro, que duró una hora y diez, fue definido como “una reunión muy amena y familiar”. Molina le pidió a la Presidenta que ayude para que el gobierno de Cuba “reconstruya la familia cubana”, según contó su nuera argentina, Verónica Scarpatti, al salir de la Casa Rosada.

La médica cubana llegó a la Casa de Gobierno a las 19.55 acompañada por su hijo, Roberto Quiñones, su nuera y sus nietos Roberto Carlos y Juan Pablo. Cristina estuvo acompañada por el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Entre cafés, agua mineral y una picada con gaseosas para los chicos, la reunión, realizada en el despacho presidencial, fue abundante en anécdotas, según contaron fuentes del Gobierno y también Scarpatti, la única persona que habló públicamente del contenido de la charla.

“Fue una reunión muy amena y familiar. Cristina nos recibió, por supuesto como Presidenta, pero básicamente como madre”, dijo la nuera de Molina, y agregó “hubo muchas anécdotas” y que no se habló de política. Aunque señaló que su suegra le pidió a la Presidenta lo que ya les había expresado a los medios que le pediría. Esto es “que ayude al gobierno cubano a reconstruir la familia cubana” y que “pida que los cubanos seamos libres sin tener que pedir permiso a nadie”.

Cuando los periodistas le pidieron precisiones sobre ese reclamo, la mujer respondió que Molina reiteró frases ya expresadas en alguna entrevista que ofreció al llegar al país. En esa nota, Molina, ante una pregunta respecto de qué le pediría a la Presidenta, respondió: “La señora Presidenta es mujer y sabe lo que es la familia. Yo le pediría, tal vez le estaría pidiendo mucho, que ayudara al gobierno cubano a reconstruir la familia cubana. Que pida que los cubanos seamos libres sin tener que pedir permiso a nadie. Eso es lo que yo le pediría”.

Molina llegó a la Argentina el domingo a la mañana luego de que el presidente cubano, Raúl Castro, le permitiera viajar a Buenos Aires por tres meses, aunque el plazo es prorrogable, atendiendo el delicado estado de salud de la madre de la médica, Hilda Torrejón, de 90 años, internada en terapia intensiva del Hospital Tornú, por una enfermedad cardíaca.

El permiso otorgado por el gobierno cubano fue anunciado por la propia Presidenta el viernes, un día antes de viajar a Ginebra. El sábado, Cristina Kirchner recibió en la residencia de Olivos a Roberto Quiñones, su esposa y sus hijos y les anticipó que a su regreso de Suiza se encontraría con Hilda Molina.

La autorización para que Molina saliera de Cuba fue considerado un logro por el gobierno argentino, que ya había conseguido con anterioridad que permitiesen la visita a Buenos Aires a Torrejón para conocer a sus bisnietos argentinos y reencontrarse con su nieto, Roberto Quiñones. Pero lograr el permiso para Molina requirió de un trabajo diplomático extra, luego de varios intentos frustrados durante la gestión de Néstor Kirchner, ya que la médica estaba enfrentada con Fidel Castro desde 1994.

En las pocas horas que lleva en la Argentina, Molina dio varias entrevistas a la prensa e hizo abundantes declaraciones políticas, en la que se reivindicó como socialista pero cuestionó a los gobernantes de su país. “Yo soy más socialista que estos supuestos socialistas, porque nunca me ha interesado el apego a las cosas materiales que han tenido mucho de estos teóricos. Yo no sigo a los que vociferan contra el capitalismo pero viven como capitalistas”, fue una de sus frases.

También sostuvo que los cambios en Cuba no dependen de la intervención de otros países, “sino que es un problema que tiene que resolver el pueblo cubano”. Y además afirmó que no tiene nada que perdonarles a los gobernantes cubanos porque no les guarda “un ápice de rencor”.

Molina, de 66 años, tiene un blog en el que ayer publicó su agradecimiento a los argentinos (ver aparte). Anoche extendió personalmente ese agradecimiento a la Presidenta, a quien además le contó que la preocupaba mucho la idea de no poder conocer a sus nietos y de que su madre falleciera estando lejos de ella.

Por su parte, la Presidenta le ofreció la ayuda que necesitase durante su estadía en la Argentina y preguntó detalles de la salud de su madre. Luego de contar la gravedad de la situación, elogió al personal del hospital Thornú por la dedicación que ponen en la atención de Torrejón.

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Hilda Molina junto su hijo Roberto Quiñones, sus nietos y su nuera Verónica, con la Presidenta.
 
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