SOCIEDAD › LA COBERTURA TELEVISIVA DE UN GLOBO QUE VOLABA A DOS MIL METROS DE ALTURA CONMOCIONO A EE.UU. AL CREERSE QUE IBA UN CHICO ADENTRO

La transmisión mundial y en vivo de un papelón

Casi dos horas, la CNN y cientos de canales en el mundo, incluidos algunos argentinos, transmitieron en directo el vuelo de un extraño globo. Se suponía que un niño de seis años iba en su interior. Pero todo resultó una farsa. El chico estaba en su casa.

 Por Soledad Vallejos

La sospecha de que un niño de seis años volaba sin rumbo dentro de un globo de helio mantuvo en vilo a Estados Unidos durante dos horas. El chico, a quien por entonces se mencionaba como “posiblemente llamado Falcon”, había quedado atrapado dentro del globo fabricado por su propio padre, y sin que él se percatara había levantado vuelo. Las imágenes del aparato plateado, con forma de hongo, pero también de sartén de aluminio para hacer pochoclo y de plato volador de película clase B, inundaron los canales norteamericanos, que suspendieron sus programaciones habituales. Tan impactante fue la alarma que, a minutos de que trascendiera la incertidumbre por el destino del pequeño, el canal CNN retransmitía por Internet, en directo, el contenido de su señal. Desde tierra, cuatro patrulleros seguían el itinerario trazado por el aparato; desde el aire, lo escoltaba un helicóptero munido de una cámara televisiva. Pero, luego de dos horas de persecución, el globo, que había comenzado a desinflarse, perdió altura hasta tocar tierra en un desierto de Denver y la policía pudo comprobar que el niño no estaba dentro. Se especuló con que posiblemente hubiera caído en algún punto del recorrido; la Guardia Nacional inició una pesquisa. Finalmente, a casi tres horas del aterrizaje que dio comienzo al segundo misterio, la policía confirmó un rumor y disipó la intriga: el niño había sido encontrado, sano y salvo, en una caja dentro del garaje de su casa.

Surrealista como resultaba, el evento se convirtió en noticia global: a la transmisión de todas las cadenas informativas norteamericanas se plegaron, reproduciendo su señal, canales de noticias de distintos países del mundo, Argentina inclusive. El detalle no fue, sin embargo, más que otro rasgo de un episodio signado desde el comienzo por la relación entre medios y vida supuestamente privada. Mientras el paradero del pequeño era desconocido, distintos portales de noticias fueron dando cuenta de las sucesivas apariciones que la familia del pequeño había tenido en programas televisivos. A partir de videos hallados en distintos sitios de Internet (fundamentalmente en YouTube), se pudo reconstruir un perfil familiar cercano a la enajenación: el padre se autodefinía como investigador climático y cazador de tormentas, la madre y los niños acompañaban; habían contado que solían dormir vestidos por si en mitad de la noche arreciaba un temporal al que “salir a cazar”. Los Heenes también habían participado en dos ocasiones del show Wife Swap (en Argentina conocido como Cambiemos esposas), y en ambas se había destacado su osadía y la falta de precauciones. Además, habían armado en YouTube un canal propio, en el que, entre otros materiales, podía verse un video musical en el que los tres niños cantaban un tema musical de nombre tan incorrecto como el texto que lo precedía: “Not pussified” (algo así, en el contexto del video, que se mofaba de las mujeres por pretenciosas y de los hombres por blandos, como “no amariconado”).

El globo plateado se encontraba, al promediar la tarde estadounidense, en el patio de los Heenes, donde Richard Heene y sus hijos Bradford (9 años), Ryo (8) y Falcon (6), aprovechando un feriado escolar, se dedicaban al bricolage necesario para despuntar el hobby familiar: la aventura científica de estudiar el clima y cazar tormentas. En la larga hora y media durante la cual el globo vagó por los cielos del desierto de Denver, diversos medios norteamericanos, televisivos y de Internet, en lugar del clásico requerimiento de testimonios a vecinos, se dedicaron a exhumar viejos materiales televisivos a diestra y siniestra. Coincidieron, por caso, en rescatar la promoción que el año pasado la señal ABC había pergeñado para anunciar una emisión de Wife Swap en la que aparecían los Heene (por segunda vez en la historia del programa): “Cuando no está persiguiendo tormentas, la familia Heene dedica su tiempo a realizar experimentos científicos que incluyen buscar extraterrestres y la construcción de un plato volador de exploración para enviar al ojo de la tormenta”. Emergió, también, un artículo que el propio Richard había escrito en 2007 y en el que contaba que toda la familia había quedado atrapada “en la neblina de un tornado en Buckeye”. Agregaba, poco después: “Creo que tengo chicos raros. Empezaron a gritar excitados”.

Ayer por la tarde, sin embargo, ni Richard ni su esposa Mayumi aparecieron ante los medios, ni tampoco la casa familiar, en Fort Collins, apareció en las noticias. Todas las comunicaciones y novedades referentes al episodio del globo y el niño presuntamente volador fueron transmitidas, paso a paso, por oficiales de la policía. La denuncia inicial había sido realizada por Richard, luego de que su hijo de 8 años (Ryo) le dijera que, mientras él había entrado a la casa en busca de una herramienta, el pequeño Falcon se había metido al globo plateado y, al soltarse unas cuerdas, había levantado altura y comenzado a volar. El globo, de seis metros de diámetro y 1,5 de alto, había sido fabricado por el propio Richard a partir de maderas, plásticos y aluminio; durante la loca carrera seguida palmo a palmo por la cámara de un helicóptero que transmitía en directo (y cuyas imágenes CNN acompañó con la entrevista a un experto en globos aerostáticos) llegó a alcanzar los 2500 metros de altura. Al caer, sin embargo, el globo resultó no tener pasajero alguno. “Llegado este punto, pensamos que no se cayó del globo (desde el aire) y que está en algún lugar en tierra”, declaró la vocera de la oficina del sheriff del condado de Larimer, Eloise Campanella. Agregó, luego, que confiaba en que darían con el niño, “creo que tal vez todo se deba a que él esté un poco asustado. Tal vez aún no esté listo para ser hallado”. Luego, durante unas tres horas más, helicópteros de la Guardia Nacional habían comenzado a rastrillar el terreno que había sobrevolado el globo, apurados por la inminencia del anochecer. Cuando comenzaba a caer el sol, el niño apareció en una caja en el garaje de su casa. Nunca se supo quién lo halló.

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El globo, que llegó a tener una velocidad de 32 kilómetros por hora, cayó al final a tierra suavemente, pero del chico ni noticias.
 
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