SOCIEDAD › DETIENEN EN UNA PARROQUIA AL JEFE DE UNA BANDA, QUE IBA A REZAR

El narco que lloró en la iglesia

El hombre iba todos los 22 a rezarle a Santa Rita, en la localidad de Boulogne. Ayer, en lugar del sacerdote lo esperaba una comitiva policial. Quedó preso, acusado de haber matado a su sobrino por una guerra territorial de drogas.

Horacio Héctor Bustamante es un devoto de la virgen de Santa Rita y asistió ayer a un misa especial en honor a “la santa de los imposibles” en Boulogne, al norte del conurbano bonaerense. A la entrada lo esperaba el personal de la Delegación Departamental de Investigaciones de San Isidro. Tenía pedido de captura porque habría sido quien planificó el asesinato de su sobrino, en medio de una guerra territorial entre narcotraficantes de esa zona. Bustamante, un cauto hombre de fe, llevaba encima su pistola de 9 milímetros cuando lo detuvieron.

La policía tenía el dato y aguardó hasta el momento en que el hombre se acercó, como lo hacía el 22 de cada mes, a la Parroquia Santa Rita, en la calle Darregueira 630, en Boulogne, partido de San Isidro. A la virgen de Santa Rita le cantan “lo que se da, no se quita”, y sus fieles acuden para rezar por las causas imposibles, las enfermedades, las heridas, el abuso y los problemas maritales, entre otras cuestiones. “Lo esperamos desde temprano, montamos guardia alrededor de la iglesia y habrá ido entre 8.30 y 9. No se resistió a la detención. Bueno, tampoco tuvo tiempo de hacerlo”, comentó a este diario un jefe policial de la zona norte.

Bustamante, de 43 años, asistió como para venerar a Santa Rita con pistola Browning calibre 9 milímetros y fue reconocido de inmediato por la policía. “Ya tenía antecedentes por robos calificados y privación de la libertad, así que teníamos varias fotos suyas”, aclaró la fuente consultada por este diario. Los agentes tenían entre manos una orden de detención firmada por el titular de la fiscalía única de Boulogne, Sergio Szyldergemejm, la misma que llevaron en diciembre pasado cuando fueron a buscarlo a su casa en la villa Santa Rita y no lo encontraron.

El detenido, según la policía, habría sido el autor intelectual del asesinato de su sobrino, Germán Alejandro “Pichi” Bustamante, ultimado de siete balazos durante a noche del 27 de diciembre en la puerta de la casa de su tío Horacio, quien estuvo al momento del hecho, dijo ser ajeno y aseguró que los asesinos eran desconocidos para él. El Pichi tenía 30 años y era el líder de la banda de “Los Soria”, un desprendimiento de una banda mayor, “Los Gardelitos”, y habría manejado la venta de cocaína y marihuana dentro de las villas Korea, de San Martín, y Santa Rita, de la localidad bonaerense de Boulogne.

“Su tío siempre lo acompañaba y sabía todos sus movimientos. Por la declaración de vecinos y algunos testigos, se supo que el tío quería quedarse con el negocio de la venta de drogas y que tenía el conocimiento suficiente para hacerlo. El detenido habría contratado a los sicarios y actuó como entregador. Esto se pudo reconstruir a partir de los peritajes hechos en varios celulares por Dirección de Análisis de Comunicaciones. Por los mensajes de texto que pudimos rastrear, el tío era el único que sabía que su sobrino iba a estar la noche en que lo asesinaron”, relató el jefe policial consultado.

El hombre se fue de su casa en la villa Santa Rita un día después del asesinato de su sobrino. La policía supo del escape después, cuando el fiscal ya había atado cabos y ordenó la detención. Al principio, se atribuyó el crimen de Bustamante a la Policía Bonaerense, debido a que los asesinos vestían chalecos y gorras con inscripciones de esa fuerza de seguridad. La versión quedó descartada de inmediato por los elementos obtenidos por los investigadores, que dejaron entrever que el detenido tiene dos perros rottweiler muy agresivos, que al ver a los sicarios no ladraron. Por eso la policía dedujo que los perros conocían a los sicarios.

Al momento del crimen, el sobrino de Bustamante acababa de heredar el negocio de su padrastro, Claudio Soria, supuesto líder de “Los Soria”, quien fue detenido por la policía el año pasado. El mismo día en que Pichi fue asesinado, hubo otro homicidio: el de Gabriel Castrogiovanni, de 22 años, que murió tras recibir cuatro disparos. Este joven pertenecía a la banda de “Los Gardelitos”, quienes señalaron a Pichi como sicario. Los investigadores creen que el devoto de Santa Rita que arrestaron ayer aprovechó esta “interna narco” para matar a su sobrino y que la policía atribuyera el hecho a “Los Gardelitos”.

Sobre el asesinato de Castrogiovanni, fuentes policiales aseguraron que “no estaría establecida una conexión” entre ambos crímenes que se investigan en dos fiscalías distintas, en San Martín y en Boulogne. Ayer por la tarde, Horacio Héctor Bustamante fue indagado por el fiscal Szyldergemejm, quien dispuso que quede detenido por “entregador y cómplice”. Según definió ayer un investigador, “lo que hizo el detenido fue enmascarar el ‘trabajo’” y agregó que, a partir de declaraciones de familiares de Pichi, se determinó que al menos una persona más intervino en el asesinato, por lo que la investigación continúa ahora con la búsqueda de ese cómplice.

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La Parroquia Santa Rita, en la calle Darregueira 630, en Boulogne, partido de San Isidro.
Imagen: Leandro Teysseire
 
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