SOCIEDAD › UN JOVEN SUFRIó UNA LESIóN LETAL AL PRACTICAR UN DEPORTE EXTREMO NO RECONOCIDO OFICIALMENTE

Morir en una pelea donde vale todo

Ocurrió en un gimnasio de Virreyes. Franco Lescano había ido para bajar de peso y le recomendaron la práctica de “vale todo”, un combate que combina diferentes técnicas de lucha. Le aplicaron una llave que le fracturó la cervical.

El cuello de Franco Lescano no aguantó la pinza que le hizo David Zalazar en medio de una pelea de “vale todo”, un tipo de combate extremo en el que no hay rounds y la pelea termina cuando alguno de los luchadores se rinde. Lescano quedó cuadripléjico antes de tener la chance de rendirse. El 31 de marzo y tras 21 días internado con dos vértebras fracturadas y una fisura de médula, el hombre falleció. Ayer sus familiares denunciaron penalmente a Zalazar por “homicidio culposo” y al dueño del gimnasio donde se hizo la pelea por negligencia. “No tienen asistencia médica para este tipo de actividades”, dijo la viuda, Valeria Sepúlveda, al referirse al Tiger Gym, un gimnasio ubicado en el partido de San Fernando, al norte del conurbano bonaerense.

Según pudieron reconstruir los investigadores, hacía cuatro meses que la víctima, de 30 años, venía entrenándose en estas peleas. Se lo había sugerido Claudio Dinucio, el dueño del gimnasio de la calle French al 2063, en la localidad de Virreyes, donde tiempo antes había comenzado a levantar pesas y a ejercitarse por recomendación médica, ya que padecía de obesidad. Lescano trabajaba como operario metalúrgico para mantener a sus hijos de 8 y 9 años y tenía ambiciones de participar en su primer torneo de vale todo. Le decía a su familia que, además de gustarle la lucha, entrenar duro le permitía mantenerse en forma.

El 10 de marzo subió al ring circular y enrejado del Tiger Gym para enfrentar a Zalazar, de 19 años, como parte del entrenamiento. Las rejas son para proteger de posibles caídas a los luchadores. En medio de la pelea, el rival de Lescano le aplicó una “llave cervical”, prohibida por el escaso reglamento del vale todo, y le fracturó el cuello. “Quedó cuadripléjico ahí mismo y encima recibió una pésima atención médica en el gimnasio: antes de que llegase la ambulancia, le pusieron una mochila para que apoye la cabeza, cuando en verdad no deberían haberle movido el cuello. Eso empeoró la lesión”, relató José Vera, abogado de Valeria y de la madre de Lescano, Noemí Velárdez, quienes se presentaron en la causa como la parte damnificada dos días después de la trágica pelea.

Cuando llegó la ambulancia, Lescano fue derivado de urgencia al Hospital de San Fernando, donde los médicos detectaron que estaba cuadripléjico, y trasladado luego a la Clínica De las Mercedes de Martín Coronado, donde falleció. Dinucio, el dueño del gimnasio, debió explicar lo sucedido en la comisaría de San Fernando. Según Vera, cuando accedió al expediente sólo encontró esa declaración en la que el dueño “hacía pasar el hecho como un mero accidente”. Por este motivo, agregó el abogado, el caso “no se acaba con la eventual responsabilidad del luchador que provocó las lesiones, sino que hay que investigar al gimnasio; además, no hemos comprobado que Dinucio tenga título habilitante para regentear actividades de esta naturaleza”.

Según describieron en la Asociación Civil de Deportes de Combate Combinado (Acdcc), el vale todo es una forma de lucha que combina técnicas de distintas disciplinas: boxeo, karate, jiu-jitsu, lucha grecorromana, kung fu, judo, kick-boxing y tae kwon do. El gimnasio Tiger Gym competía en torneos amateurs dedicados a esta práctica que tiene, según la Acdcc, reglas que no se cumplían puertas adentro en el gimnasio donde entrenaba la víctima. “La pelea era totalmente irregular, y hasta ilegal, desde ese punto de vista”, señalaron en la entidad. De hecho, el vale todo no está reconocido por las autoridades deportivas nacionales (ver recuadro).

Mauricio Abaca, miembro de la Acdcc y entrenador de vale todo, explicó ayer que “la ‘llave cervical’ que le causó las lesiones mortales a Lescano está prohibida por el reglamento de la Asociación, por antideportiva, ya que es muy fácil de aplicar y muy peligrosa, porque el cuello es una de las partes más débiles del cuerpo”. Abaca también aclaró que el gimnasio Tiger Gym no estaba asociado y advirtió: “Hay muchos que practican algún deporte de lucha o arte marcial y se hacen llamar ‘profesores’, pero no tienen conocimiento para enseñar, lo hacen y organizan combates, poniendo en riesgo a sus alumnos, y suponemos que el que armó esa práctica en San Fernando es un profesor ‘trucho’”.

De momento, y según confirmó el abogado Vera, todavía no fue indagado el joven que fracturó el cuello de Lescano. Ayer, el fiscal Facundo Osores Soler recibió varios pedidos de Vera, entre otros “la incorporación al expediente del resultado de la autopsia, el allanamiento e inspección del gimnasio y que se establezca qué tipo de títulos habilitantes tenía Dinucio para hacerse llamar maestro o profesor”. Según fuentes judiciales, el fiscal ya dispuso una inspección ocular y la toma de fotografías en el gimnasio.

Desde el juzgado de Garantías 4 de San Isidro, a cargo de la causa, cuya carátula es “homicidio culposo”, adelantaron que se va a investigar si el gimnasio está habilitado y si la práctica del vale todo está reglamentada de alguna manera. “Los familiares quieren saber qué paso, es lo primero. Después, iremos por los responsables”, dijo Vera, quien aseguró que tanto el dueño del gimnasio como el luchador que peleó con Lescano “se borraron de inmediato, sin dar ningún tipo de explicaciones a los familiares”.

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Valeria Sepúlveda, la pareja de Franco, con la última foto que le tomó con su cámara.
Imagen: Télam
 
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