SOCIEDAD › ALAK PRESENTó EN DIPUTADOS EL INFORME SOBRE TASAS DELICTIVAS

Inseguridad, ola y espuma

El ministro de Justicia informó a la Comisión de Seguridad Interior sobre las tasas delictivas, que ubican al país como el cuarto menos inseguro de América latina. El informe contrasta con la ola de inseguridad mediática.

Las tasas oficiales del delito –que señalan al país y a la ciudad de Buenos Aires como los menos violentos de América latina, si se tiene en cuenta la tasa de homicidios– llegaron a Diputados de la mano del ministro de Justicia nacional, Julio Alak. El funcionario fue recibido por la Comisión de Seguridad Interior. El encuentro resultó mucho más amigable de lo imaginado. El informe que llevó Alak es la confirmación oficial del adelanto que publicó Página/12 en su tapa el domingo pasado y que demuestra que Argentina es el cuarto país en América con menos homicidios y que Buenos Aires es la segunda ciudad en el continente, después de Toronto, empezando desde abajo. El informe publicado también contrastaba esa ubicación con el primer lugar que ocupa el país entre los que tienen más miedo a ser victimizados. Si bien no es lo mismo el miedo a ser asesinado que al de ser asaltado, ni que una muerte en ocasión de robo que los mayoritarios crímenes de familia y entre conocidos, a la hora de titular la ola de inseguridad mediática no hace distingos: mientras haga espuma da lo mismo.

“Este Gobierno no criminalizó la protesta social. De 15 mil protestas en 2003 llegamos a menos de cinco mil. Y asumió el gobierno después de la crisis de 2001 y 2002”, dijo Alak para abrir su informe. La memoria bajó los decibeles. Las preguntas de los diputados, con mayoría de la oposición, saltearon olímpicamente las tasas delictivas y se concentraron básicamente en el delito organizado. La diputada Natalia Gambaro, del PF del insegurólogo Francisco de Narváez, hizo punta de ariete con una propuesta de ley de “derribo de aviones” para controlar la frontera de los transportes de drogas. Alak sostuvo que no era una propuesta recomendable y que las experiencias en otros países latinoamericanos habían sido negativas. “Brasil la votó pero no la puso en práctica por lo riesgosa. Perú la utilizó una vez y la dejó de lado, después de detectar que la avioneta que había derribado no estaba ocupada por narcos sino por miembros de una congregación religiosa”, reveló un participante de la reunión de comisión.

En cambio, Alak defendió el sistema de control territorial, instalando mayor cantidad de patrullas de Gendarmería y afianzando mecanismos de control con los países limítrofes. El ministro no rechazó la idea de la radarización, pero sostuvo que “no es excluyente, ni principal. La radarización como objetivo central se plantea cuando se quiere hacer un negocio”.

Alak utilizó como base los datos últimos de tasas de homicidios, del año 2008, que señalan una onda delictiva decreciente, subrayó el contraste entre la tasa real y la percepción de la gente, y se mostró contrario a las políticas de mano dura.

Al salir, un cardumen de cámaras lo esperaba para preguntarle sobre el miedo a la inseguridad y la espuma.

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El ministro de Justicia, Julio Alak, defendió las políticas inclusivas y cuestionó la mano dura.
Imagen: DyN
 
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